Archivo mensual: febrero 2020

‘Vida oculta’: Desobediencia debida

Sobre el protagonista real de esta historia, el campesino austriaco Franz Jägerstätter, (1907-1943), nos cuenta Wikipedia que: «En 1936 se casó con Franziska Schwaninger yendo a Roma en viaje de novios y allí abrazó, de forma convencida, la fe católica. Cuando Hitler convocó el plebiscito, en 1938, para anexionar Austria a la alemania nazi, fue el único de su pueblo en votar en contra. También se resistió a ser reclutado y mantuvo abiertamente una posición antinazi. En febrero de 1943, ya avanzada la Segunda Guerra Mundial, fue llamado a alistarse y al negarse fue arrestado y encarcelado en Linz y llevado a Berlín para ser juzgado.

Condenado a la guillotina, fue ejecutado en la prisión de Brandenburgo-Goden el 9 de agosto de 1943, a los 36 años, dejando a su mujer con tres niñas, de las cuales la menor de ellas contaba tan sólo con 6. Su condena fue anulada en los últimos años 90. Considerado un mártir, en junio de 2007 Benedicto XVI autorizó su beatificación que tuvo lugar en Linz, asistiendo su viuda, de entonces 94 años, y sus  hijas»

Quien recrea los últimos años de vida de este hombre en la película que nos ocupa es un director, productor y guionista estadounidense, Terrence Malick, cosecha del 43. Cineasta singular, para lo mejor y para lo peor, y prestigioso, que ha consechado premios tales como la Palma de Oro, Mejor Director y FIPRESCI en Cannes, el Oso de Oro en Berlín, la Concha de Oro en San Sebastián y varias nominaciones a los Oscar entre un larguísimo etcétera. Entre los once títulos que componen su filmografía se cuentan ‘Malas tierras’ (1973), ‘Días del cielo’ (1978), ‘La delgada línea roja’ (1998) o ‘El árbol de la vida’ (2011)…

Y lo hace con ese estilo insobornable que le caracteriza. Tan magnético como desconcertante. Tan absorbente como excesivo. Tan lírico como cruel. Tan espiritual como apegado a las raíces. Tan panteísta como sensual. Tan atento a la hermosura de la naturaleza como crítico con lo peor de la especie llamada humana. Tan religioso como terrenal. Tan delicado como brutal.

Y lo hace con una puesta en escena grandiosa, refinada, pausada y elegante, marca de la casa. Y lo hace tranformando los diálogos en voces en off. Y lo hace convirtiendo los pensamientos e ideas en elementos dramáticos y narrativos. Y lo hace contrastando la felicidad de una familia en un entorno idílico, con la irrupción de una tiranía cuyos virus e insania morales contaminan a todo un pueblo.

Y lo hace mostrando el odio feroz de la comunidad hacia el-l@s diferentes y su sumisión hacia el dictatorial poder de los invasores. Y lo hace dando cuenta de cómo tal crueldad cotidiana se ceba especialmente en una mujer con tres pequeñas y una hermana que la ayuda, trabajadora infatigable y heroica ella también, a la que se injuria, se insulta, se desprecia, se le hace el vacío y casi se le impide la supervivencia. Y lo hace registrando cómo el protagonista recibe todo el daño insoportable de la violencia institucional y ella, y las suyas, niñas incluidas, el de la vecinal.

Y lo hace con esos planos inmensos de las montañas, frente a los cerrados y lúgubres, pero igualmente imponentes a la contra, de las prisiones. Y lo hace estilizando las torturas sufridas – en una solución fílmica tan singular y potente como cuestionable – por un objetor de conciencia inquebrantable, no solo en función de su fe religiosa – que sobre todo – sino por las medidas brutales y genocidas de los nazis contra los colectivos más vulnerables. Y lo hace tomándose su tiempo. Y lo hace también con esos animales de la granja, queridos pero explotados, aunque no haya maltrato real pero sí resulta triste y desasosegante para quien esto firma especialmente en una de sus escenas…

Coproducción entre Estados Unidos y Alemania, de 180 minutos de metraje. Su guión lo firma también el propio director. Su bellísima fotografía se debe a Jörg Widmer y su excelente banda sonora, en la que se incluyen preciosas piezas clásicas, a James Newton Howard. Tiene un reparto en estado de gracia, en el que destacar al magnífico protagonista August Diehl, pero también a Matthias Schoenaerts, a la estupenda Valeria Pachner y hasta un Bruno Ganz de nuevo en la piel del Mal en una pequeña aparición.

