Esta tarde, Luis, esta misma tarde, en La Casa del Libro, a las 19.30, en la cuarta planta, sala de actividades, en tu tertulia del alma – que ahora lleva tu nombre – estaremos contigo, aunque tú no estés ya entre nosotr@s. Estaremos contigo, sin ti. Sin tu querida presencia. De la única manera en la que no hubiéramos querido, ni pensado nunca, estar.
Sé que desbordaremos el aforo y la librería ya está prevenida, dentro de lo que cabe, para esta circunstancia. Sé que estarán personas habituales en otras temporadas que, ahora y por diversas razones, no acuden a nuestra cita. Y también otras nuevas, con las que contamos, y que tuvieron también el privilegio de conocerte. O aquellas que no, pero que saben de ti y de tu paso, inolvidable e irrepetible, por esta actividad.
Contaremos también con gentes amigas de la crítica que fueron invitad@s en su día y que quieren rendirte tributo. Y, sobre todo, con tus amistades, con tu compañera, nuestra queridísima Lola Mesa Velasco, tus dos hijas, Carmen Casal Mesa y Dolores Casal Mesa y tu hijo, Luis Miguel Casal Mesa, que te glosarán regalándonos un retrato tuyo, no solo profesional, no solo cinéfilo, sino intensamente personal.
Sé que tod@s querremos hablar de ti, de lo que ha supuesto para nosotr@s tu paso por estos cinco cursos a los que fuiste fiel hasta el pasado febrero, ya tocado por el mal, por la maldita enfermedad maldita que te arrebató la vida y nos dejó huérfan@s en los debates cinematográficos.
Sé que este homenaje es una mínima correspondencia a lo mucho que nos diste. Pero vamos a hacerlo desde el corazón, desde el agradecimiento, desde el recuerdo y desde el cariño. Por, para, ti y contigo, Luis.