‘El regreso de las golondrinas’: La víctima no humana de/entre las víctimas humanas

Quien esto firma lleva tiempo sin acudir a las salas por temas climatológicos, dado que no conduce y no le gusta ir a sesiones tardías. Así que el pasado sábado, un día de alivio térmico, disfrutó de una sesión doble en el Avenida.

Una de las visionadas fue precisamente esta y se quedó hasta el último título de crédito para comprobar que el rótulo de «ningún animal ha sido maltratado durante el rodaje de esta película» no aparecía por ninguna parte.

Y a fe que hay maltrato animal, o explotación animal que es lo mismo, ejemplificada en un burro que es la víctima no humana de las dos víctimas humanas protagonistas de la historia. La víctima de/entre las víctimas.

Un burro sobrecargado siempre con pesos insoportables e incluso que, en una escena lacerante para quien esto firma, dobla las patas con el cargamento, aunque esta situación atroz está normalizada en función de ser una bestia de carga para dos desheredados de la fortuna.

Esta firmante no se salió, como hace en situaciones similares y después deja constancia de sus razones en este blog, porque tenía que molestar a toda la fila. Porque el relato y su puesta en escena son notables y demoledores y absorbieron su interés.

Porque ha sido premiada con la Espiga de Oro en la Seminci. Porque sus críticas son extraordinarias y porque presuntamente el animal es «querido» – o, al menos, se le expresa cierta ternura – aunque eso no excluya, ni disculpe, todo lo demás.

No es fácil ver cine, y escribir sobre lo contemplado, con gafas animalistas. Porque se está sola en el empeño. Porque el especismo es un hecho tan lamentablemente incontestable, que casi nadie repara en estos maltratos evidentes disfrazados de «normalidad».

Casi nadie repara en que este animal sinitiente, noble y adorable es el último eslabón de la cadena de explotación, sufrimiento, humillaciones, indignidades y privaciones que afectan a un hombre y a una mujer, marginad@s, ofendid@s y abusad@s por sus familias, por su entorno, por los caciques de su localidad y por la sociedad en la que viven, la China rural contemporánea.

Dos seres expulsados de sus hogares y obligados a contraer matrimonio. Dos seres marcados física y emocionalmente por estas odiosas circunstancias. Dos seres que trabajan hasta la extenuación para tener su propio lugar en el mundo. Dos seres que aprenden a estimarse, a cuidarse mutuamente y a quererse aunque…

…Dos seres que, sin el tercero no humano en cuestión, nunca podrían haber conseguido nada. Dos seres que no le retribuyen tal lealtad y entrega más que con algunas, pocas,caricias, pese a que entre ella y él fortalecen sus vínculos.

Y cuando, en ese final demoledor, es «liberado»… no es tal, aunque no se hará spoiler. No sólo el burro, sino las otras especies que acaban teniendo… aunque no se hará spoiler.

Desgarrador, durísimo y doliente relato fílmico que denuncia unas aberrantes relaciones de jerarquía, familia, clase, orden patriarcal y poder político, aunque no tanto de especismo…, circunscrito a un microcosmos rural vaciado a su pesar.

Todo ello muy bien narrado, con una puesta en escena sin aspavientos ni subrayados, contemplativa, minimalista, serena, sobria, sutil, delicada, contenida y casi documental, en esta producción china de 131 minutos de metraje, fotografiada con excelencia por Wang Weihua e igualmente en lo que respecta a la banda sonora de Peyman Yazdanian.

Su guion lo escribe también su realizador Li Ruijun, cosecha del 83, considerado uno de los más interesantes cineastas jóvenes de su país con títulos, esta que nos ocupa es la sexta de su filmografía, como ‘Solsticio de verano’ (2007), ‘River Road’ (2014) o ‘Walking past the future’ (2017) que han estado presentes en Festivales como Venecia o Berlín y que quien esto suscribe no ha visto.

En cuanto a su reparto, destacar a la pareja protagonista, porque el burro no tiene nombre y nunca hubiese querido que sufriera tanto en el rodaje, Christina Hai y Wu Renlin.

Véanla, con este aviso a navegantes cinéfil@s animalistas. Y si les resulta posible háganlo también desde el punto de vista de esa criatura no humana. Basta ya de utilizarles, explotarles, abusarles y maltratarles en las filmaciones, el cine tiene medios para evitarlo y en muchos países está penado por la ley. SON CRIATURAS VIVAS Y SINTIENTES.

Escrito queda.

Una respuesta a “‘El regreso de las golondrinas’: La víctima no humana de/entre las víctimas humanas

  1. Enhorabuena, Carmen. No habré leído suficiente. Lo cierto es qué jamás encontré escritos haciendo una llamada de atención al maltrato animal. Y, la explotación que han venido sufriendo siempre. Graciassssssssss.

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