Series en plataformas, Filmin. ‘The Architect’: A varios metros bajo tierra

Una arquitecta en la treintena, solitaria y muy dotada, trabaja en un estudio de Oslo donde subestiman su cualificación y prácticamente la destinan a servir café. Donde, a todos los efectos, es una becaria.

En el interín, su ex – ahora casado e intentando desesperadamente tener descendencia – es, por contra, el profesional de moda y de prestigio. Un profesional, sobreestimado, que es recibido con honores para hacerse cargo de un proyecto importante para la empresa: ganar un concurso público para construir 1000 viviendas en la capital.

Todo ello transcurre en un futuro distópico, inquietantemente próximo al presente. Una distopía en la que las personas son capaces de cualquier cosa, hasta de autolastimarse simulando un accidente, para conseguir, vía indemnización del seguro, un piso al que puedan llamar hogar.

En el caso de la protagonista, la subida del alquiler de su casa y su bajo salario la inducen a ocupar infraespacios de un aparcamiento ya en desuso, que se alquilan a un precio presuntamente módico pero, a todas luces excesivo, dadas las características, y carencias, de los habitáculos por llamarlos de alguna manera.

Aunque, por esas paradojas de la vida, allí fraguará una amistad con una chica muy particular, con un trabajo muy especial y un padre indigente y conocerá el singular, aunque extremo, modus vivendi a varios metros bajo tierra. También profesionalmente le deparará el éxito, pero… Pero quien esto firma no va a perpetrar spoilers.

Miniserie noruega, fechada en este año, y compuesta por cuatro episodios de 20 minutos de metraje cada uno. Transita sabiamente entre el drama, la comedia, la sátira y la ciencia ficción.

La escribe, junto a Nora Landsrod y Kristian Kilde, la guionista y cineasta del país, que debuta aquí en esta producción audiovisual, tras sus aplaudidos cortos anteriores, Kerren Lumer-Klabbers, cosecha del 91. La fotografía con excelencia David Bauer y la interpretan con talento y solvencia Eili Harboe, magnífica en el personaje central, e Ingrid Glaever, quien le da una réplica a la altura.

Austera, minimalista, elegante, irónica, cruel, despiadada y cualquier cosa menos complaciente, esta mirada de mujer – que nos asoma, se insiste, a un futuro ya contenido en el presente y que nos interpela con su crítica social – recibió el Premio a la Mejor Serie en el Festival de Berlín y es DE VISIÓN OBLIGADA.

No se la pierdan en Filmin.

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