La frase que titula esta crítica la escribió esta firmante en redes cuando, durante el confinamiento, veíamos hermosas imágenes de animales en calles, jardines, plazas y entornos no habituales ante la ausencia humana.
Esta ausencia total de vida llamada humana, debida a una terrible inundación – sí, también aquí en esta ficción animada – es el comienzo de la historia de un adorable gatito, de pelaje gris oscuro y centelleantes ojos naranjas, que ha perdido su hogar.
Para eludir el agua, que ya se sabe cuanto la temen l@s felin@s…, se sube a lo alto de árboles y edificios de hermosas ciudades ahora progresivamente anegadas y se introduce en una casa – ¿la suya? – que parece reconocer y en cuyos jardines exteriores hay enormes estatuas de sus congéneres.
Pero no hay altura que no sea vencida por la riada, así que, y no será la única vez, cae al agua e intenta desesperadamente mantenerse a flote, cuando avista un viejo barco a la deriva y se sube a él a duras penas.
No será el único a bordo pues le acompañarán, en tan peculiar y arriesgada travesía, un perro, un lémur, un capibara y una enorme ave zancuda llamada ave secretario quien, por cierto, le salva en otra ocasión de perecer ahogado.
La convivencia entre estas especies tan diferentes y nada amistosas entre ellas no será nada fácil. Tendrán que aprender a compartir para sobrevivir, a ayudarse mutuamente pese a sus reticencias y temores y a acompañarse de la mejor forma posible.
Aquí no hay más diálogos más que los lenguajes propios de cada un@ de ell@s. Aquí no hay ningun@ a imagen y semejanza de la especie llamada humana, sino comportamientos y emociones propias de cada un@ de ell@s.
Con el pequeño felino como hilo conductor, se muestran los gestos, las actitudes, la alegría, la angustia, el miedo, la tensión, el asombro, el enfado o la ternura durante el proceso de adaptación, mientras aún más peligros les acechan…
Coproducción de animación entre Letonia, Bélgica y Francia, fechada en el año en curso, de 83 minutos de absorbente metraje. La dirige, escribe, junto a Mattis Kaza, y está a cargo de su banda sonora, junto a Rihards Zalupe, el guionista y cineasta letón Gints Zilbalodis, cosecha del 94.
Premio del Público en el Festival de Morella y cuatro en el más importante del género, el de Annecy. A saber: Especial del Jurado, del Público, Música Original y el de Fundación Gan a la distribución.
Está también en todas las quinielas de los Oscar. Todos los reconocimientos le son debidos a esta maravilla, a esta joya, a este prodigio de la animación animalista y gatófilo.
Ni se les ocurra perdérsela.