Archivo mensual: agosto 2011

‘Una mujer en Africa’: Postcolonialismos

La parisina Claire Denis tiene en su haber más de una decena de películas, de cuya escritura también es responsable, e incluso una intervención como actriz en ‘Venus, salón de belleza’. Ahora se exhibe en las carteleras sevillanas la cinta que nos ocupa, lamentablemente doblada, que data del año 2009, tiene un metraje de 100 minutos, de la que es coguionista junto a Marie Ndiaye y Lucie Borleteau y que nos ha llegado con los casi preceptivos dos meses de retraso, con respecto a su estreno en otras ciudades españolas.

Una figura solitaria deambula por los caminos polvorientos de un paisaje africano – del que ignoramos la localización exacta – bajo un sol de justicia, desoyendo las indicaciones de miembros del ejército que, desde un helicóptero, la instan a huir a su patria de origen. Ella, por el contrario, tan terca e indómita como ajena al peligro de permanecer allí, sólo piensa en encontrar un medio para regresar a lo que considera su verdadero hogar.

Se trata de una mujer europea – magnífica, como siempre, Isabelle Huppert – dueña de una plantación de café, cuya cosecha quiere salvar a toda costa, y de una casa en la que convive con un ex marido, un ex suegro y un hijo adolescente perezoso y malcriado, cuya evolución ideológica tomará en el futuro rasgos inquietantes. Ellos no la apoyan en su voluntad de resistir allí, sin mano de obra nativa, ni protección por parte de los hombres del regidor local que amparaban con sus armas a los colonos. Así que camina en pos de su objetivo o se apretuja en atestados autobuses, mientras dormita y rememora retazos de épocas pasadas de su itinerario vital en un continente desdichado.

La realizadora conoce de primera mano lo que está narrando. Hija de diplomático, su infancia transcurrió entre Burkina Faso, Somalia, Senegal y Camerún . Conoce el país y sus heridas, los devastadores efectos del postcolonialismo, el papel explotador de su propia raza, ese material blanco con el que la nombran l@s nativ@s despectivamente. De hecho, el título original de la cinta es precisamente ‘White material’.

Y de todo ello, de las  luchas feroces en naciones sin estado entre soldados dudosamente legales y milicianos rebeldes en cuyas filas se incluyen niños de corta edad, da cuenta sin épica, ni énfasis, ni lírica, ni mixtificación o mitificación alguna. El resultado es una cinta incómoda y desasosegante, a modo de docudrama, radical de fondo y forma. Tan dura y terrible como la realidad que consigna.

 

‘El origen del planeta de los simios’: La revancha de King Kong

Para mis semejantes de todas las especies, para la hermosa y digna gente animalista.

Un joven científico, a las órdenes de una poderosa Corporación, que experimenta con chimpancés. Un preparado capaz de muliplicar las capacidades intelectuales, esperanza  del alzheimer. Unas jaulas que albergan a seres dolientes y sometidos.  Una prueba que provoca resultados sorprendentes.  Una demostración que acaba en catástrofe. Una madre capaz de todo por defender a su bebé. Una cruel medida exterminadora.

Un anciano, otrora músico reputado, a merced del olvido. Un hijo devoto que investiga para él. Una adopción tan sorprendente como inesperada. Una criatura cuya herencia sobrepasa a su especie. Un ser inteligente, bueno y sensible, atrapado entre dos mundos. Una raza asustada y cruel con los diferentes. Una imposibilidad de integración. Una infancia a resguardo de los peligros exteriores. Unos paseos por el  corazón del bosque, respirando libertad.

Una ventana que mira a un microcosmos estrecho y hostil. Unos prohibidos compañeros de juego. Una sociedad adversa. Un vecindario violento. Una cobarde agresión. Una respuesta que genera el castigo. Un encierro injusto. Un carcelero sádico. Una burocracia infame que impide la salida. Una mirada a lo peor de una especie. Una lealtad a la suya. Una comunicación inesperada. Un liderazgo liberador. Un enfrentamiento desigual pero posible. Unos esclavos desarmados, pero fuertes, luchando por su lugar en el sol.

Una gran superproducción potente y sensible. Unos ojos, los del director. el norteamericano Rupert Wyatt, que saben mostrar el abismo de la crueldad humana. Un realizador que ha conjurado la tentación antropocéntrica. Unos actores, James  Franco, Freida Pinto, John Lighthow… conscientes de que no son los protagonistas. Un Andy Serkis, que sí lo es, excelente y conmovedor. Una puesta en escena espectacular, que no desdeña el intimismo.

Un retrato poderoso de un individuo excepcional. Unas criaturas torturadas que recuperan su dignidad. Un enfoque valiente y animalista. Una crítica feroz al especismo más cruel y depredador. Un final que es un principio… Una subversión del orden social, la justa revancha del infortunado King Kong.