El irlandés Joseph Thomas Sheridan Le Fanu (1814-1873) fue un reconocido escritor y periodista especializado en novelas góticas y de terror. Una de las más célebres es ‘Carmilla’ (1872) fascinante retrato de una vampira lesbiana, que esta firmante ha leído, y que inspiró a Bram Stoker para su ‘Drácula’ (1897).
Entre su intensa bibliografía se cuenta también ‘El tío Silas’ (1864), una oscura historia, que esta firmante no ha leído, sobre un misterioso crimen en una habitación cerrada que afecta a la familia de una joven heredera huérfana, que acaba de perder a su padre, pues a su madre no llegó a conocerla, y se ve impelida – por el testamento del progenitor – a convivir con un tío paterno, sospechoso del crimen, y de pésima resputación.
Su compatriota, la directora de cine y televisión Lisa Mulcahy, ha adaptado la obra en esta película que nos ocupa, segunda de su filmografía, con el título original de ‘Lies we tell’ y el castellano de ‘El legado’
Y lo ha hecho muy sabiamente, pues ha revertido el material literario con la historia de los horrores que debe afrontar la protagonista, en un siglo en el que las mujeres carecían de derechos tan fundamentales como el de disponer de sus propias fortunas sin ser tuteladas por un administrador o pariente masculino.
Así que es un relato de terror gótico, sí. Pero sin fantasmas, ni sobresaltos al uso, ni presencias sobrenaturales, sino con el mal encarnado en un siniestro y vil tío- sobre tod@s. en él – un primo indeseable, una prima tan aparentemente frívola como atormentada y una institutriz con un oculto secreto que la cercan, la vigilan, la acosan, la violentan, la maltratan y la encierran en su propia y señorial mansión ante la obligada inacción de su servidumbre y la complicidad de sus antiguos administradores.
Ante esta terrible, límite y desesperada situación, la joven opone su inteligencia y determinación para derrotar a sus enemigos acérrimos, que codician su dinero, hogar y estatus, sobre todo en lo que se refiere al padre y al hijo, pues la hija y la institutriz son instrumentos. a la vez que cómplices y víctimas de ambos.
Esta firmante no hará spoiler. Tan sólo deben saber que estamos ante un relato fílmico singular, inteligente, intenso, desasosegante y a la postre muy feminista. Un relato cuyo interés va in crescendo y cuya puesta en escena es tan elegante como desgarrada.
Un relato que hubiese merecido mejor destino en la ingrata cartelera sevillana que el ser estrenado con dos único pases doblados. Así que, puesto que lo han mantenido tan sólo una semana, esta firmante les recomienda encarecidamente su visión cuando la estrene alguna plataforma.
Producción irlandesa, fechada en el año en curso, de 89 absorbentes minutos de metraje. Sus excelentes guion y fotografía se deben a dos mujeres, respectivamente Elisabeth Gooch y Eleanor Bowman. En cuanto a su banda sonora, que subraya tan bien lo narrado, la firma Aza Hand. Y entre un reparto muy sólido, destacar a la magnífica protagonista, Agnes O’Casey.
Lo escrito. Véanla en cuanto puedan. ´