Un registro policial que la requiere de testigo, en la casa vecina, cuando está al borde de abismo. Un documento de identidad que revela un cumpleaños. Un cumpleaños especial y tan solitario como ella. Un cumpleaños que inicia una década. Un relato que transcurre durante ese día, desde su temprano e impactante inicio de casi madrugada, hasta su final nocturno. Una mujer sola frente al mundo.
Una mujer inexpresiva, insobornable y distante, habitada por tantos secretos como la propia historia. Una profesora por exclusión y vocación. Una funcionaria jubilada. Un hijo, una madre, un ex marido, un@s colegas que la culpan, la detestan, la abandonaron, la marginan y la ignoran. Unos lazos de sangre casi irremediablemente perdidos.
Una pasión por la música y por la enseñanza. Un microcosmos refinado y cruel. Una persona invisible, salvo para alguien inesperado, inoportuna, difícil e incómoda. Un concierto, una composición, unas entradas regaladas a extrañ@s y conocid@s. Una dedicatoria que no abre, sino cierra. Una revelación que cuestiona una vida. Unas buenas intenciones que conducen al despropósito. Una conclusión tan abierta como, en cierto modo, reconfortante…
Con estos mimbres – que ustedes deberán ordenar al verla, encajando sus piezas – ha realizado el guionista y cineasta alemán Jan-Ole Gerster, cosecha del 78, esta producción de su país fechada en 2019, de 98 minutos de metraje. Su escritura se debe a Blaz Kutin. Su excelente fotografía a Frank Griebe y su brillante banda sonora a Arash Safaian.
Cuenta también con un reparto impecable, al frente del cual está una pasmosa Corinna Harfouch, cuyo talento en la composición de su insondable personaje ha sido comparado con el de Isabelle Huppert en algunos de los suyos.
Porque asimismo sus estilo, tratamientos y puesta en escena -rigurosos y complejos, sutiles y descarnados, sombríos y perturbadores, secos y elegantes, sobrios y esquinados- han sido equiparados a los de Haneke, aunque el austriaco tenga más oficio, madurez y talento. Al menos, por ahora…
Este retrato de la protagonista, Lara, como reza el mucho mejor título original, es tan intenso como distante. Tan sugerente como misterioso. Tan lleno de enigmas como revelador. Tan frustrante como habitado por una cierta esperanza. Tan cerrado como abierto en ese final tan inesperado como lo es toda la película.
Deberían verla.