La debatiremos en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 4 de marzo, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol, a la que esperamos se unan. Mientras tanto, no dejen de verla y háganlo cuanto antes.

Post Scriptum:

Esta firmante ha tenido conocimiento de que hoy, sábado 22 de febrero, se conmemora también el 77 aniversario de las ejecuciones en la guillotina de dos chicos y una chica, de 24, 23 y 21 años respectivamente, universitarios y miembros fundadores del grupo de resistencia pacífica al nazismo La Rosa Blanca que estaba motivado también por consideraciones éticas, morales y religiosas. A pesar de ser ferozmente interrogados por la Gestapo nunca traicionaron a sus compañer@s. Ella y ellos sí han sido honrados en su país, figuran en el Panteón de Alemanes Ilustres y muchas calles, parques y avenidas llevan sus nombres. A saber: Sophie y Hans Scholl, hermana y hermano, y Christoph Probst.

El cine germano también se ha hecho eco de su historia, con dos películas: ‘La Rosa Blanca’ (1982), de Michael Verhoeven y ‘Sophie Scholl – Los últimos días’,  (2005), de Marc Rothermund, que obtuvo numerosos reconocimientos entre ellos dos Osos de Plata en Berlín al Mejor Director y a la Mejor Actriz. Fuentes: Wikipedia y el grupo de La Rosa Blanca de Facebook.

Escrito queda.

Por qué no veré ‘El huevo del dinosaurio’: El asesinato de un animal invalida ética y estéticamente una película

‘El huevo del dinosaurio’ es una coproducción entre Mongolia y China, fechada en 2019, de 100 minutos de metraje, escrita y dirigida por Wang Quan’an, que es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 4 de marzo, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol. Recibió la Espiga de Oro a la Mejor Película, además del Premio a la Mejor Fotografía en la Seminci vallisoletana.

La historia remite a una mujer asesinada en la estepa. El policía que debe custodiar la escena del crimen es joven e inexperto, por lo que se requiere la ayuda de una pastora lugareña valiente y resuelta que protegerá al cuerpo y al servidor de la ley.

Viene precedida de críticas espléndidas en las que se destacan «su arrebatadora belleza visual… , entre la comedia, la épica y la obra maestra… celebra las conexiones humanas… sensibilidad narrativa… destinada a paladares exquisitos… belleza nómada y minimalista… entre un interminable etcétera. Fuente: filmaffinity.

Pues bien, un crítico muy cualificado y generoso amigo, conocedor de la sensibilidad y activismo animalista de esta firmante, la ha disuadido de verla hoy mismo. Un cordero es asesinado en vivo y en directo en ella sin, son sus palabras, «que aporte nada a la trama. Real y absolutamente innecesario, pura barbarie»

Quien esto firma está absolutamente en contra de la explotación, maltrato y no digamos ya asesinato reales de cualquier especie no humana durante una filmación. Son derechos protegidos en Europa y en Estados Unidos, al menos teorícamente. Pero las películas, como esta, que los infringen son luego cínicamente premiadas y enaltecidas en estos mismos países. Ante una obra de arte, el crimen contra un animal durante su rodaje carece de importancia. Es invisible, no se nombra.

Para la animalista que esto suscribe, por el contrario, esta atrocidad invalida todas las cualidades fílmicas que pueda tener. NADA, NADA, NADA JUSTIFICA ESTA OBSCENIDAD SÁDICA Y BRUTAL CONTRA UNA CRIATURA INOCENTE E INDEFENSA. TODAS LAS VIDAS IMPORTAN, TODAS. LA TORTURA Y EL ASESINATO NO SON NI ARTE, NI CULTURA.

Por eso, para que quede constancia y como aviso a navegantes, escribe esta entrada como hace siempre en casos similares. Ustedes mism@s.

