Apasionante la sesión de esta noche del club de lectura de quien esto firma en torno a la prestigiosa novela y boom editorial, ‘Patria’, de Fernando Aramburu. Nuestra sede habitual, la librería La Extravagante, está cerrada por mudanza y nos acogió otro espacio que nos sirvió, años ha, de refugio también cuando éramos un grupo itinerante. O lo que es lo mismo, la Casa de la Provincia de Sevilla.
Doce mujeres y un hombre en torno a un libro singular. Doce más una visiones. Doce más una miradas. Doce más una lecturas. Doce más una coincidencias y mínimas discrepancias. Resulta que no solo son estimulantes y enriquecedoras las diferencias o los contrastes de pareceres – siempre que estén, por descontado, presididas por el respeto – sino también las avenencias.
Porque en ellas hay, cuando se reúne un conjunto de personas tan sabias e ilustradas, la suficiente riqueza y diversidad para matizar, enfatizar e iluminar la complejidad de una obra honesta, valiente y necesaria. Una obra honesta, valiente y necesaria, de la que se comentaron tantos aspectos de interés, no solo de ella intrínsecamente, sino de su recepción en nosotras y el compañero, que quien esto firma va a empobrecer con esta esquemática crónica. Por lo que les pide disculpas de antemano.
Aspectos como su lenguaje, tan vasco, tan universal, tan coloquial al tiempo que elaborado. Aspectos como sus saltos espacio-temporales que retoman los mismos hechos desde distintos puntos de vista, otro acierto narrativo. Aspectos como sus personajes – a los que alguien calificó de planos – a los que vemos existir y evolucionar ante nuestros ojos lectores. Aspectos como las madres, tan paradigmáticas.
Aspectos como su empatía con las víctimas. Aspectos como su capacidad de conmocionarnos, de emocionarnos, y hasta de avergonzarnos, por no haber condenado lo suficiente o por no tener la suficiente distancia para verlas. Aspectos como la visión romántica, hace unos años, de una lucha también antifascista. Aspectos como el miedo, que nos hace cómplices, que es lo contrario a la libertad y ampara la impunidad. Aspectos como la crítica también a la violencia institucional, a las torturas, a los crímenes de Estado. Aspectos como la búsqueda del perdón, de una reconciliación difícil pero no imposible.
Aspectos como las miserias morales de esos pequeños pueblos, tan cerrados en sí mismos, tan claustrofóbicos. Aspectos como los acosos, los aislamientos, los silencios, las dianas, las pintadas, los sobornos, las amenazas y las presiones. Aspectos como el convivir con esa normalidad aberrante. Aspectos como los puntos de inflexión que supusieron determinados asesinatos. Aspectos como las palabras para decirlo. Aspectos como la memoria que no cesa y que se plasma en una historia que debía ser contada, que pedía a gritos ser contada.
Tantas Patrias posibles… Sucedió una noche especialmente inspirada y llena de pasión y lucidez en todas y cada una de las intervenciones. Gracias a esas doce mujeres y a ese hombre que la materializaron. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.