Y, en efecto, en el Continente africano han sido rodadas las dos historias de esta mañana en la Sección Oficial. Son, respectivamente, la belga ‘Blue bird’, de Gust van den Berghe y la franco-española ‘Kenu’, de Arantza Alvárez Pastor.
La belga rodada en un incómodo formato y con fotografía filtrada de azul es casi un docudrama de la vida de una pequeña comunidad africana a través de dos niños, chico y chica, que van tras el pájaro que da título a la película y viven una serie de aventuras y desventuras en las que el leit-motiv es la descripción de una forma de vida primitiva y la naturalidad con la que se abordan en ella la vida y la muerte. Tiene un toque fantástico al ver los protagonistas a sus difuntos abuelos y a niñ@s presuntamente no nacidos. Posee también vocación de estilo en su puesta en escena con planos fijos que abarcan el paisaje africano, del que se nos privan sus ardientes colores, que le confieren profundidad al campo visual, aunque no siempre estén justificados y, por el contrario, ralentizan el relato en su primera mitad. En la segunda parte, esto se corrige para mejor. Curiosa pero irregular.
La segunda es un infumable culebrón de serie C, probablemente lleno de buenas intenciones, cuya inclusión en el Certamen y en el Concurso es más que discutible. Sigue a una generosa cooperante de una ONG española, correcta Leticia Dolera, que no encuentra más que dificultades y peligros a su llegada al punto de destino. Caciques, traficantes, mercenarios, políticos corruptos, pedófilo, chantajistas, cayucos…y una población que desconfía profundamente de los blancos, aunque sea explotada, en este caso, por algunos de sus compatriotas. Hasta un romance vive la protagonista, en peligro desde el minuto uno, allí con un tipo de su raza aparentemente cínico, pero tierno. Y, por supuesto, hay un niño que le hará la vida imposible primero y luego se convertirá en su mejor aliado. En fin… Aviso a cooperantes, que no se diga.