Quien esto firma, escribe estas líneas más de nueve horas antes del comienzo de la gala por antonomasia del cine español y casi doce antes de que se conozcan los premios mayores. Solo puede especular, por tanto, sobre a quien estarán destinados los preciados cabezones. Pero una cosa sí tiene clara. Es o debería serlo – pese a las llamativas ausencias en categorías tales como Fotografía, Dirección Artística, Música Original, Sonido, Efectos Especiales, Cortometrajes y un largo etcétera – la hora de las mujeres.
Y debería serlo, no solo porque en esta 32 edición de la Gala 2018 se desplegarán abanicos rojos en demanda de más papeles para ellas – en una cinematografía que no las ama, sino todo lo contrario, y las invisibiliza – sino porque dos realizadoras pueden brillar intensamente en la noche más hermosa del cine español.
A saber, Isabel Coixet por ‘La librería’, con 12 nominaciones. Entre ellas Mejor Película, Dirección, Guión Adaptado, Fotografía, Actriz Protagonista y Actor de Reparto – y Carla Simón por ‘Verano 1993’, con 8. Entre ellas, Mejor Película, Mejor Dirección Novel, Mejor Guión Original, Mejor Actor de Reparto, Mejor Actriz Revelación o Mejor Dirección de Producción.
Es justo y necesario que hoy las estatuas más famosas y codiciadas de nuestra cinematografía sean triunfalmente alzadas por manos de mujeres. Porque sus trabajos lo merecen. Por la indiscutible calidad de estas películas. Porque otras de tantos o parecidos valores, firmadas por sus colegas, no han sido tenidas en cuenta. Porque no puede permitirse la ausencia de las visiones fílmicas del mundo de más de la mitad de la humanidad.
Porque ambas tienen, por si todo lo demás no fuera poco, protagonistas femeninas fuertes y singulares, aunque una de ellas sea solo una niña, y ambos relatos se vertebran a través de ellas.
Quien esto firma, hace votos para que esta madrugada suene la hora de las mujeres.
Sevilla Cinéfila 