Dos madres para un sólo hijo. Dos mujeres, una estenotipista y otra profesora de piano, para un hijo – músico, melómano, pianista, afinador de instrumentos, amante de los viajes y cinéfilo – que sólo vive con una de ellas, su madre adoptiva a quien le dijeron que la progenitora del niño había muerto en el parto, y que va a conocer a la otra, su madre biológica, que ha pasado décadas buscándolo infructuosamente.
Estructurada en capítulos y con el hilo conductor de las voces en off, que expresan pensamientos, hechos y correspondencias epistolares, su narrativa es singular, transgresora y cualquier cosa menos lineal.
De hecho, su tratamiento obliga a concentrar la atención porque no permite asentarse en ninguna zona de confort. Ambientes, lugares, planos, enfoques y puntos de vista subvierten el relato tradicional, pero te premian con la reconstrucción de todas las piezas.
‘Sobre todo de noche’ nos muestra a una mujer valiente, coherente, decidida e incansable en su denuncia de las diversas instituciones jurídicas, médicas y políticas que le han impedido, con el más insidioso juego sucio del poder, encontrar a su hijo.
Nos muestra cómo ella aprende utilizar los recursos de tales enemigos a su favor. Mientras, vemos las imágenes de archivo de la llamada Transición, sus líderes políticos, sus manifestaciones y sus miserias. Mientras l@s bebés eran robad@s.
De esa vibrante y cañera primera parte, se pasa, vía road movie, con sorpresa incluída, a una mucho más intimista en la que la progenitora oficial con el hijo van al encuentro de la biológica.
Porque el realizador ofrece también, a su alternativa y sui generis manera, la vulnerabilidad y empatía de otra mujer, sabia, madura, comprensiva y sensible, quien igualmente ha sido engañada en el proceso y que teme perder a quien más quiere en el mundo en esta cita tan importante.
Un encuentro a tres en las que ambas protagonistas – eminentes Lola Dueñas y Ana Torrent – no sólo no rivalizan, sino que empatizan y son generosas para acercarse afectivamente la una a la otra.
Ellas, junto con el chico entre ambas, deberán cumplir una última misión que les encarga para un fin, tanto de justicia particular como colectiva, a modo de venganza la que fue damnificada por los más pérfidos y siniestros poderes fácticos. Y…
Coproducción entre España, Portugal y Francia, de 108 minutos de metraje. La escribe, junto a Isa Campo y Andrea Queralt y la dirige, en lo que es una hermosa y arriesgada ópera prima, el guionista, asistente de dirección, director de fotografía y cineasta Víctor Iriarte, cosecha del 76.
La fotografía con fuerza y elegancia Pablo Paloma y la potente banda sonora se debe a Maite Arroitajauregi. Mencionar también la excelente intervención de María Vázquez y el contrapunto masculino que compone con acierto Manuel Egozkue.
Ganadora del Premio FIPRESCI del Jurado de la Crítica Internacional en la Seminci vallisoletana. Todos los reconocimientos le son debidos.
Déjense interpelar e incomodar por ella. Permítanse fluir ante toda su complejidad, arrojo y audacia, abran sus mentes y NO SE LA PIERDAN.