 

‘El escándalo’: #TheyToo

Sí, ellas también lo hicieron. Más de veinte mujeres anónimas y dos conocidas, que son las que se muestran en esta película, cuyas valientes denuncias por acoso sexual lograron la caída en desgracia que ejecutaron los Murdoch, dueños de la cadena, y su despido, disfrazado de renuncia – si bien con una jugosa indemnización, mayor de la que obtuvieron sus víctimas, y sin que llegara a ser juzgado, pues murió meses después – al destaparse el escándalo, del todopoderoso fundador, ex presidente y director ejecutivo de Fox News y de Fox Television Stations, Roger Eugene Ailes (1940-2017).

Un hombre aparentemente intocable, protegido y seguidor acérrimo del Partido Republicano que fue, además, consultor de medios para los ex presidentes Richard Nixon, Ronald Reagan y George H. W. Bush, del alcalde Rudy Giuliani y asesor de la campaña presidencial de Donald Trump. Fuente: Wikipedia. Y lo hicieron más de un año antes del #MeToo, en julio de 2016.

En esas fechas, precisamente, está ambientada esta producción estadounidense – de 108 minutos de metraje, firmada por el guionista, productor y director de cine y televisión de ese país, Jay Roach, cosecha del 67. quien tiene en su haber títulos como tres entregas de Austin Powers /1997, 1999 y 2002), dos de Los padres de ella (2000) y Los padres de él (2004) o ’50 primeras citas (2004) y la notable ‘Trumbo’ (2015) : cuyo guión se debe a Charles Randolph, cuya colorista fotografía es de Barry Ackroyd y cuya enérgica partitura es del maestro Theodore Shapiro – con el trasfondo político del último mandato de Obama y el rearme ideológico y mediático de la derecha más ultra en las presidenciales norteamericanas en las que se volcó la cadena y que culminaron con el triunfo de Trump.

Este es el contexto general y el microcosmos asfixiante, cosificador, degradante, vejatorio y abusivo para las profesionales de todas las categorías de Fox que eran obligadas, y las cámaras a captarlo, a exhibir sus piernas – los pantalones estaban vetados… – sus escotes, sus curvas y sus bondades anatómicas como cebo para los espectadores. O lo que es lo mismo, para una audiencia mayoritariamente masculina, blanca, racista, sexista, del ala más derechista del republicanismo, ferozmente conservadora y fascista.

Y, sobre todo, para un Jefe Supremo, que compartía tales características, que les exigía cínicamente «lealtad», que les ofrecía trabajo y promoción a cambio de «favores eróticos» diversos, que disfrazaba su acoso de protección y paternalismo y que se creía deudor de tal derecho de pernada. Un indeseable que las tiraba a la basura del paro o del descrédito profesional y personal si osaban negarse. Un villano del que, pese a todo, se da una visión compleja, incluso generosa, gracias a la composición y al talento del gran John Lithgow.

Con estos mimbres, Roach ha construido un relato tan potente como en ocasiones irregular e insatisfactorio. Sin asumir riesgos en la puesta en escena, muy deudora de la de las comedias en las que dicho medio es protagonista, pero a la que le imprime un ritmo y un sello muy personales, como por ejemplo la presentación de los personajes mediante los comentarios en off que hacen, incisivos y agudos. También, como se ha escrito antes, el clima político del momento en el entorno laboral desde el prisma más reaccionario, burdo y soez hacia las empleadas. Estas, además, al contrario que sus hermanas del MeToo, negaban ser feministas y estaban marcadas por la feminidad más estereotipada. Lo cual hacía más díficil su reacción ante las agresiones sufridas.

Pero la fuerza de la historia se diluye precisamente ante tanta dispersión… El personaje de una excelente Charlize Theron nos es mostrado más en sus valientes debates con Trump que como acosada, aunque la violencia sexual que sufriera perteneciera al pasado. Al de una tan vacilante como desgarrada Nicole Kidman se le podía haber sacado mucho más partido, puesto que quien inicia todo el proceso. El de la siempre estupenda Margot Robbie es ficción, un recurso dramático muy discutible, por más que represente a las jóvenes víctimas  ejemplificando – en una dura y muy lograda escena – el modus operandi del delincuente, pero… ellas apenas si coinciden más que en el ascensor y eso le resta fuerza. Apenas si se centra en las denuncias sino en los antecedentes y en las consecuencias y eso…

Con sus luces y sus sombras, con sus pros y sus contras, que debatiremos el miércoles, 4 de marzo, a las 19.30, en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra, desde luego que hay que verla. HÁGANLO.

