Archivo diario: julio 8, 2023

Series en plataformas. Filmin, ‘La noche que Logan despertó’: No nos dejes, Xavier Dolan

Esta firmante se ha despertado hoy con la noticia, trending topic en redes, de que el productor, actor, guionista y realizador canadiense Xavier Dolan – cosecha del 89, con 8 películas en su haber tales como ‘Mommy’ (2014), ‘Sólo el fin del mundo’ (2016) o ‘Matthias & Máxime’ (2019), su último largometraje hasta la fecha. Una corta filmografía que atesora premios y reconocimientos muy importantes – se retiraba del cine – ¡¡¡a los 34 años!!! – porque, muy esquemáticamente expresado: «Hacer películas me duele demasiado, la presión de la industria es enorme… creo que he dicho cuanto tenía que decir y hecho ya cuanto tenía que hacer… prefiero dedicarme a otros proyectos personales»

Quien esto firma – que terminó de ver ayer esta serie que nos ocupa, su debut en este tipo de producciones audiovisuales – ha tuiteado al respecto, con perdón por la autocita: «Una pésima noticia. Admiro su cine pasional e incandescente, con todos sus excesos… No nos dejes, Xavier Dolan»

Todo ello es cierto, aunque sus relatos fílmicos le provoquen opiniones y sensaciones muy encontradas. Le parecen tan fascinantes como narcisistas, tan necesarios como pretenciosos, tan altisonantes como dolorosos, tan efectistas como sinceros …

Esto además de sus discrepancias ideológicas con él sobre el tema trans, aunque sólo lo toque directamente en ‘Laurence Anyways’ (2012) y otros sean dramas homosexuales, algunos con la homofobia como telón de fondo, no precisamente queers. O con el de su visión tan corrosiva, como teñida de admiración, de la figura materna. O…

Pero, desde luego y pese a ello, quien esto suscribe no quiere que se pierda para el cine esa mirada suya única, magnética y potente. Porque, precisamente, en ‘El día que Logan despertó’ se condensa lo mejor de sus señas de identidad, sin lo más irritante y gratuito.

En efecto, la historia de tres hermanos y una hermana, esta última, la segunda en el orden cronológico familiar ausente durante casi dos décadas, que se reúnen en torno a la muerte y últimas voluntades de su madre, se nutre de todos sus leit motivs estéticos, narrativos y éticos, pero sabe controlar sus desafueros sin perder un ápice de su intensidad.

Es una historia en la que un secreto oculto, tan destructivo en sí mismo como en los efectos tan devastadores que provoca directa e indirectamente en tod@s ell@s. Un secreto que es el hilo conductor, aunque no el único, de un grupo de personas unidas por los lazos de sangre, que se odian, se aman, se cuidan y se destruyen.

Personas cuyas vidas van a la deriva por mor de lo nunca dicho, ni expresado, ni sabido pero que aletea entre ellas, especialmente en lo que se refiere al primogénito y a la única hermana. Secretos, mentiras y silencios que les habitan, les separan y les atormentan.

Disfuncionales, toxicómanos, inmaduros, con sexualidades al límite, víctimas y cómplices… Dolan les contempla sin juzgarles pero denunciando lo que debe. Y nos propone un puzzle a resolver en cada uno de sus cinco absorbentes episodios, de 55 minutos de metraje, que van precedidos de citas literarias y cuyos títulos son significativos y requieren atención.

Un puzzle en el que mezcla el ayer y el presente, en el que su virtuosismo visual resplandece con una puesta en escena brillante y arrebatadora, marca de la casa, pero sin clichés ni exasperaciones.

Un puzzle en el que hace intervenir a l@s dramatis personae, porque es una narración coral y va tirando del hilo hasta descubrir todas las cartas. Hasta la revelación final, en la que se encajan todas las piezas y que provocó en esta firmante el deseo de volver a verla, a partir de conocerla.

Escrita, adaptando la obra teatral de Michel Marc Bouchard, e interpretada también por el propio director, esta miniserie canadiense, fechada en 2022, está espléndidamente fotografiada por su habitual André Turpin y con una notable partitura, además de los hermosos temas musicales, de David Fleming.

De un reparto coral, se insiste, impecable y en estado de gracia, destacar al propio Dolan, Julie LeBreton, sobre tod@s y sobre todo ella, y Patrick Hivon.

Desgarrada, dura, lacerante, dolorosa, y nada convencional ni en su fondo, ni en su forma. Pero también apasionada, sensible y emocionante. Un debut excelente de su realizador en el género. Que nos hace vislumbrar un Dolan más maduro y complejo, aunque igualmente incandescente.

No dejen de verla. No nos dejes, Xavier Dolan.

Escrito queda.