Archivo diario: marzo 17, 2013

‘Amor y letras’: Intercambios generacionales

 El estadounidense Josh Radnor, actor, productor, escritor y realizador, es conocido fundamentalmente por su papel de Ted Mosby en la serie «Como conocí a vuestra madre». Inició su carrera tras la cámara en 2010, con la irregular, aunque bienintencionada, cinta indie, ‘HappyThankYouMorePlease’.  Ahora llega a nuestras pantallas, en versión doblada, esta su última propuesta de la que también es guionista.

Se trata de otra historia cuyas señas de identidad se inscriben en el llamado cine independiente de su país, tanto en el fondo como en la forma. Sigue a un hombre de 35 años,  aburrido de su trabajo y recién abandonado por su pareja. Inmerso en una crisis existencial, acepta la propuesta de uno de sus profesores más estimados, quien quiere que le glose en su ceremonia de jubilación. Su vuelta al campus y el encuentro con una estudiante de diecinueve, serán un punto de inflexión para él.   

Estamos ante una película que pretende tener una cierta carga de profundidad bajo una apariencia ligera. Que pretende dar cuenta de un conflicto moral,  bajo la pátina de la comedia.  Que pretende retratar a dos generaciones, bajo los rasgos de un romance desigual. Que pretende registrar el ayer y el hoy, del alumnado y del  claustro,  de una institución académica prestigiosa. Entre otras cosas, claro, pero no lo consigue. No del todo, al menos.

Cierto es que se deja ver. Que no insulta la inteligencia. Que resulta entretenida y agradable. Que no cae en la fácil tentación del nada es imposible. Que es un canto a la lectura, a la música clásica, a la correspondencia epistolar, al cultivo del trato interpersonal. Que sabe transmitir el peterpanismo de ciertos hombres ilustrados. Que la chica, excelente Elizabeth Olsen, es bastante creíble y está muy bien tratada. Que sabe describir la nostalgia de un tiempo y una edad irrepetibles, en un contexto más que privilegiado.

Pero también es autocomplaciente y acrítica. Pero tampoco está lo bien dialogada que debería. Pero también está el insufrible Zac Efron, en un rol que roza lo grotesco. Pero también castiga a la estupenda Allison Janney, antológica su escena postcoital con Radnor, en beneficio del protagonista. Pero también la desaprovecha a ella y al gran Richard Jenkins, aunque a este último sí le conceda mayor espacio. Pero tampoco es todo lo cínica, irónica y caústica que tal entorno académico pedía a gritos.