 

 

 

 

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 4 de marzo, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol: Advertencias importantes y ya tenemos invitada

El miércoles, 4 de marzo, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol tendrá lugar la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Debatiremos tres películas intensas, potentes y muy diferentes entre sí. A saber:

La norteamericana ‘El escándalo’, de Jay Roach. Estrenada este viernes pasado, solo se proyecta en Metromar, doblada, y en Nervión donde tiene algunas sesiones en versión original. Consulten horarios y VÉANLA INMEDIATAMENTE. ESTA ES UNA ADVERTENCIA IMPORTANTE, YA SABEN CÓMO SE LAS GASTA LA CARTELERA SEVILLANA.

La también estadounidense ‘Vida oculta’, de Terrence Malick. Estrenada este viernes pasado, se proyecta en el Avenida. VÉANLA INMEDIATAMENTE. ESTA ES UNA ADVERTENCIA IMPORTANTE, YA SABEN CÓMO SE LAS GASTA LA CARTELERA SEVILLANA.

Y la producción de Mongolia ‘El huevo del dinosaurio’, de Wang Quan’an. ENTRA EL PRÓXIMO VIERNES, 14 DE FEBRERO, Y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES, YA SABEN CÓMO SE LAS GASTA LA CARTELERA SEVILLANA.

La invitada, todo un lujo y un honor, será la licenciada en Filología Hispánica, profesora de Lengua y colaboradora, como crítica, en la revista cinematográfica Fila Siete, de cuyo currículum daremos cuenta in situ, Pat Martín.

Pues ya lo ven. Promete muchísimo, su entrada es libre y el ambiente, muy estimulante y enriquecedor. ÚNANSE.

No solo cine. Andalucía feminista: El Tren de la Dignidad violeta

¡¡¡Qué horas tan hermosas, tan vibrantes, tan reivindicativas, tan justas, tan valiosas, tan potentes, tan intensas, tan feministas y tan necesarias hemos vivido esta mañana, de nubes y claros, casi primaveral en Sevilla!!! De la mano del Tren de la Dignidad, organizado por centenares de asociaciones de mujeres – MUJERES, MUJERES, MUJERES, SUJETOS POLÍTICOS DEL FEMINISMO – a las que se han unido los sindicatos mayoritarios e Izquierda Unida. Más de 10.000 personas, mayoritariamente ellas, han clamado contra la políticas infames de desigualdad del trifachito gobernante en la Junta.

Y lo han hecho viniendo desde las ocho provincias andaluzas. Y lo han hecho bailando, cantando, tocando, gritando contra unos presupuestos infames -Vuestros presupuestos/ también nos matan – que dejan en la más absoluta indefensión a los colectivos que requieren medios y dinero público para ocuparse de las víctimas del terror machista, de sus hij@s, de l@s huérfan@s y otros familiares, de la gente dependiente, de quienes malviven solas al límite de la pobreza, entre un largo etcétera de desamparo… Y lo han hecho plantándole cara a ese intolerable maltrato institucional para con su ciudadanía más vulnerable. Porque ya se sabe que machismo y fascismo van de la mano.

Y lo han hecho tiñendo de violeta todo el recorrido desde la Avenida Menéndez Pelayo hasta el Palacio de San Telmo, con la Giralda y el Alcázar en segundo plano, las palmeras, los jardines y el centro histórico de testigos. Y lo han hecho con el violeta por bandera en pancartas, carteles, pelucas, cabellos, pañuelos, pendientes, guantes, bufandas, broches, pegatinas, pantalones, camisetas, chaquetas, vestidos… Y lo han hecho rompiéndose las gargantas y los corazones coreando incansablemente: Ni un paso atrás/ en igualdad; Que no, que no/ que no tenemos miedo; Mujeres unidas/ jamás serán vencidas; Aquí estamos las feministas; Aquí estamos/ nosotras no matamos; Andalucía será/ la tumba del machismo; Somos las nietas de las brujas/ que no pudistéis quemar… o entonando la versión feminista del Bella Ciao, entre un inacabable etcétera.

