Archivo diario: octubre 25, 2025

‘Un simple accidente’: Víctimas y verdugo

El ciudadano iraní Jafar Panahi – cosecha del 60, guionista y cineasta de prestigio internacional, con una filmografía en la que se incluyen títulos tan reconocidos y galardonados como ‘El globo blanco’ (1995), ‘El círculo’ (2000), ‘Offside’ (2006), ‘Taxi Teherán’ (2015) o ‘Los osos no existen’ (2022), por mencionar sólo algunos – que tiene en su haber premios tan importantes y codiciados como el León de Oro, el FIPRESCI, o el UNICEF en Venecia, el FIPRESCI también en San Sebastián y el del Jurado, la Caméra D’Or y la Palma de Oro en Cannes, por esta su última propuesta…

… Debería ser un vecino ilustre y condecorado, del que su país se sintiera justamente orgulloso. Pero ocurre todo lo contrario: el regimen dictatorial teocrático, especialmente feroz con las mujeres, que lo gobierna, lo ha perseguido, encarcelado varias veces, acosado, retirado el pasaporte hasta el pasado año, forzado a hacer huelga de hambre y a filmar en la clandestinidad, impedido recoger trofeos y acudir a los Certámenes cinematográficos a los que era invitado por sus filmes y hasta como jurado.

Un trato indigno e infame para un hombre de talento por cuya libertad clamaron sus colegas de profesión en comunicados y manifiestos. Un trato indigno e infame para quien, pese a que ahora puede viajar, recoger premios y conceder entrevistas, debe seguir rodando en la clandestinidad.

Porque ‘Un simple accidente’ está, como todas las suyas, filmada en secreto. Hasta tal punto que quisieron requisarle el material una vez acabada, pero él se negó. Gracias a su valentía y determinación se puede disfrutar de su cine comprometido y de esta película.

Una película que el realizador dedica a sus compañeros de prisión, porque «sentía que se lo debía y porque habíamos tenido conversaciones sobre qué sucedería si nos encontráramos casualmente con uno de nuestros verdugos y de ahí nació la historia»

Porque este es el hilo conductor de este relato fílmico. El simple accidente de una familia, compuesta por el padre con vestidura religiosa masculina, la mujer embarazada y velada, excepto en su rostro, y una niña alegre y divertida a la que tratan muy bien.

La pequeña sufre un shock cuando, por falta de luces en la carretera, su progenitor atropella a un perro, demostrando sus sensibilidad y empatía por el animal, reprochandóselo al padre. Pero eso no es todo, ya que el vehículo se para y deben acudir a una especie de taller en busca de ayuda…

…Cuando el sonido intransferible de los pasos que provoca la cojera del conductor, es reconocida por uno de los empleados quien cree identificarle como el atroz torturador del que fue víctima en la cárcel, decide asegurar su identificación, a través de los testimonios de otr@s compañer@s de infortunio una vez que lo ha maniatado, secuestrado y mantenido oculto en su vehículo.

A partir de ahí, se inicia un cataclismo de imprevisibles y tremendas consecuencias, ya que el captor implica a las personas citadas – una pareja de novios, la novia especialmente afectada, una fotógrafa, un hombre algo maníago y agresivo, como consecuencia del sufrimiento padecido, aunque tales traumas sean comunes a tod@s ell@s, y hasta un librero amigo suyo – para que le reconozcan y sufra el castigo merecido.

A partir de ahí, no se harán spoilers, la mirada del director es justa y poliédrica y llena de comprensión hacias sus criaturas y sus sentimientos. A partir de ahí, desde su ideología y sus principios éticos, desde su activismo y su generosidad, que es capaz de ver ciertos indicios aperturistas del régimen como mujeres no veladas y vestidas a la occidental, narra una fábula moral, ferozmente crítica pero humanista en la que la equidistancia no existe – «nosotros no somos asesinos» – y en la que la empatía se abre paso incluso hasta con el personaje más abyecto.

A partir de ahí, desde las heroicas dificultades de esta filmación clandestina, ofrece una estimulante, perturbadora y contundente mezcla de géneros en la que cabe el thriller político de una tensión dificilmente soportable en muchas ocasiones, la comedia negra, el suspense y la road movie, dentro de los presupuestos inalienables que son una de las señas de identidad de su firmante.

Coproducción entre Irán, Francia y Luxemburgo, fechada en el año en curso, de 105 minutos de absorbente metraje. Muy bien fotografiada por Amin Jaferi, su reparto coral y mayoritariamente no profesional le añade verosimilitud y una aplastante sinceridad a lo narrado. Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, todos los reconocimientos le son debidos, representará a Francia en el Oscar a la Mejor Película Internacional.

Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra, que tendrá lugar el MIÉRCOLES, 5 DE NOVIEMBRE, A LAS 19.30, EN CASA DEL LIBRO VELÁZQUEZ. VÉANLA CUANTO ANTES Y NI SE LES OCURRA PERDÉRSELA.