Archivo diario: enero 6, 2013

‘La noche más oscura’: Guerra sucia

En esa película notable que es ‘Argo’ – cuyo estreno coincidió con la celebración del Festival de Cine Europeo y con la superposición de otras cintas y por ello su crítica no fue consignada en este blog -, nada sospechosa de radicalidad política, la honradez y la decencia de su realizador, el actor Ben Affleck, le llevan a hacer un prólogo en el que recuerda la responsabilidad estadounidense en el resurgir del islamismo más extremista y letal, junto con las teocracias. Así sitúa y posiciona los acontecimientos reales, que recrea en su relato fílmico, en su contexto más coherente.

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Kathryn Bigelow elige aquí también un suceso real, protagonizado e inspirado por la CIA, aunque situado en el tiempo un siglo más tarde y completamente opuesto en cuanto al objetivo de la misión. La historia, de cuyo guión se encargó Mark Boal, abarca diez años. Desde el ataque contra las Torres Gemelas, a la noche más oscura de la localización y caza del Enemigo con mayúsculas del imperio, gracias al empeño y voluntad incansable de una joven y muy cualificada agente del servicio de inteligencia. Entre ese período de tiempo, también registra los atentados de Londres del2005, los del Hotel Marriott en Islamabad y otros en los que  espías norteamericanos fueron las víctimas.

Localizada en distintos escenarios, singularmente paquistaníes. Como aquel  en cuya orografía montañosa tuvo lugar el sanguinario evento que da título al filme, pero también, siguiendo la cronología hasta llegar al clímax, en escondites, o mazmorras secretas donde se torturaba a placer y se obtenía, según se nos cuenta, información valiosa para evitar actos terroristas al tiempo que servían para encontrar a sus principales líderes, tal que Bin Laden, en este caso.

Tráiler de ‘La noche más oscura’

Desde el más obsceno y feroz trabajo de «campo» de est@s funcionari@s públicos estadounidenses empleándose a fondo contra extranjeros indefensos y maniatados, hasta los espacios de poder. Desde cubículos fuera de la ley, hasta lujosos despachos. Desde territorios comanches o amigos, se describe, y muy bien, – la realizadora está muy dotada para la acción, para filmar estos  hechos violentos y sombríos con precisión milimétrica – la cruzada de una potencia por imponer su forma de hacer las cosas a nivel global.

La cinta es tan brillante como perversa. Tan contundente como insidiosa. Tan presuntamente verosímil en la adaptación de unos hechos sucedidos, como ideológicamente escorada. Tan potente como cruel. Tan convencida, y casi convincente, de la legitimidad de los métodos contrarios a los derechos humanos que describe. Tan cercana a la épica del crimen de Estado que vehicula, por aquello de que el fin justifica los medios….Está tan bien interpretada – Edgerton, Adkins, Strong, Ehle, Chandler, Gandolfini en un pequeño papel y, sobre todo, una inmensa Jessica Chastain, carne de Oscar – que resulta penoso dar cuenta de su mala fe intrínseca al ocultar la evidencia de que su país alimentó y financió al monstruo, cuando estratégica y políticamente le convino. Que resulta lamentable su posicionamiento ante la tortura, el todo vale y la guerra sucia.