Esta firmante les incluye el enlace a su crítica en estas páginas de ‘Del revés’ (Inside Out)’ (2015), de Pete Docter – quien declaró entonces haberse inspirado en su hija para filmarla – y Ronaldo del Carmen, de la que nos ocupa es una digna secuela:
‘Del revés’: Inteligencia emocional
Esta firmante quiere compartir también con ustedes, pues lo ha hecho antes en redes, que fue una experiencia inédita y curiosa visionar ‘Del revés 2’ en la sala cinéfila sevillana por excelencia, y por supuesto en vose, con la banda sonora añadida de comentarios, risas, algún que otro llanto y preguntas de niñ@s acompañad@s de sus madres y padres…
La historia recupera a la protagonista, Riley – quien afrontó en la original cambios radicales de ciudad, casa, entorno y colegio con emociones como la Alegría, la Tristeza, el Miedo, la Ira y el Asco al timón – que se enfrenta aquí al cataclismo vital de la adolescencia. O de la preadolescencia, a sus 13 años.
Eso implica que a las cinco compañeras citadas se le unan otras tales como la Ansiedad, la Envidia, la Vergüenza y el Aburrimiento. A cada edad sus emociones…
Por ello y en este caso el reto de la protagonista, una consumada jugadora junior de hockey sobre hielo, es mantenerse leal a sus amigas en un campamento de verano, al tiempo que crea nuevos vínculos con jóvenes deportistas de referencia, que pueden ayudarla mucho.
No le resultará nada fácil, todo lo contrario. Paralelamente, en el Cuartel General sus viejas y nuevas aliadas – que estarán condenadas a entenderse, pese a sus resistencias inciales – capitaneadas por la vitalista e incombustible Alegría, tendrán que afrontar retos y vicisitudes peligrosos e imprevisibles.
Están en juego y en liza la amistad, el futuro, el autocontrol, los valores, la fidelidad a una misma, a los propios principios y a las personas queridas, entre un largo etcétera de sentimientos contrarios y encontrados que sumergiran a la protagonista en un bucle difícil de superar.
Y está también la lección de que las turbaciones consideradas negativas también son necesarias porque ayudan, contrapesadas por las consideradas positivas, al crecimiento y a la complejidad personal.
Ya se ha citado a la entusiasta Alegría, cuya voz en versión original corresponde a Amy Poehler y a Mar Bordallo en la doblada. Las equivalentes, por limitarnos sólo a las de las Emociones, de la adorable Tristeza son las de Phyllis Smith y Beatriz Berciano. Las de la divertida Ira/Enojo son las de Lewis Black y José Escobosa.
Las de la puntillosa Asco son Liza Lapira y Ana Esther Alborg. Las del prudente Miedo son las de Tony Hale y Fernando Cabrera. Las de la temida Ansiedad son las de Maya Hawke y Michelle Jenner. Las de la incómoda Envidia son las de Ayo Edebiri y Rigoberta Bandini.
Las de la sonrojante Vergüenza son las de Paul Walter Hauser y Brays Efe. Y las del sofisticado e irónico Aburrimiento, una de las estrellas de la función, son las de Adéle Etxarchopoulos y Chanel Terrero.
Un gran trabajo de actores y actrices y de todo el extraordinario equipo de esta producción de los Estudios Pixar para Walt Disney Pictures, fechada en el año en curso, de 96 minutos de metraje, dirigida por el escritor, dibujante y cineasta Kelsey Mann, cuyo guion han escrito Meg LeFauve y Dave Holstein, sobre una historia del propio director.
Destacar la banda sonora de Andrea Datzman y el trabajo de animación que han capitaneado Adam Habib y Jonathan Pytko. Agradecer que no se incluyan romances y que las jóvenes protagonistas se centren en sus estudios, interrelaciones mutuas, disciplina deportiva y futuro.
Hay que verla.