Nada especialmente notable a destacar en la Sección Oficial de esta jornada del Certamen. Se proyectaron dos coproducciones, la serbio-germana, ‘La mujer con la nariz rota’, del yugoeslavo Srdjan Koljevic y la financiada por cinco países ‘The aviatrix of Kazbek’, de la holandesa Inneke Smits. Completó el progama ‘El regreso’, del sevillano Nonio Parejo, que también está incluída en Panorama Andaluz.
No se gana para disgustos… La primera cinta mencionada, la yugoeslava, desarrolla un tratamiento coral a modo de las clásicas vidas cruzadas de varios personajes, cuyos destinos ya nunca serán los mismos tras tales encuentros. En este caso, los protagonistas son la mujer de la nariz rota a la que alude el título, su bebé, una niña de meses, el taxista que las recoge en plena crisis, una farmaceútica que planta a su prometido y comienza una relación adúltera, una profesora con el corazón roto y un alumno enamorado. Y así podríamos seguir, pues son muchos los personajes secundarios que aparecen y que no le añaden gran cosa al penoso conjunto.
Según se desprende de lo narrado por su realizador, mal contado, mal filmado y un disparate argumental, en Belgrado las UCIS son como salas de espera en las que todo el mundo puede entrar, e incluso llevarse a l@s enferm@s a voluntad, pues no tienen control alguno. Todo el mundo se encuentra y se reencuentra continuamente y tod@s van a la misma farmacia. Sin comentarios.
Pues la holandesa, y de cuatro países más coproduciéndola, de la aviadora no le va a la zaga… Oscila entre el musical, el drama bélico, la fantasía y el romance. Tiene, eso sí, mejor factura que la primera. Sin embargo, sus escenas de batallas resultan cutre y pobremente rodadas, pese a sus pretensiones épicas. Situada al final de la Segunda Guerra Mundial, en los estertores de la ocupación nazi y en una pequeña isla puritana y conservadora que no comprende la personalidad a contracorriente de la protagonista. En fin, por lo visto hasta ahora, las directoras no se encuentran en su mejor momento.
Nonio Parejo vuelve a los paisajes almerienses de Níjar y La Chanca de la mano de Juan Goytisolo, cincuenta años después de la publicación de los libros que visibilizaron las infrahumanas condiciones de tales lugares y, especialmente, de sus habitantes y que contribuyeron poderosamente a su dignificación posterior. Son acompañados en estos itinerarios también por personalidades de la política, la cultura y la creación, así como habitantes de los pueblos y comarcas recorridos. El resultado, no obstante, es acartonado, especialmente en lo que se refiere a las dramatizaciones de hechos pasados, excesivamente reverencial- el respeto y reconocimiento se sobreentienden – para con el autor y sus textos. Mucho más convencional, previsible y políticamente correcto, con sus toques demagógicos, de lo que debiera haber sido.