Archivo diario: noviembre 9, 2025

SEFF 2025, Sección Oficial. «Los colores del tiempo»: Entre pasado y presente

Resulta reconfortante ver una película como esta, elegante, sutil, divertida, llena de imaginación y habitada por el encanto, a primera hora de la mañana cuando la ciudad del domingo no ha abierto aún los ojos del todo.

Resulta reconfortante disfrutar de una trama sólo aparentemente ligera, pero de facto muy compleja. Resulta reconfortante ir de sorpresa en sorpresa, entre los fantasmas del pasado y los desafíos del presente.

Resulta reconfortante contemplar la belleza de París y la hermosura imponente de la región de Normandía, dos escenarios donde se desarrolla la acción, en dos siglos diferentes en los que transcurren historias paralelas.

Resulta reconfortante contemplar el sprit de finesse francés en un relato fílmico tan sutil como irónico, tan divertido como sentimental, sobre descendientes que heredan una casa deshabitada y llena de recuerdos, cuyo terreno codicia una multinacional y sólo cuatro, tres hombres y una mujer, son quienes se internarán en ella para descubrirla, descubrirse y descubrir sus raíces, con un pícaro guiño a un pintor inmortal.

Sí, resulta reconfortante y placentera la visión de esta película gozosa y juguetona, que nunca insulta la inteligencia. Una producción franco-belga, fechada en el año en curso, de 124 minutos de metraje. La escribe, junto a Santiago Amigorena, y la dirige el conocido actor, guionista, productor y cineasta francés Cédric Kaplisch y su hermosa fotografía la firma Alexis Klavyrchine.

Deberían verla.

SEFF 2025, Sección Oficial. ‘All that’s left of you’: Patria

Tienen que ver sin falta esta película, coproducción entre Palestina, Alemania, Chipre, Jordania, Catar y Arabia Saudí, fechada en el año en curso, de 145 minutos de absorbente metraje. Tienen que saber que la escribe, la filma y la interpreta una mujer, la guionista de televisión y cine, actriz, productora y realizadora palestino-estadounidense, de la cosecha del 76, Cherien Dabis.

Tienen que saber que estamos ante un relato fílmico, basado en hechos reales, que apuesta decididamente por la reconciliación, pese a ser profundamente palestina. Tienen que saber que esta historia, que narra 70 años de una familia y de un país progresiva y violentamente sometido y arrebatado a sus legítimos habitantes, a raiz de un trágico acontecimiento, no es justiciera al uso, pero muestra todo el horror de la población civil desarmada e indefensa.

Tienen que saber que aunque los tres protagonistas de las tres generaciones, de cuyas circunstancias y diferentes reacciones ante los ataques se da cuenta, sean hombres, es una mujer que no está velada – a la que encarna muy bien la propia directora – quien les da voz en el presente, haciendo memoria personal e histórica.

Tienen que comprender, aunque no se harán spoilers, con quien y por qué habla la esposa, madre y ciudadana. Tienen que sentir los gritos y los llantos de niñ@s inocentes ante los bombardeos indiscriminados y atroces.

Tienen que presenciar como una muerte salva muchas vidas y una de ellas totalmente inesperada e incómoda. Tienen que experimentar las diversas reacciones, todas legítimas y comprensibles, ante una brutal ocupación y el abandono de que han sido objeto sus habitantes, que optan por un exilio forzoso e incierto.

Tienen que valorar este relato fílmico intenso, sensible, conmovedor y durísimo, incluso aunque discrepen de su enfoque. Tienen que vivir cómo una pareja vuelve a una patria soñada y añorada, que ya no es la suya y a la casa de sus orígenes. Tienen que saber que su factura es impecable, que sabe transmitir toda la dignidad, el amor y la rabia de un pueblo herido a través de sus hermosas fotografía y banda sonora, que firman respectivamente Christopher Aoun y Amin Bouhafa.

Se reitera, TIENEN QUE VERLA.