El sevillano Alberto Rodríguez es el responsable de títulos como ‘El traje’, ‘After’ o ‘7 vírgenes’ ganadora de una Concha de Plata en San Sebastián y merecedora de varias nominaciones a los Goya. Asimismo, la crítica le ha saludado como a uno de los realizadores españoles de mayor interés. Ahora estrena ‘Grupo 7’, en la que sigue a cuatro policías, que conforman el citado colectivo, encargados de ‘limpiar’ a la capital hispalense de gentes de mal vivir y de sus trapicheos traficantes, para que ofrezca un rostro impecable de cara a la Expo del 92.
La acción comienza en el año 87 y culmina con la inauguración del magno evento universal. En su desarrollo vamos asistiendo a las distintas operaciones que efectúan los personajes centrales en las cloacas ciudadanas del centro histórico, su objetivo primordial, por ser el más turístico y la imagen de la metrópolis. Pero también se internan en territorios comanches donde enemigos feroces les tienden peligrosas emboscadas, apoyados por l@s suy@s, los vecin@s de esos barrios marginales. Conoceremos también a sus aliad@s, confidentes y cómplices en un entramado delictivo en el que la violencia, el matonismo, el abuso de poder, la brutalidad, las traiciones y las tentaciones al filo de la legalidad, están a la orden del día. Y, paralelamente, a las personalidades, luces, sombras y vidas personales del cuarteto protagonista.
El realizador imprime a esta historia, cuya escritura ha compartido con Rafael Cobos, la adrenalina y el dinamismo requeridos en un ejercicio cinematográfico de género muy autóctono. Dicho de otra manera, enraizado en fondo y forma con sus orígenes andaluces y sevillanos sin que ello haya provocado vicios costumbristas y sin renunciar a una factura cuidada y a una elaborada puesta en escena. La naturalidad y credibilidad que transmiten situaciones y diálogos, no están reñidas con una búsqueda de estilo fiel al meollo del relato y a sus coordenadas geográfico-históricas.
Pero la cinta flaquea al mostrar la intimidad. En el registro más personal, resulta tópica y, aquí sí, estereotipada. A este Grupo 7- masculino plural, como es costumbre en la filmografía de su director- le faltan mujeres que les den las réplicas en pie de igualdad y no sólo distinguidas secundarias a sus sombras, pese a Inma Cuesta… Y también matices en el desarrollo de las evoluciones vitales de cada uno de ellos y en los de sus características personales, enfrentadas a los acontecimientos en los que han tomado parte. Las de uno de ellos se ve reducida a un mero esquema repetitivo.
Con todo y pese a ello, una película altamente recomendable de un realizador de talento y oficio al que hay que seguir, con un reparto entregado del que, y lo digo a casi un año vista, van a salir algunas nominaciones a los próximos Goyas. Excelentes, sin desmerecer al resto, Mario Casas, Antonio de la Torre, Estefanía de los Santos y Joaquín Núñez. Una visión nada complaciente y demoledora de ciertos estamentos policiales y de los submundos urbanos subyacentes a los oropeles hispalenses del 92.