Archivo diario: noviembre 26, 2011

‘Un dios salvaje’: El (in) discreto encanto de la burguesía

Un chico de once años, en el curso de una pelea, golpea a otro con un palo y le ocasiona moretones en la cara y la pérdida de un diente. Los progenitores del agresor se citan en casa de los de la víctima para intentar resolver civilizadamente el conflicto originado. Al principio, reina la cortesía, a despecho de la tensión latente, pero luego la situación se les va de las manos…

Roman Polanski ha adaptado al cine en ‘Un dios salvaje’ la obra teatral del mismo título de la escritora, dramaturga y cineasta francesa Yasmina Reza, con quien ha coescrito el guión. Es una coproducción entre Francia, España, Alemania y Polonia,tiene un metraje de 79 minutos y un reparto de lujo que borda sus papeles. A saber Kate Winslet, Jodie Foster, John C. Reilly y Christoph Waltz. Es su última propuesta fílmica, aclamada en Venecia, que ha obtenido los favores de público y crítica. También en nuestra ciudad, donde acaba de estrenarse.

En un apartamento de Brooklyn, en el que transcurre prácticamente toda la acción, dos parejas, una europea y otra norteamericana – muy diferentes en extracción social, temperamentos e intereses- dirimen un asunto cuya aparentemente civilizada y racional resolución se hace añicos al aflorar toda una gama de emociones, a cual más explosiva. Tales estallidos no se producen sólo entre ambos matrimonios, sino entre los hombres, entre las mujeres, entre la esposa de uno frente al marido de la otra y viceversa… Fuegos cruzados de reproches y alianzas, en los que el tema que les lleva a reunirse sirve de excusa para liberar a ese dios salvaje e indómito que tod@s llevamos dentro.

Y de paso, le sirve también al realizador para lanzar andanadas en contra de lo políticamente correcto, en todas sus manifestaciones. Divertida, corrosiva, brillante, transgresora, son calificativos que pueden ser aplicados a esta película inteligente, cuya puesta en escena está muy bien resuelta para ser una fiel adaptación de una pieza teatral.

Dos peros que quien esto suscribe debe consignar, sin embargo. El trato- otra vez…- dado a los personajes femeninos, mucho más esquemáticos y de una pieza que sus homónimos masculinos. Especialmente en el caso del de Jodie Foster, que roza la caricatura gruesa, y en la diatriba contra la sensibilidad animalista de Kate Winslet. Pese a que las actrices les insuflan vida, no pueden evitar dicho lastre. Responsabilidad también de Yasmina Reza, cuya única hasta ahora, ópera prima,’Chicas’ era de todo, menos pro mujeres… Y Polanski no lo es tampoco. A las pruebas me remito…

Chocante resulta asímismo la inesperada evolución del que tiene a su cargo John C. Reilly y la indulgencia, frente a la ferocidad con la que se contempla al de la Foster, con la que se retrata al de Christoph Waltz, el auténtico villano de la función. Claros desequilibrios sexistas, que no se le hubieran perdonado, invirtiendo los roles, a una mujer tras la cámara.