Un prometedor preludio de lo que esperamos que será un memorable 8 de marzo. Este tren acaba de comenzar su andadura. Este Tren de la Dignidad ha venido para quedarse.

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra en Casa del Libro Viapol. Temporada 8: Deshojando la margarita…

Quien esto firma describió en una entrada que publicó en ese blog ‘Los otros trabajos culturales’ cuyo enlace es:

https://sevillacinefila.com/2020/01/18/los-otros-trabajos-culturales/

todos los múltiples trabajos que conlleva la organización-coordinación de una tertulia de cine como esta en solitario. Y por ello, y por algunas circunstancias más que no vienen al caso, porque le pesan más el esfuerzo y el desánimo que la motivación en estos últimos tiempos – son ya siete años y ocho temporadas – ha planteado casi al final del multitudinario, vibrante, participativo y entusiasta encuentro de esta tarde su decisión de abandonarla tras la próxima sesión.

Un jarro de agua fría que ha lamentado derramar sobre la hermosa y sabia gente cinéfila que llenó nuestro espacio de Casa del Libro Viapol. Hermosa y sabia gente cinéfila que respondió con cariñosas protestas, con sugerencias, con afecto y comprensión. Tanto, tanto, tanto que esta firmante aún sigue deshojando la margarita ante tal subidón de ánimo, calidez y reconocimiento. Pero, por si acaso, no se pierdan nuestra cita de marzo… Advertid@s quedan.

Otra velada memorable como no podía ser menos por el interés de las tres películas y por las lecciones de cine que nos impartió nuestro invitado, el Doctor en Comunicación Audiovisual, investigador, profesor, crítico, guionista, realizador de cine y televisión, escritor, cronista y amigo entre un currículum inacabable Miguel Olid Suero. Relacionó cada una de ellas con otras, las situó en su contexto, factura, tratamiento, puesta en escena y enfoque con su muy cualificado criterio y peculiar sentido del humor, tuvo una excelente química con su auditorio y dinamizó el debate.

‘1917’, de Sam Mendes, concitó aplausos generales, con la excepción de alguien quien le recordó a un videojuego y con el matiz de que hay casualidades que no deben aparecer después de los diez minutos metraje y aquí lo hacen, por partida doble, incumpliendo la norma de Billy Wilder. Por lo demás, se valoraron su crítica feroz de la devastación bélica sin mostrar ninguna batalla. Su puesta en escena con varios sucesivos planos secuencias que dan la impresión de ser uno solo. Su fotografía. Su banda sonora. Su tratamiento del color. Su reparto, incluyendo la generosidad de los hombres conocidos que en ella aparecen. La inmersión tan sensorial, narrativa y estética en la historia. Una historia mínima a la que ha sabido sacarle tanto partido. Su..

‘Aguas profundas’, de Todd Haynes, cosechó más contraste de pareceres. Entre quienes la consideraron una película imprescindible y de visión obligada, porque nos previene de los venenos cotidianos exportados de Estados Unidos tales como el teflón,  hasta aquell@s que la vieron como una obra menor en la filmografía de su director, lejos de sus obras mayores. Entre quienes consideraron que otros cineastas, Clint Eastwood por ejemplo, la hubieran filmado mejor por su serie de héroes anónimos o no, por ser el abogado protagonista muy de izquierdas y absolutamente entregado a su causa aún a riesgo de perderlo todo. O quienes también les reprocharon su renuncia a sus señas de identidad narrativas y aquell@s que vieron que la contención la pedía la historia. Mark Ruffalo sí o no, también productor y comprometido con el cambio climático. Clásico de denuncia o un producto de encargo. Ausencia también de mujeres, salvo por el personaje de Anne Hathaway, que va creciendo aunque esté en función de su familia. Otra, las tres, basada en historias reales.

