Archivo mensual: mayo 2013

El cine que Sevilla no verá. Toma IV. Como la vida misma…

Suma y sigue la indeseable lista negra de las ausencias cinematográficas de nuestra ciudad. Se confirma lamentablemente lo consignado en la toma anterior y añadimos tres nuevos títulos de esta semana a los ya reseñados y nunca vistos. El documental – sólo para este género, ya necesitaríamos una crónica aparte… – británico, de Bart Layton, ‘El impostor’. El drama español, ‘Mussolini va a morir’, de Rafael Gordon. Y el canadiense, otro drama bélico, firmado por Kim Nguyen, ‘Rebelde’.

El primero de los citados da cuenta de una historia real sucedida en el Medio Oeste norteamericano. Contra toda lógica, unos padres aceptan como a su hijo desaparecido a un joven ¡¡¡ francés!!! que se hace pasar por él. Ni uno, ni otro tienen nada que ver ni en físico, nacionalidad o edad, pero el chico es integrado en su presunto hogar. Fechado en 2012, y de 99 minutos de duración que ganó el BAFTA al mejor debut y el Gran Premio del Jurado en Miami, la prensa estadounidense la ha saludado como irónica, antropológica, inquietante y demoledora.

Rafael Gordon ha adaptado una obra de teatro en la que se narran las últimas horas, a solas, del dictador italiano y su amante, Claretta Petacci, antes de ser ejecutados públicamente. Las reseñas han destacado su lectura política e histórica, unidas a su transgresión formal. Miguel Torres y Julia Quintana se hacen cargo del tour de force interpretativo.

Y la tercera en cuestión, ‘Rebelde’, de Kim Nguyen, es la atroz historia de una niña africana, secuestrada por el ejército rebelde y obligada a luchar en una guerra sangrienta. Candidata al Oscar 2012 a la Mejor Película de habla no inglesa, Oso de Plata a su mejor actriz en Berlín, Mejor Película en el Festival de Tribeca, entre otros muchos reconocimientos. La crítica se ha rendido sin paliativos a su dureza,a su emoción, a su denuncia, a su potencia y a su sensibilidad.

Y Sevilla… castigada sin verlas.

Los premios Blogosur en Viva Sevilla

Os dejamos el recorte de Viva Sevilla de hoy sobre los III Premios Blogosur.

Muchas gracias, siempre, a este medio por su apoyo a este blog.

blogosur en viva sevilla

III Gala Premios Blogosur: Sucedió una noche…

En un hermoso teatro sevillano, el Lope de Vega,  la noche del lunes, 6 de mayo, se vistió de fiesta en la III Gala de los Premios Blogosur. Gentes de la política, la empresa, la prensa, jurado, organizadores-as, candidat@s, invitad@s, familiares y artistas se mezclaban dichosamente, en un aforo completo. La expectación, máxima. Los nervios, a flor de piel. La alegría y la tensión eran paradójicas compañeras de viaje. Una noche cálida de primavera dentro de un recinto rebosante de vitalidad, sueños y esperanzas. Se abre el telón… En la noche más hermosa de l@s bloguer@s y l@s tuiter@s, todos los móviles están funcionando a pleno rendimiento.

Una sugerente Alba Molina, cuánto se parece a Lole Montoya…, entonó ,con una voz profunda y matizada, el clásico ‘Te quiero mucho’, que sonaba tan sureño e intenso en su garganta. Bien empezamos. Pero esta no va a ser, ni puede ser, una crónica al uso. Porque ya tiene a tanta gente cualificada que la escriba, que la ha escrito. Porque ya todos los teletipos se han hecho eco de los nombres propios. Porque sólo es posible contarla desde la subjetividad. Porque quien esto firma, podría glosar a personas, discursos, sonrisas, abrazos, parabienes, presencias dominando el escenario, energía incontenible en la platea, en una atípica mezcla de generaciones, estilos y hasta ideologías… Y una pantalla, que proyectaba, con algunas excepciones, lo más brillante y ocurrente del ingenio andaluz, sin sobrepasar los ciento cuarenta caracteres.

Porque cuando un nombre inesperado, el tuyo propio, suena, contra todo pronóstico, como un inmenso reconocimiento, como una deuda que no puede pagarse, y subes, en la mejor compañía, y resaltas que sois las dos primeras mujeres en hacerlo como premiadas, y suenan los aplausos. Y no sabes qué hacer, o qué decir, y el público es invisible con los poderosos focos y te obligas a estar y a mantener a raya la incontenible emoción. Y terminas parafraseando   la mítica frase del final de Casablanca : «Siempre nos quedará la cultura, siempre nos quedará el cine…». Y vuelves a tu asiento, y te relajas, y disfrutas de la vibración colectiva de un espectáculo vitalista que está arriba y abajo, con los flashes de cámaras y móviles.

