‘La verdad’: Las trampas de la memoria

El prestigioso y muy reconocido, con galardones tales como la Palma de Oro en Cannes, editor, guionista y cineasta japonés Hirokazu Koreeda, cosecha del 62, es todo un referente imprescindible en nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra, ya que hemos debatido en ella a lo largo del tiempo algunos de sus títulos. A saber: ‘De tal padre, tal hijo’, Temporada 2. Enero 2014; ‘Nuestra hermana pequeña’, Temporada 4. Abril 2016: ‘Después de la tormenta’, Temporada 5. Diciembre 2016; ‘El tercer asesinato’, Temporada 6. Noviembre 2017 y ‘Un asunto de familia’. Temporada 7. Enero 2019, justo hace ahora un año.

Dentro de una semana, el miércoles, 8 de enero, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol, nos disponemos a hacer lo propio por sexta vez con su última propuesta ‘La verdad’. Decimocuarta de su filmografía y la primera  que rueda en Europa.

A propósito de esto, ha declarado a Nando Salvá en El Periódico que «originalmente pensé en rodarla en mi país. Pero me di cuenta de que allí no hay una actriz en activo que pueda simbolizar toda la historia del cine japonés como Catherine Deneuve hace con el francés… es una intérprete fascinante porque está envuelta en un aura especialmente intensa que es imposible no ver»

Ella es el eje que vertebra esta producción francesa de 106 minutos de metraje, cuyo guión escribe el propio Koreeda junto a Léa le Dimna. Que cuenta con una refinada fotografía de Eric Gautier y una banda sonora hermosa y sutil de Alexei Algui. Su historia remite a una intérprete prestigiosa de cierta edad que publica sus memorias, al tiempo que rueda un nuevo filme. En ese interín, recibe la visita de su hija, afincada en Estados Unidos, su yerno norteamericano aspirante a actor, y su nieta mientras que su representante, agente y amigo incondicional la abandona… Todo ello descubrirá las imposturas, trampas y consecuencias de una memoria tan interesada como quebradiza en su círculo más íntimo y familiar, pero también en el profesional.

El realizador ha aprobado con nota su incursión en una cinematografia y en una cultura que le eran ajenas. Y lo ha hecho sin traicionarse a sí mismo, pero añadiendo nuevos registros narrativos. En efecto, ahí están las relaciones familiares, la infancia desvalida siquiera emocionalmente, l@s progenitores-as ausentes, los duelos, las pérdidas, las traiciones de la memoria, las complejidades y aristas de la verdad y de la mentira, la hipoteca de una profesión absorbente sobre l@s hij@s…

A todo ello le suma aquí un impío sentido del humor, una ligereza aliada a las cargas de profundidad marcas de la casa, un juego especular del cine dentro del cine con sutiles guiños en la mirada sobre el rodaje. Una filmación tan incisiva e irónica como su personaje central, en la que los roles materno-filiales se invierten cronológicamente por mor de una improbable aventura futurista.

Y el singular retrato que ofrece de la protagonista, con todos los elementos para ser una magnífica villana, de lengua afilada que no deja títere con cabeza, pero vista desde la admiración, la empatía y la comprensión. Vista desde el respeto incluso por sus peores cualidades, exhibidas cínica e impúdicamente ante su clan familiar, amistades y colegas, en función de su talento como intérprete y del respeto por una singularidad arrolladora que asume sin complejos, y con toda legitimidad, eso aún tan transgrenor y penalizado: «prefiero haber sido una buena actriz que una buena madre»…  A la que nunca cae en la tentación de «dulcificar». Chapeau por ello.

A tal poderosa personalidad, le opone la de la hija, tierna, sensible y empática. Su conciencia y verdadera Memoria frente a las mixtificaciones de su obra presuntamente autobiográfica. Pero lo suficientemente lúcida, inteligente y generosa como para, pese a todo y los conflictos y rencores latentes entre ellas, quererla y aceptarla tal cual es. Consciente también de que su perfecto, en apariencia, núcleo familiar tiene también fisuras. Otro acierto. Y otro más el del tour de force de ambas representadas por una excelsa Catherine Deneuve, dueña y señora de la función, y una estupenda Juliette Binoche. Con un solvente Ethan Hawke y un reparto entregado e idóneo.

Aunque nada nos haga olvidar sus imperecederas obras mayores, esta no es, en absoluto, una obra menor. Todo lo contrario. DE VISIÓN OBLIGADA.

Se repite y recuerda que la debatiremos en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del próximo miércoles, 8 de enero, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol. VÉANLA CUANTO ANTES.

 

 

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