‘Judy’, de Rupert Goold – por la que una prodigiosa, y más grande que la vida – Renée Zellweger,  irreconocible en su fantástica caracterización, recogerá con todo merecimiento un Oscar la madrugada del 10 de enero, también interesó bastante en su patetismo desolador y en la complejidad, tan autodestructiva como sensible y llena de energía de su personaje central. En su relato crepuscular de un ídolo caído. En los abusos de una infancia y adolescencia por un Star System implacable con las mujeres, ejemplificado en un siniestro Louis B. Mayer. Una época que tiene una película en sí misma, un material narrativo de primer orden. En sus historias reales y de ficción como la de la pareja de gays que retrata a Garland como el icono LGTBI que fue. En…

El miércoles, 4 de marzo, a las 19.30, más. Debatiremos tres películas sobre el papel más que prometedoras. A saber: ‘El escándalo’, de Jay Roach y ‘Una vida oculta’, de Terrence Malick, QUE SE ESTRENAN ESTE VIERNES, 7 DE FEBRERO, LA PRIMERA EN NERVIÓN Y METROMAR Y LA SEGUNDA EN EL AVENIDA Y HAY QUE VERLAS INMEDIATAMENTE. Y ‘El huevo del dinosaurio’, de Wang Quan’an, QUE ENTRA EL VIERNES, 14 DE FEBRERO, Y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Gracias a Daniel López, a Marina Alonso Espejo, a todo el equipo de Casa del Libro Viapol, a Miguel Olid Suero, a Enrique Colmena, por su apoyo constante, a mi arrebatador nieto Guille fan número uno de la actividad aunque no pueda quedarse a los debates, a las personas no humanas como la adorable perra Chica y a los mejores tertulian@s del mundo mundial por otra velada memorable. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

Y recuerden que esta firmante sigue deshojando la margarita sobre si dejar la tertulia o no. ASÍ QUE NOS VEMOS EN MARZO, DE MOMENTO.

 

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 5 de febrero, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol. Temporada 8: Recordatorio urgentísimo

Esta tarde, miércoles, 5 de febrero, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol, tendrá lugar la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Debatiremos tres películas muy potentes. A saber:

La anglonorteamericana ‘Judy’, de Rupert Goold. Aquí tienen el enlace de su crítica en este blog:

https://sevillacinefila.com/2020/02/03/judy-al-final-del-arcoiris/

La también coproducción entre Reino Unido y Estados Unidos, ‘1917’, de Sam Mendes. Aquí tienen el enlace de su crítica en este blog:

https://sevillacinefila.com/2020/01/16/1917-en-tierra-hostil/

Y la estadounidense ‘Aguas oscuras’, de Todd Haynes. Aquí tienen el enlace de su crítica en este blog:

https://sevillacinefila.com/2020/01/31/aguas-oscuras-venenos/

Además se recomienda la lectura, porque vienen al caso, de dos entradas más. Aquí tienen sus enlaces:

https://sevillacinefila.com/2020/01/18/los-otros-trabajos-culturales/

https://sevillacinefila.com/2019/09/26/siete-años-y-ocho-temporadas-pequeña-e-intensa- historia-de-una-tertulia/

El invitado, todo un lujo y un honor, será el Doctor en Comunicación Audiovisual, realizador, guionista, escritor, profesor, crítico y amigo Miguel Olid Suero.

Pues ya lo sabéis. Promete muchísimo, la entrada es libre y vuestra presencia es importante. OS ESPERO.

 

‘Judy’: Al final del arcoiris

Coproducción entre Reino Unido y Estados Unidos, de 118 minutos de metraje. Realizada por el director de teatro y cine británico Rupert Goold, cosecha del 72. Su guión lo firma Tom Edge sobre el musical de Peter Quilter ‘Al final del arcoiris’. Su fotografía, que capta las tonalidades dramáticas de la época y de la historia, se debe a Ole Bratt Birkeland. Su banda sonora, que las enfatiza igualmente, es del gran Gabriel Yared. De su reparto se hablará luego.

