Dos seres dolidos. Un viudo que no olvida, y que se refugia en el trabajo. Una mujer en tratamiento contra el cáncer, que descubre a su marido engañándola con una joven compañera. Una boda en Italia. Los contrayentes, la hija de ella y el hijo de él. Allí se conocen, previamente a identificarse. La novia. El novio. Los amigos del novio. La absorbente cuñada del protagonista. Su hosca y díscola hija. El tosco y burdo esposo adúltero. Su nueva conquista… Antes de la boda, todo cambia para tod@s.
¿Susanne Bier – ‘Hermanos’, ‘En un mundo mejor’ – Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa en 2011 -, ‘Después de la boda’ – la realizadora danesa del Dogma, filmando una comedia romántica…?. Sí, pero no. Porque esta no es una comedia romántica, como la publicidad ha querido venderla, al uso. Aunque haya romances, aunque se disfrute con la turbadora belleza de los paisajes de Sorrento, aunque suene como un leit motiv ese maravilloso tema de Dean Martin, ‘That´s amore’, aunque sus personajes atraviesen situaciones altamente emocionales en sus encuentros y desencuentros… Pese a todo ello, no responde, afortunadamente, al cliché más tópico y manido del género.
Porque la directora no nos escatima el drama subyacente , a partir de la premisa misma de las circunstancias vitales de ambos protagonistas. Porque la directora sabe ver, su cámara sabe ver, más allá de la superficie. Porque la directora sabe penetrar en los secretos de cada cual e irlos desvelando, a medida que transcurre el relato. Porque la directora no se conforma con el chico busca chica, o al revés, pierde chic@ y lo recupera en el happy end. Porque a la directora, como buena nórdica, sabe que el dolor, el conflicto, la confusión, la inseguridad, la vulnerabilidad, la intensidad o la frustración, entre otros factores, son inseparables de los afectos. Porque la directora cuenta con un guionista brillante y complejo como Anders Thomas Jensen. Porque la directora también ha contado con un sólido reparto que sirve muy bien a la historia y a sus personajes, con una mención especial para la estupenda Trine Dyrholm.
El resultado es una cinta llena de sorpresas y con alguna otra carga de dinamita, inteligente y sensible, divertida y ambiciosa, aunque aparentemente ligera… Cabe reprocharle un exceso de metraje y la ferocidad con la que dibuja a la cuñada, aunque sepa ver sus indefensiones y carencias. Pero todos los caracteres y situaciones están muy bien retratados y expuestos a que los consideremos con la emoción y con la inteligencia. Merece la pena verla.