Archivo diario: noviembre 7, 2023

Dos miradas de mujer para una tertulia. Segunda, Celine Song. ‘Vidas pasadas’: Caprichos del destino

Segunda de las miradas de mujer que debatiremos en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra de este JUEVES, 9 DE NOVIEMBRE, EXCEPCIONALMENTE EN JUEVES POR UN COMPROMISO ANTERIOR DE LA LIBRERÍA, A LAS 19.30, EN CASA DEL LIBRO VELÁZQUEZ.

Coproducción entre Estados Unidos y Corea del Sur, fechada en el año en curso, de 103 minutos de metraje. Escrita y dirigida por la dramaturga, guionista y cineasta coreano-canadiense, residente en Estados Unidos, Celine Song, cosecha del 88, de la que es su ópera prima y que tuvo su estreno mundial en el Festival de Sundance.

Fotografiada con mimo por Shabier Kirchner, su banda sonora es igualmente notable y está firmada por Christopher Bear y Daniel Rossen. Destacar a su excelente trío protagonista: Greta Lee, Yoo Teo y John Magaro.

Esta firmante ha leído que la idea de la película la inspiró una situación que vivieron su marido, también escritor y dramaturgo, un amigo de la infancia – que había ido a visitarla a Nueva York – y ella. Estando los tres en un bar de madrugada, llamaron la atención por el grupo que formaban y porque sólo una era bilingüe y traductora…

De hecho, este es el sugerente comienzo de ‘Vidas pasadas’ en el que una pareja, fuera de campo, especula sobre las posibles relaciones que puedan tener el trío. En la llamada vida real, entre su compatriota y Celine Song nunca existió un sentimiento amoroso.

Pero sí le hizo revivir su pertenencia a dos mundos y dos culturas tan diferentes, la oriental y la occidental, que son las que conforman sus señas de identidad. La cineasta emigró a Canadá con tan sólo 12 años y luego se formó como autora en Nueva York, donde reside actualmente.

Su protagonista de ficción es una escritora que hizo lo propio cuando sus madre y padre se trasladaron al primero de los países citados. Pero en su lugar de nacimiento dejó una relación muy especial con un condiscípulo…

De esta unión, tan fuerte y tan contenida al tiempo, se da cuenta en la película al volver en el tiempo 24 años atrás. Un tiempo que describe la infancia y preadolescencia de ambos, quienes apenas si pueden pronunciar un hasta luego al despedirse.

Luego, doce años antes, ella se entera casualmente de que él la busca, le localiza por redes sociales e inician una absorbente y apasionada comunicación por videollamadas, en la que están ausentes las palabras amor o deseo, como si quisieran recuperar el tiempo perdido. Pero… no se hará spoiler.

Hasta que él viaja a Nueva York – donde ella ha cumplido su deseo de ser escritora y está casada con un colega, un hombre encantador y comprensivo donde los haya – tras haber roto con su novia. Ese reencuentro fugaz de apenas unos días, no dejará indiferente a nadie.

Porque afloran inevitablemente las emociones, los recuerdos, lo que pudo ser y no fue, las decisiones que se toman, cómo condicionan el futuro, el desarraigo del exilio y el sentido del destino, ese fascinante inyeon, o in-yun, coreano que sostiene que «quienes conectan espiritualmente entre sí, están destinados a reencontrarse, que no podemos controlar quien entra en nuestra vida y quien se queda y que cada encuentro ocurre por algo, incluso el más pequeño».

Se la ha comparado con ‘Deseando amar’ o con ‘Antes de amanecer’, entre otras obras mayores. Puede, pero tiene unas señas de identidad únicas e intransferibles. Esta mirada de mujer tiene una elegancia, una delicadeza, una sabiduría, una sutileza, una dignidad, una nostalgia y una puesta en escena tan envolvente que hace honor a un relato fílmico tan hermoso, tan triste, tan emotivo, no exento de humor y tan lleno de sabiduría que nos interpela y en el que podemos reconocernos.

Se reitera: La debatiremos este JUEVES, 9 DE NOVIEMBRE, EXCEPCIONALMENTE EN JUEVES POR UN COMPROMISO DE LA LIBRERÍA, A LAS 19.30, EN CASA DEL LIBRO VELÁZQUEZ.

NI SE LES OCURRA PERDÉRSELA.