Un guionista y realizador franco-griego nonagenario, de la cosecha del 33, un cineasta prestigioso, reconocido, galardonado y comprometido con la izquierda, Costa-Gavras – entre cuya notable filmografía se cuentan títulos como ‘Z’ (1969), ‘La confesión’ (1970), ‘Estado de sitio’ (1973) o ‘Desaparecido’ (1982) – nos presenta, cinco años después de la anterior, su última y apasionante propuesta fílmica.
Una propuesta fílmica que interpela tanto a la muerte como a la vida. Una propuesta fílmica que nos interpela. Una propuesta fílmica que apoya sin fisuras los cuidados paliativos más empáticos y dignos para todas las personas en estado terminal y que deplora que la mayoría de la envejecida ciudadanía francesa no tenga acceso a esta opción.
Una propuesta fílmica, que comienza y acaba con dos resonancias de resultados dispares. Una propuesta fílmica que rinde tributo a las personas mayores, cuyas necesidades y derechos no son atendidas, ni reconocidos, en su país, pese a centrarse en los que sí gozan de esa posibilidad.
Una propuesta fílmica en la que, a través del encuentro y fuerte vínculo posterior entre un filósofo y escritor, el primero guíe y narre al segundo las diferentes formas de enfrentarse al final de algun@s de sus más destacad@s pacientes y el segundo lo enriquezca y aproveche como material literario y existencial, aportando sus opiniones.
Una propuesta fílmica llena de historias, que se intercalan en el relato como eje central, sobre los cuidados, emociones, desgarros, negaciones y aceptación de ese último suspiro inevitable tan complejas y desoladas, tan sabias y lúcidas, tan airadas y críticas, como las personas que las protagonizan.
Una propuesta fílmica intensa, dura, sensible, con una carga crítica, social y política, como no podía ser menos, pero nada panfletaria, y emocionante en la que se muestra a la Parca cara a cara, pues forma parte del hecho de haber nacido, pero llena de esperanza, compasión, lucidez y celebración de la vida.
Una propuesta fílmica cuyo guion ha escrito el propio realizador adaptando la novela homónima de Regis Debray y Claude Grange. Una propuesta fílmica fechada en 2024, de 100 minutos de intenso y absorbente metraje.
Una propuesta fílmica bellamente fotografiada por Nathalie Durand y con una vibrante banda sonora de Armand Amar. Una propuesta fílmica a la que aportan sus talentos Denis Podalydés, Kad Merad y Marilyne Canto y a la que agradecer las presencias de Charlotte Rampling, Ángela Molina o Karin Viard.
Una propuesta fílmica hermosa, doliente y animosa, que no deberían perderse bajo ningún concepto.