Y ya sí, rindes con estas líneas un homenaje a la organización, GRACIAS BLOGOSUR, al jurado, a tus compañeros-as tan justamente reconocid@s, a  quienes nos regalaron momentos brillantes, buena música, buen hacer en la presentación, excelentes actuaciones… Bloguer@s y tuiter@s de esta ciudad, presentes y ausentes, visibles o invisibles, reconocid@s o no, premiad@s o no, esta ha sido nuestra velada y nuestra noche.

Y aquí tenéis el vídeo completo de la gala:

‘Combustión’: Deprisa, deprisa…

Daniel Calparsoro, que tropezó en su anterior título, ‘Invasor’- un honesto, pero fallido, antibelicista intento de cuestionar a cierto stablishment de la inteligencia institucional uniformada, con imposibles villanos de guardarropía… – aborda ahora otra historia radicalmente distinta en este su último estreno, ‘Combustión’, cuyo metraje es de 104 minutos y su guión lo firman Carlos Montero, Jaime Vaca y el propio realizador.

El relato sigue a un joven aparentemente irreprochable, que está prometido con la dueña y heredera de una joyería – una María Castro muy convincente, pese a su esquemática caracterización e imagen – y que conoce, no tan casualmente, a una joven seductora y singular, por la que se siente irremediablemente atraído. Ella es el cebo que utilizan un par de delincuentes para atracar a ricos  incautos y el motivo por el que el protagonista conocerá el lado oscuro de las carreras ilegales de coches y un triángulo amoroso cuyos virajes son imprevisibles.

Incluso en lo menos distinguido de su filmografía, es innegable el talento visual que el director posee. Sabe manejar la cámara, lo hace muy bien y está dotado para la acción. Así que estamos aquí ante un producto comercial digno, ante una película en la línea de ‘Fast and furious’, pero más intimista y autóctona, a la española. Firme y elegantemente rodada, se mueve con soltura, y sin necesidad de tremendismos, por los espectaculares vericuetos de las velocidades prohibidas y cargadas de adrenalina. Entre el vértigo de los motores y el film noir, con presunta femme fatale incluída, se deja ver. Con el añadido suplementario de cierta complejidad en los personajes centrales masculinos y en el de la chica…

Lástima que después la trepidación se imponga a los matices. Incluso el erotismo, tan publicitado, se queda en una escena explícita, donde la química Ugarte-González se revela poderosa, pero nada más. Tendría que haber corrido menos y haber ahondado más en esa juventud outsider, consumida por la combustión vital y habitada por el impulso incontrolable de quemar todas las etapas, hasta el límite.

‘En cartelera’, 2ª parte: La duda

A quien esto firma, le resulta frustrante constatar, semana tras semana, cómo la oferta cinematográfica de nuestra ciudad se empeña en desmentir sistemáticamente algunos de los estrenos anunciados en las colaboraciones de los viernes en Viva Sevilla. Esto debido a las llamativas ausencias – y-o, en el mejor de los casos, dilaciones, – en las carteleras sevillanas de dichos títulos,  de los que ya se hacen eco ciudades más favorecidas. Por ello se impone levantar acta de tales vacíos. Asumimos la segunda entrega, con la esperanza de que algunas de estas cintas puedan ser visionadas en los próximos días.

El mayor riesgo de quedar inédita lo tiene la franco-belga, ‘El ejercicio del poder’,  de Pierre Schöler, drama político sobre un ministro en crisis, a causa de un grave asunto que atañe a su cartera. Fechado en 2011, obtuvo tres Premios César y la favorable unanimidad de la crítica, que la considera como Nando Salvá en ‘Cinemanía’: «Una visión desencantada y lúcida de las altas esferas… Un thriller político trepidante». Otra francesa, ‘Tomboy’, de Céline Sciamma, fechada en el mismo año, sobre una niña que se hace pasar por un chico y las consecuencias que deberá afrontar. Obtuvo el Premio del Público en el Festival de Gijón y unas reseñas superlativamente buenas, como las de David Broc en ‘Fotogramas’:»Una bellísima reflexión sobre los arquetipos sociales y el autodescubrimiento». Todas estas citas y las próximas tomadas de la imprescindible página de consulta de filmaffinity. Gracias.

