Consideraciones previas:
El título de esta película, ‘Silver Haze’, se refiere al tipo de cepa de cannabis que fuman las protagonistas y cuyos efectos, de acuerdo con Google, «son potentes, alegres y energizantes a nivel cerebral»…
Quien la escribe y dirige es la guionista, documentalista y cineasta neerlandesa, Sacha Polak, cosecha del 82, cuya trayectoria fílmica es corta, pero distinguida con prestigiosos reconocimientos.
Como el FIPRESCI de la Crítica en Berlín por su debut ‘Hemel’ (2012) o el CICAE, en el mismo Certamen, por su segundo largo ‘Zurich’ (2015). Entre ambos, rodó el documental ‘New Tits’ (2013) sobre su decisión de amputar sus senos preventivamente, ya que su madre murió debido a un cáncer de mama cuando ella contaba con tan sólo 11 meses de edad.
Toda su filmografía está habitada por personajes femeninos en situaciones límites. Como su primera película rodada en inglés, esta que nos ocupa es la segunda, ‘Dirty God’ (2019), galardonada con tres importantes premios en el Festival de Cine de Holanda en la que descubrió a…
…Vicky Knight, una enfermera británica, cosecha del 96, que interpretó en ella a una mujer superviviente de ser quemada con ácido por su ex pareja. Su actuación fue aclamada por la crítica, tanto que la realizadora contó con ella para esta su última propuesta.
De hecho, la historia está libremente basada en la propia biografía de la protagonista. Como su personaje en el filme, Knight arrastra el trauma y las cicatrices físicas y emocionales de un incendio provocado, de autoría muy cercana, en el que se vio atrapada siendo una niña, que le dejó el 33% de su cuerpo quemado.
Como su personaje en el filme, Knight trabaja en un hospital siendo sensible, solidaria y empática con sus compañer@s y pacientes. Allí la protagonista conoce a una chica superviviente de un suicidio, con la que descubrirá, la sensualidad, la ternura, el erotismo y sensaciones al límite, aunque también el dolor…
Estamos, pues, ante vivencias reales aunque ficcionadas. La realizadora nos sumerge con intensidad, desgarro y pasión en el microcosmos de la actriz, en su barrio del extrarradio, en su entorno familiar, con parientes que se interpretan a sí mism@s, con hogares y vínculos de sangre disfuncionales.
Nos sumerge en la rabia, los traumas, la sed de justicia y también de venganza que subyacen en la mochila personal de una mujer generosa, valiente y comprensiva que trata de atisbar la luz entre las oscuridades que la rodean.
Nos sumerge, con unas narrativa, factura y puesta en escena nada al uso, en las hermosas llamas, los brillantes fogonazos, y algún que otro cortocircuito en este relato sobre la sanación, la ira, el amor y el perdón.
En un relato poderoso y absorbente, con grandes hallazgos de fondo y forma, pero presidido por el desorden y la oquedad vacía de contenido de un guion desestructurado y deficiente que lo fía todo a las imágenes, descuidando la necesaria coherencia interna.
Coproducción entre Holanda y Reino Unido, fechada en 2023, de 103 minutos de metraje. Como se ha citado, la escribe y la filma Sacha Polak. Muy bien fotografiada por Tibor Dingelstad, tiene una solvente banda sonora firmada por Joris Oonk y Ella van der Woude.
Es norma de obligado cumplimiento destacar la fuerza y el talento de las dos mujeres que componen a los personajes centrales: la magnética y excelente Vicky Knight, cuya carrera cinematográfica sería muy de desear que no se encasillara en mujeres marcadas por el fuego y la no menos estupenda Esme Creed-Miles, hija por cierto de Samantha Morton.
Con sus pros y sus contras, desde luego que hay que verla. Una cineasta a seguir.
Escrito queda.