Archivo mensual: agosto 2010

Asómate al Patio y III : Broche de oro

La Diputación hispalense culmina brillantemente el próximo mes de septiembre el Ciclo Asómate al Patio con una cuidada selección de buenas películas, de las que sólo podemos reseñar algunos títulos como, de entre los Clásicos, el drama extraordinario e inolvidable de John Huston, ‘Vidas rebeldes’ y la elegante comedia de William Wyler, ‘Vacaciones en Roma’. Sobran las palabras…

De los estrenos de la pasada temporada, destacar varias cintas recomendables para ser revisadas. Algunas de cineastas ya consagrados y otras de, sino desconocid@s, que en ciertos casos también, de quienes se han movido por circuitos menos comerciales. Entre los pertenecientes al primer grupo, Ang Lee y su ‘Destino Woodstock’, Martin Scorsese y ‘Shutter Island’ y Michael Haneke, con ‘La cinta blanca’.

El taiwanés Ang Lee ha probado sobradamente su talento y versatilidad con una brillante filmografía,en la que han tenido cabida palabras mayores. Esta es una pequeña obra menor, pero singular, en la que se contempla el famoso Fesival de Woodstock desde sus comienzos, a través de la semblanza autobiográfica de uno de sus creadores. Tampoco ‘Shutter Island’ es de lo mejor de Martin Scorsese. Una película fallida y desmesurada, pero osada e hipnótica. ‘La cinta blanca’ es un Haneke más austero y aterrador que nunca en su denuncia de las perversiones de los sistemas totalitarios, germen y semilla del nazismo, a través de la historia de una pequeña comunidad regida por el fanatismo religioso más sádico y perverso.

Otros títulos estimulantes y revisables en esta oferta de septiembre son ‘El concierto’, de Radu Mihaileanu, ‘Una educación’ , de Lone Scherfig y ‘Hace mucho que te quiero’, de Philipe Claudel. La primera , coproducción de varios países, entre los cuales los de origen y adopción de su director, rumano afincado en Francia, es un relato brillante y excesivo, crítico y paródico, vitalista y emocionante, de la reparación, a través de un azar inesperado, de la injusticia política cometida contra unos músicos de talento, miembros de una famosa orquesta moscovita. La danesa Lone Scherfig narra en la sensible, inteligente y lúcida, ‘Una educación’ el dilema moral y vital al que se enfrenta una adolescente muy dotada en el Londres, más bien gris y nada proclive a las realizaciones profesionales femeninas, de principios de los sesenta. Por último el novelista francés Philipe Claudel aborda en su emotiva opera prima, ‘Hace mucho que te quiero’, la reintegración familiar, social y vital de una mujer con un oscuro secreto.

Carmen Jiménez

`Origen’: La ciencia del sueño

Curiosa carrera la del guionista y realizador británico, afincado en Estados Unidos, Cristopher Nolan, firmante de ‘Origen’. Desde ‘Following’, thriller psicológico nada convencional hasta su descubrimiento internacional, con el fascinante y complejo puzzle de ‘Memento’, su prestigio no ha dejado de crecer en paralelo a su enorme tirón comercial.

Ha conferido un toque de distinción y calidad al superhéroe Batman en dos entregas, muy bien recibidas por público y crítica, especialmente en lo que se refiere a la, algo sobrevalorada pero interesante, ‘El caballero oscuro’, y prepara una tercera. Con ‘Origen’, realiza un tour de force espectacular, en una arriesgada sinergia de superproducción y creatividad, de la que sale más que bien parado. Un tipo hábil, Mr. Nolan.

La historia podría resumirse, algo toscamente, en la de un equipo, liderado por un excelente Leonardo Di Caprio- cada vez mejor actor y con una filmografía impresionante, ahora le espera Clint Eastwood…-que se dedica al espionaje onírico, y recibe el complicado encargo de manipular el subconsciente del heredero de una gran empresa, implantándole, por así decirlo, sueños que le hagan abandonar su legado en beneficio de un enigmático oriental, que es quien les ha contratado.

A tal efecto, se añaden al grupo dos nuevos miembros.Una estudiante, la estupenda Ellen Page, quien se encarga de la escenografía arquitéctonica de la otra realidad y un químico experto en poderosos somníferos. Se trata de que tod@s duerman simultáneamente, en los sofisticados escenarios previamente diseñados por la chica, a varios niveles a cual más profundo, dónde interferirán con el sueño de su ‘víctima’, para conseguir su objetivo.

Visualizar y contar semejante historia, haciéndola inteligible, sin concesiones a la banalidad.Crear unas imágenes de una hermosura y espectacularidad apabullantes sin que se resienta la lógica de un relato entre el thriller, la ciencia ficción, el espionaje y la acción pura y dura, necesita de un guión, del propio realizador, muy sólido. De un equipo técnico-artístico de primer orden, de un holgado presupuesto y de una mano maestra que coordine todos esos elementos, sin perder el pulso.

El resultado es extraordinario, de una creatividad, imaginación, ambición estética y narrativa pocas veces disfrutada en este tipo de superproducciones. No da tregua ni respiro esa catarata de imágenes y situaciones, en el filo de lo imposible, retorciendo fondo y formas, sin perder el hilo. Desafiando al espectador emocional e intelectualmente, con una belleza y solidez aplastantes.

