‘Las vidas posibles de Mister Nobody’: Opciones

El belga Jaco Van Dormael, firmante asimismo de la celebrada ‘Totó el héroe’, aborda en este su último estreno, una coproducción entre Alemania, Bélgica, Canadá y Francia, las distintas opciones vitales que se le presentan al protagonista, dependiendo de las decisiones que vaya tomando en ciertos puntos de inflexión en su biografía.

Este personaje central, un desvaído y soso Jared Leto, enorme error de casting para empezar, aparece como un anciano venerable, especimen en extínción y objeto de la curiosidad pública pues es el único mortal en un mundo futuro, en el que reina la vida eterna. Un científico y un periodista se disputan la exclusiva de sus recuerdos en los que, desde la infancia, hay cabida para varias existencias posibles.

Tantas como el azar y sus elecciones, voluntarias o no, le deparan y que le harán sentir la felicidad de un intenso amor compartido, la desdicha de una pareja problemática y la rutina de una unión sin verdadero afecto. Al mismo tiempo, el protagonista reflexiona sobre la naturaleza del tiempo, el azar, o el destino, apelando presuntamente a la ciencia y a la filosofía.

De todo ello, con una puesta en escena rupturista con respecto a la narrativa convencional, llena de imágenes tan sugerentes como irritantes, resulta una amalgama de forma y fondo más complicada que compleja, menos sutil de lo que pretende y, a la postre, bastante más convencional de lo que su sofisticada factura deja traslucir. Sobre todo en su retrato de las mujeres, desde la madre hasta los tres amores del personaje central, que es esquemático, maniqueo, cuando no directamente misógino. Del reparto, sólo la estupenda Sarah Polley salva la función, pese a encarnar a una chica tan desgraciada como detestable.

CARMEN JIMÉNEZ

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