Archivo diario: enero 18, 2020

Los otros trabajos culturales

Hoy, precisamente hoy, que podría haber sido un día de alegría inmensa para compartir, quiero recordar, en nombre de todas las personas que se esfuerzan por sacar adelante proyectos culturales variados en solitario, – sin equipo, ni remuneración, ni medios, ni recursos, ni respaldo institucional o privado alguno, exceptuando la cesión del local, que se amortiza por la proyección pública, o posible prestigio, de la actividad en cuestión – todo el trabajo, todos los trabajos, implicados en la coordinación de tales eventos.

Elaboración de contenidos; selección de materiales; correos cada vez más extensos de los que, con suerte, apenas si una tercera parte de las personas destinatarias asistirá;  invitad@s si l@s hay, que hay que tantear a vari@s procurando no repetirse, y esperar a quien se decida y seleccionar su-sus currículums; recordatorios periódicos también en el propio espacio que acoge la actividad; difusión masiva e insistente en redes y hasta control físico de la sede para comprobar si todo, los asientos y su disposición, está bien en él y situarlos al efecto; moderación de intervenciones en los coloquios; propuesta y selección de opciones para la próxima cita; preparar cuanto se preparen l@s anfitriones en cada sesión, con entradas previamente escritas; actas- crónicas de cada una de ellas, fotos in situ… entre un larguísimo etcétera y vuelta a empezar en la siguiente.

Tal ocurre con la organización de la tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Tal ocurre, con diversas variantes, con tantos trabajos que no tienen el reconocimiento – ese oxígeno imprescindible que ayuda a seguir – que les visibilizaría a niveles más públicos y amplios, difundiendo su labor. Necesario, incluso contando con el tesoro del respaldo generoso y desinteresado de invitad@s y asistentes. Pero un@s y otr@s son frágiles y no es nada fácil sacar adelante sin perder rigor, ni interés, ni participación, ni asistencia, una actividad a largo plazo. Se van quedando, a veces irreversiblemente, personas muy válidas en el camino – no se pueden fidelizar, ni comprometerlas a asistir – y sin ellas la calidad de los debates también va disminuyendo. Y a veces, muchas veces, el esfuerzo le gana a la motivación. Y, a veces, muchas veces, el cansancio y el desánimo derrotan también a la satisfacción de que el DÍA D, porque cada ocasión es diferente, todo haya salido bien.

Claro que es un trabajo voluntario, estimulante y enriquecedor. Pero… todo lo descrito también está ahí. Era importante recordarlo.

Escrito queda.