Y dos latinoamericanas. De la paraguaya, ‘7 Cajas’, de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, se han destacado el inteligente uso de su ínfimo presupuesto, dada la escasa producción cinematográfica de su país. También su ritmo trepidante y su puesta en escena, pero se le ha reprochado el alargar la historia excesivamente. La argentina, ‘Dos más dos’, de Diego Kaplan, que ha cosechado división de opiniones especializadas, hace una propuesta desenfadada y poco usual del intercambio erótico entre dos parejas muy dispares. O el drama carcelario-amoroso, con el baile de salón de fondo, franco-belga, ‘Tango libre’, de Frédéric Fonteyne, que ha obtenido una tibia recepción.

El cine, entre otras muchas definiciones o lugares comunes, es un hecho cultural incuestionable, que se nutre y se integra de y con las demás manifestaciones artísticas . Nos enriquecen otras miradas fílmicas alternativas a las comerciales, otras historias, puestas en escenas, países, paisajes y paisanajes y formas de narrar. Nos empobrece su ausencia. Confiemos que la de estas cintas en nuestras salas sea sólo temporal.

La colaboración del viernes en ‘Viva Sevilla’…

Os dejo el pdf con mi columna de este viernes en ‘Viva Sevilla’, con los estrenos de cine de la semana…

viva sevilla 03.05.13

‘La nostra vita’: Una historia proletaria

Nada más adecuado que glosar esta película franco- italiana, de 98 minutos, y fechada en 2010,  del actor, realizador y coguionista, de esta última nacionalidad, Daniele Luchetti en este 1º de mayo… Porque lo que se narra en ella, su historia y protagonistas, pertenecen a una clase social que no aparece más que como secundaria en la inmensa mayoría del cine que vemos. Lo insidioso es que lo asumimos como normal. Y no lo es. Con la excepción de Robért Guedigian y Kaurismaki, además de clásicos como Costa Gavras y otr@s contad@s cineastas, de ell@s ya no se habla. Son, a lo sumo, extras de una función que le pertenece por entero a la burguesía.

La vida de est@s otr@s de la que da cuenta, y a la que alude el título, es la de un albañil que tiene una bonita familia y está muy enamorado de su mujer. Con dos varones y otro en camino, se muestran vitalistas e ilusionad@s entre el afecto de l@s suy@s. Pero una tragedia inesperada se hace presente provocando un desmoronamiento de su microcosmos y hasta de los valores en los que creían. A una primera parte llena de esperanza y energía, le sigue una segunda que rezuma amargura, cinismo y desaliento. Reflejo del cambio radical en el punto de vista y en las emociones del protagonista, un excelente Elio Germano, que recibió la Palma de Oro al Mejor Actor en Cannes.

En efecto, la mirada de la cámara del realizador nos introduce en la intimidad de personas felices, que tienen proyectos y sueños. Una pareja dichosa, unos hijos a los que quieren y de los que disfrutan, unos parientes y amistades con l@s que pueden contar. Y también sabe reflejar la negrura de una pérdida injusta, el duelo que se enmascara con la huída hacia ninguna parte, el rechazo a tus circunstancias y la negación. Y lo hace bien, sorteando el costumbrismo y las complacencias a base de una naturalidad desarmante – mérito de un estupendo reparto – tanto en los retratos de grupo, como en los individuales. Luego, en la desolación y en la desdicha, nos hace partícipes de la angustia y el malestar de vivir de su personaje central.

Bondades de una cinta, como las de no ser moralista. Como las de reflejar un tiempo y un país, desde el otro extremo de la pirámide social. Como las de moverse con soltura entre las contradicciones entre compañeros, aquí masculino plural, de infortunio. Como las de mostrar las traiciones a la propia clase y a la propia gente. Como las de hacer valer los principios éticos sobre los de la rentabilidad.

Aunque no todo es positivo en ella. Tan tensa en su puesta en escena, como su protagonista. Excesiva en sus continuos y compulsivos primeros planos, que llegan a incomodar. Con un empacho de diálogos y agitación febril, que impide, paradójicamente, un acercamiento más complejo y personal, más emotivo, a la historia. Con un ritmo tan convulso como disperso y, a la postre, negativo para el devenir del relato. Con una conclusión apresurada y un guión insatisfactorio y corto de miras. Con todo, esta historia proletaria merece verse.