Hay peros, pocos, pero haberlos haylos. El abuso de ciertos tics del cine de acción. El personaje de Marion Cotillard- a quien, por cierto, se le hace un guiño recordando a la gran Piaf en su precioso tema, recurrente aquí como ‘despertador’, ‘Je ne regrette rien’. La actriz la interpretó en ‘La vie en rose’, ganando un Oscar. El sesgo más conservador de lo deseable de la resolución de la historia. Pero este caballero inglés, que atiende por Cristopher Nolan, nos ha rescatado oscura y brillantemente de los sopores fílmicos estivales.

Carmen Jiménez

‘El silencio de Lorna’: Los miserables

Los hermanos belgas, Jean Pierre y Luc Dardenne han filmado como pocos realizadores las negruras y perversidades que se esconden tras las autocomplacencias urbanas europeas. Especialmente en su propia ciudad, Lieja, escenario de todas sus películas. Esas películas suyas que remueven conciencias biempensantes y adormecidas, con su dureza sin paliativos ni anestesia. Cuatro títulos en su haber y dos Palmas de Oro en el Festival de Cannes, con ‘Rossetta’ en 1999 y ‘El niño’, en 2005. Con la que nos ocupa, coproducción entre Francia, Gran Bretaña y Bélgica, fechada en 2008, obtuvieron el del Mejor Guión, pues ellos también son guionistas, en ese mismo Certamen en el 2008.

Se trata de una crudísima denuncia, con factura de cine negro, de las condiciones en que sobreviven los inmigrantes, carnes de las mafias, dispuestos a todo por conseguir la nacionalidad. Es el caso de Lorna, una estupenda Arta Dobroshi, quien, para lograr el objetivo de la ciudadanía legal y así poder regentar un bar con su pareja, accede a un matrimonio de conveniencia con un toxicómano. Luego, deberá separarse y volver a casarse con un ruso y convertir, a su vez, a éste en belga. Para acelerar este último proceso, en el que hay mucho dinero implicado, los delincuentes traman un plan terrible que implica la complicidad, el silencio, de la protagonista.

Los directores plasman en imágenes tan oscura historia con el estilo austero, bronco y áspero que les caracteriza, sin concesiones sentimentales o estéticas, sin tregua ni piedad. Sin trampas, ni lenitivos. Sus miradas son complejas y corrosivas, abarcando todas las perspectivas. Las de los explotadores mafiosos, las de las víctimas, las de las víctimas de las víctimas, hasta el último y más vulnerable eslabón de esa cadena terrible e insidiosa que no parece tener fin. Y que también incluye lo que no se muestra, o se hace indirectamente, nuestra propia responsabilidad como ciudadan@s en este estado de cosas. En las miserias económicas, sociales y morales, entre las que malviven y mueren tantas personas a las que no aceptamos como compatriotas.

Carmen Jiménez

Cine al aire libre: Asómate al patio (II)

Revisados ya los títulos recomendables de los Ciclos Clásicos y Cine Español, nos centramos en el resto de las ofertas del ciclo de verano de la Diputación sevillana ‘Asómate al Patio’, dedicadas al cine de Género -drama, comedia, thriller- y a las cintas que se proyectarán en V.O.S.

En el primero de estos apartados, hay una estimable y variada oferta de cinco películas. Tres de ellas crearon una gran expectativa en sus respectivos estrenos al ser la últimas realizaciones de sus celebrados autores. Dos se saldaron con una decepción y la tercera obtuvo las mejores críticas. En cualquier caso, resulta interesante su visión o revisión. Se trata de ‘Alicia en el País de las Maravillas’, de Tim Burton; ‘Invictus’, de Clint Eastwood y ‘El escritor’, de Roman Polansky. Las otras dos que completan el quinteto son ‘Up in the air’, de Jason Reitman, y ‘La carretera’, de John Hillcoat.

La esperadísima versión-visión del clásico de Lewis Carroll -en realidad un compendio de los dos libros del autor sobre la protagonista- por parte de Tim Burton, resulta desvaída, carente de la aguda y corrosiva visión de la sociedad victoriana de la obra original, con un reparto abúlico o pasado de rosca, como el insufrible Johnny Depp, y con menor riqueza e imaginación visual de la habitual en el realizador.

En cuanto a ‘Invictus’, es un Eastwood menor, por el esquematismo de algunos de sus planteamientos y por el trato excesivamente reverencial hacia la, por otra parte admirable, figura de Mandela. Tan imperfecta como emotiva. Polansky, sin embargo, acierta de pleno con ‘El escritor’, un desasosegante y oscuro thriller político, que sorprende, inquieta y desvela zonas nada transitadas de personajes y situaciones. Aquí están presentes sus mejores virtudes como cineasta.

Para finalizar, Jason Reitman narra con sensibilidad y lucidez en ‘Up in the air’ una dura historia, muy contemporánea, sobre un ejecutivo de altos vuelos y trabajo sucio, con un reparto impecable y John Hillcoat hace lo propio en una escalofriante historia sobre un futuro aterrador, sin efectismos ni trampas, en ‘La carretera’, basada en la novela homónima de Cormac McCarthy.

CARMEN JIMÉNEZ