«La edad de la mujer, máscara de una opresión», escribió Susan Sontag en un excelente y lúcido artículo en la extinta y añorada ‘Triunfo’. Y Violeta Parra también maldijo en una canción «los estatutos del tiempo con sus bochornos». Bochornos y opresión que, en esta sociedad patriarcal, se ceban especialmente contra ellas.
La guionista y cineasta francesa Coralie Fargeat, cosecha del 76, miembro del colectivo 50/50 que promueve la igualdad entre los sexos en el cine y el audiovisual, aborda en esta película que nos ocupa, segunda de su filmografía – su ópera prima ‘Revenge’ (2017), que esta firmante no ha visto e ignora si se estrenó en Sevilla, y que se oferta en el catálogo de Prime Video, fue galardonada en Sitges con los Premios a la Mejor Dirección y a la Mejor Dirección Novel – la obsesión alienante y socialmente inducida por la belleza y la eterna juventud.
Y lo hace narrando la historia de una estrella en decadencia – una eminente Demi Moore, que ha tenido el valor de exponerse corporal y emocionalmente como nunca antes – que, marginada en su madurez, recurre a un complejo tratamiento experimental, llamado La Sustancia, a fin de recuperar tanto su lozanía como el afecto del público. Pero…
… Al inyectársela, de su interior sale alguien que es y no es ella al mismo tiempo. Emerge su alter ego joven y radiante – estupenda Margaret Qualley – que le permite cumplir sus sueños, pero el precio a pagar será muy alto.
No se harán spoilers, aunque sí se destacará su visión tan caústica y negra, negrísima, entre la ciencia ficción, el terror, la comedia negra, el body horror y el gore -y miren que esta firmante no es muy aficionada a este último género… – sobre una industria, espejo de una civilización patriarcal, que castiga y penaliza el paso del tiempo en las mujeres.
Aunque sí se destacará su visión tan rabiosa, tan salvaje, sangrienta y radicalmente libre, tan estilizada como grotesca, tan dramática como cómica y tan ferozmente crítica sobre el machismo de los hombres poderosos a quienes sus edades no les afectan.
Sobre esos viejos babosos, encabezados por un Harvey, ¿les suena?, un magnífico Dennis Quaid, que cosifican, explotan, hacen y deshacen carreras femeninas por mor de las fechas de un calendario.
Con ecos de Jekyll y Hyde aunque invertidas, de Cronenberg, del retrato de Dorian Gray, entre otros, pero con una mirada fílmica singular, personal e intransferible y feminista, esta firmante les recomienda encarecidamente que no dejen de verla.
Es toda una experiencia sensorial, en el mejor y en el peor sentido del término, de forma y de fondo, que hizo que la sala del Avenida estallara en aplausos al final de su proyección.
Coproducción entre Reino Unido, Estados Unidos y Francia, fechada en el año en curso, de 140 minutos de metraje. La escribe también la propia directora. Su espléndida fotografía se debe a Benjamin Kracun, con un gran aplauso a todo el equipo de efectos especiales, y su notable banda sonora a Raffertie. Ya se ha hablado de su reparto.
Mejor Guion en Cannes y Premio del Público en Toronto, todos los reconocimientos le son debidos. Asómense a sus abismos y no se la pierdan.
Escrito queda.