Sevilla Festival de Cine Europeo. Toma IV. Parte I: Lo personal y lo político

Comienzo de semana y la cuarta jornada del Concurso nos depara dos cintas radicalmente distintas en su enfoque y tratamiento fílmico. Son, a saber, la alemana ‘Si no nosotros, ¿quién?’, de Andres Veiel y la coproducción entre Holanda y Dinamarce ‘Code blue’, de Urszula Antoniak.

La primera describe la convulsa década de los sesenta a través de la vida de una pareja alemana y sus avatares personales y políticos. Hijo de un intelectual admirador de Hitler él y de opositores al nazismo, ella, aunque su padre tuvo que luchar en su ejército. Se conocen en la universidad y su relación va consolidándose, si bien sus diferencias ideológicas pronto se hacen patentes. El chico sigue admirando a su padre del que publica un libro en la editorial que ambos regentan y ella cada vez va siendo más crítica.

A través del tiempo y de la densidad de los acontecimientos históricos, recogidos en imágenes de la época, asesinato de Kennedy, crisis de los misiles, Vietnam, Cuba, mayo del 68… irán radicalizándose hacia la extrema izquierda ambos pero, mientras él lo hará a niveles más teóricos, la chica se decantará pronto por la guerrilla urbana. Los personajes son reales, no una pareja de ficción. Ella es Gudrun Ensslin, de la Fracción del Ejército Rojo  también conocida como la Baader-Meinhof y él su marido, y padre de su hijo, Bernward Vesper.

El realizador aborda tal densidad argumental,  un material que posee un indiscutible interés histórico-socio-político, con tanta exhaustividad como respeto. Pero se dispersa y se recrea en los principios de la relación y de la génesis ideológica de ambos personajes demasiado tiempo, con lo que el ritmo y el interés decaen hasta que en la segunda parte los recupera, incluso algo precipitadamente. De todas formas es una crónica lacerante de una generación herida por el nazismo y por los cambios en la geopolítica mundial que los arrastraron hacia unos posicionamientos y activismo extremadamente radicales, aún desde su innegable solidaridad con los oprimidos. Sorprende la ausencia, ni se la menciona siquiera, de Ulrike Meinhof, personaje clave en esta historia. Con todos sus defectos y excesos, un filme de enorme interés.

Urszula Antoniak cuya inolvidable ‘Nothing personal’ destacara poderosamente en el Festival hace dos años, siendo reconocida con el Premio de la Crítica cambia de registro radicalmente en esta ‘Code blue’. Sigue a una solitaria y perturbada enfermera, voyeur y algo fetichista, que trabaja con enfermos terminales a los que, a veces, facilita el tránsito final y cuyos efectos personales colecciona. Fascinada por la muerte, el dolor y el sexo, se verá abocada a una espiral autodestructiva imposible de controlar en el encuentro con un vecino tan aislado y emocionalmente perverso como ella.

La directora no sabe bien cómo tratar este material narrativo tan candente como peligroso, lleno de aristas y sombras, que hubiera requerido tanta contención como rigor, ni tampoco qué línea argumental de las posibles desarrollar. Opta así, erróneamente, por todas y ninguna, desaprovechando el metraje en tiempos muertos y reiteraciones,  que lejos de describir y acercarnos a los personajes y sus circunstancias los  alejan y confunden, hasta el golpe de efecto final. Una lástima.

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