Centrada en los meses previos a la muerte de la estrella, en 1968 – pues falleció en el 69 a la edad de 47 años -, ya en declive, Judy Garland y en los últimos conciertos ofrecidos por ella en el londinense The Talk of the Town. Sabedora de la devoción que le profesaba el público inglés, frente a las críticas recibidas en su país, la actriz y cantante decidió firmar con dicho local un contrato de cinco semanas pese a su muy deteriorado estado físico y emocional, a fin de recuperar su estatus y ganar un dinero imprescindible, puesto que nadie la contrataba en América. Mientras, hacía frente como podía a sus demonios personales, a sus pésimas relaciones sentimentales tras cuatro matrimonios fallidos y a la lucha por la custodia de los dos hijos habidos con Sidney Luft – que ejerció sobre ella una violencia física y psicológica que no recoge el filme… –  y recuerda sus terribles principios en el cine.

Por lo demás, los hechos relatados en ‘Judy’ se ajustan a la realidad – incluyendo los personajes del empresario, el músico y la asistente personal de la artista en la capital inglesa – con la excepción de algunas mínimas licencias que el director se ha permitido. Como la emotiva cena que mantiene con dos de sus fans más inquebrantables, una tierna pareja de gays que fue encarcelada por su opción sexual – una y otros son pura ficción – en la que se pretende resaltar el hecho incontestable de que Garland fue siempre un icono LGTBI.

Entrando ya en materia crítica, esta firmante ha apreciado la denuncia de la explotación inicua que sufrió, siendo una adolescente, por los pesos pesados de la industria y sus secuaces ejemplificado en el repugnante magnate Louis B. Mayer, que la sometió a presiones intolerables, acoso sexual incluido. Cuyo equipo la mantenía trabajando todo el día, controlaba su dieta, su vida personal y le proporcionaba pastillas que le provocaron adicciones que ya no la abandonarían.

Y también la crónica de sus ocaso y muerte anunciadas tanto en USA como en el Reino Unido, propiciadas por su alcoholismo y politoxicomanía citadas e inducidas, vistas tanto desde dentro como desde fuera del escenario. Ha valorado la denuncia de esa oscuridad sin paliativos de un Star System, que se cebó especialmente contra las mujeres y que cuando ya no le eran rentables las desechaba como juguetes rotos. Junto a ese final vibrante primero y abrupto, pero eficaz, después.

Por lo demás, hubiera esperado más rigor, más osadía, aunque parezca contradictorio, y menos convencionalismo en el tratamiento de un material biográfico de primer orden. Por lo demás, esta firmante no dejó de pensar qué hubiera hecho Asif Kapadia, (‘Amy’, ‘Maradona’) experto en ídolos caídos, con este relato…

Pero lo cierto es que su patetismo, su desolación y su tragedia, sus sombras y sus luces, la alcanzaron de lleno por – sobre todo y sobre tod@s en un reparto más que solvente en el que destacar a Jessie Buckley, Michael Gambon, Rufus Sewell o Andy Newman – la escalofriante interpretación, más grande que la vida, de una Renée Zellweger a la que todos los honores le son debidos, que se está llevando todos los premios y que recogerá el Oscar la madrugada del 10 de febrero, a no dudarlo, por esta composición.

Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra de pasado mañana, miércoles, 5 de febrero, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol. VÉANLA CUANTO ANTES.

 

No solo cine. Sevilla animalista: No es un deporte, es asesinato.

En esta espléndida mañana sevillana, de primavera calurosa recién iniciado febrero… coincidiendo con el final de la temporada del «deporte» asesino, ha tenido lugar la novena manifestación contra el crimen legal cinegético organizada, en 39 ciudades, por la Plataforma Nacional No a la Caza. A ella se han sumado también diversos colectivos, asociaciones y partidos como AnimaNaturalis y PACMA.

Algo más de un centenar de personas humanas y no humanas – galg@s muy especialmente – hemos recorrido el centro histórico más hermoso y monumental desde el Prado de San Sebastián hasta la Plaza Nueva, pasando por la Avenida de la Constitución. En esta arteria principal y tan bella – a la que se asoman las puertas catedralicias con sus agujas góticas y la Giralda al fondo – hemos coincidido con otra, muy numerosa y festiva, en defensa de la Sanidad Pública.

