Archivo diario: octubre 10, 2021

A modo de prólogo,’Madres paralelas’: Hable con ellas

Esta firmante tiene varios «contenciosos» con Pedro Almodóvar como mujer – y también como animalista, algo a desarrollar en otra ocasión – que detallará a continuación. Lo que no le ha impedido saludar con estusiasmo en sus críticas a títulos suyos como ‘Dolor y gloria’ (2019) y ‘La voz humana’ (2020), por mencionar tan sólo a los dos previos al que nos ocupa.

Esta firmante ni puede, ni pretende, ni quiere, renunciar a sus gafas moradas – o a su mirada crítica feminista – en las películas que visiona. Es por ello que deja constancia, en esta introducción a la reseña propiamente dicha de ‘Madres paralelas’, de aquellas de la filmografía del llamado manchego universal que, en su tratamiento, guion, enfoque o escenas, han herido, por decirlo de una manera muy suave, su sensibilidad al respecto. Las más chirriantes. A saber:

En ‘Matador’ (1986), Chus Lampreave le comenta a Eva Cobo, ante su indumentaria al salir: «Luego os quejáis de que os violen»

En ‘Átame’ (1989), el personaje de Antonio Banderas secuestra al de Victoria Abril y es visto como un acto romántico.

En ‘Kika’ (1993), el personaje de Santiago Lajusticia viola repetidamente al de Verónica Forqué que muestra, en la segunda ocasión, un cierto placer en ello o, al menos cierta ambivalencia. Estas agresiones sexuales a ella, y a otras mujeres, son tratadas en clave de gag o sátira.

En ‘Hable con ella’ (2002), el personaje de Javier Cámara, enfermero, viola al de Leonor Watling en coma, mientras estaba a su cargo, y la deja embarazada. Aunque lo oculte, sea descubierto e ingrese en prisión, nunca asume su delito más que como un impulso amoroso y declara su intención de casarse con ella y conocer-reconocer al niño. Es retratado casi como una víctima sensible, siendo el victimario. E incluso como el «salvador», así le describe Darío Grandinetti, pues a raiz del ataque, ella despierta de su estado catatónico…

Hay más, hay más, pero no es la intención de esta firmante ser exhaustiva. Las trae a colación porque, pese a tales mimbres y «currículum», el director se ha permitido – en recientes entrevistas previas al estreno – criticas a las feministas, concretamente a maestras históricas del Movimiento, por su actitud hacia las mujeres trans confundiendo insidiosamente los términos.

Quien esto suscribe, le responde con dos tuits. Uno de la maestra Rosa Cobo:

«Movimiento feminista no es lo mismo que movimiento LGTB. Sexo no es lo mismo que género. Igualdad no es lo mismo que diversidad. El feminismo aspira a acabar con el género, a establecer la igualdad entre hombres y mujeres y a consolidar a las mujeres como sujeto del feminismo»

El otro de la compañera muy cualificada, y referente imprescindible, Elena Armesto:

«NO

No es transfobia estar en contra de la autoID de sexo registral.

No es transfobia querer mantener espacios seguros para mujeres y niñas.

No es transfobia asegurar que el SEXO existe.

No es transfobia constatar que un hombre no puede ser una mujer.

No es transfobia ser FEMINISTA»

Son sólo dos ejemplos. Hay cuentas, grupos, colectivos y profesionales tan lúcidas e iluminadoras como La guerra más larga de la historia, Contra el Borrado de las Mujeres, Paula Fraga, Laura Redondo, Nuria Coronado Sopena, Nuria González, Tasia Aránguez, Esther Díaz Pedroche y Partido Feminista, entre un interminable etcétera que incluye a tantas otras y a esas maestras a las que se refería como Amelia Valcárcel, Luisa Posada Kubissa o la citada Rosa Cobo, que lo han desarrollado y argumentado con razones de peso e inapelables en artículos, ensayos, jornadas y en redes sociales.

Léalas, señor Almodóvar. Hable con ellas.