Mientras esperábamos que pasara, les hemos aplaudido y jaleado : Animalistas/ con la Sanidad; La misma lucha/ el mismo sueño; Esta es/la mejor Sevilla; Sevilla unida/ jamás ;será vencida… Y hemos sido aplaudid@s y jalead@s por ell@s. Un momento especialmente vibrante, multitudinario y emotivo.

Antes y después seguimos coreando insistente e incansablemente nuestros lemas: No es deporte/ es asesinato; No es cultura; es tortura; Maltrato animal/ al Código Penal; Estos perros/ no quieren cazar; Con el sufrimiento/ yo no me divierto; Derechos ya/ para los animales; Caza es violencia; Caza es asesinato; Más empatía/ y menos cacería NO A LA CAZA…

Como colofón, delante del edificio que alberga el Ayuntamiento hispalense, se ha leido un manifiesto muy lúcido e inteligente en el que se proclamó que esta lucha implicaba también una oposición frontal al machismo y a la derecha más ultra por sus defensas cazadoras y taurinas, que pretenden integrar en los centros educativos. Que esta lucha va también de la mano con el mejor ecologismo y contra la contaminación de plomo del hábitat de sus víctimas.

Este combate lo vamos a ganar porque es un compromiso ético, valiente, consecuente, justo, valioso y solidario contra la obscena barbarie de la tortura y el asesinato de animales inocentes y de la devastación de sus hogares naturales.

Escrito queda.

‘Malasaña 32’: Los espectros del franquismo

El número 32 de la calle Malasaña no existe, como así lo advierte un rap en los títulos de crédito Tampoco hay ninguna casa supuestamente encantada allí, ni inmueble alguno con reputación siniestra. Aunque sí en las inmediaciones, el tres de Antonio Grilo, donde tuvieron lugar asesinatos escalofriantes, aunque de ellos no se derivaran consecuencias paranormales. Así que no puede decirse que esta historia esté basada en hechos reales, estrictamente hablando. Fuentes: hipertextual y El Confidencial. Escrito queda, para que conste.

Pero… las criaturas dolientes que la habitan, vivas o difuntas con algunas excepciones, son víctimas en distintos grados de la aterradora dictadura que asoló este país durante casi 40 años. Aunque la película – de 104 minutos de metraje, cuyo responsable es Albert Pintó, cosecha del 85; cuyo guión escriben Ramón Campos, Gema R. Neira, Salvador S. Molina y David Orea y cuya banda sonora con canciones de la época se debe a Lucas Peire y Frank Montasell – esté ambientada a finales de los años 70, en plena Transición.

Una Transición nada modélica y una historia que recoge tantos daños colaterales del llamado Regimen como la huida a la ciudad desde el medio rural, como la asfixiante moral imperante, como la homofobia más feroz, como la especulación inmobiliaria que hace mella en los más débiles, como las condiciones laborales en la que los derechos no están regulados, como el encierro forzoso entre cuatro paredes, como el maltrato infantil o el odio al diferente…

Todo ello nos es mostrado a través de la familia protagonista, compuesta de madre, padre, un hijo joven, una hija adolescente y un niño. Una familia de clase obrera, que luego se descubrirá como nada típica y portadora de sus propios fantasmas y secretos, que lo ha hipotecado todo para trasladarse a la capital.  Y a una casa que se revelará como la peor de sus pesadillas. Un hogar que fue también una cárcel, en más de un sentido, para alguien condenado por sus deseos y afectos y que siente una ambivalencia tan conmovedora como letal por l@s «intrus@s».  Entre quienes están un posible enamorado, un alter ego infantil o una chica que tiene algo que le resulta muy valioso.

Todo este potencial narrativo, que está ahí y es lo mejor de esta película, se ve lastrado de alguna manera por la concesión al género y a la cuota de sobresaltos. Y aunque se utilicen con inteligencia objetos cotidianos para provocarlos – en unos interiores tan sombríos y desasosegantes como el futuro de sus moradores, que nos van dando pistas sobre la atormentada y terrible historia del espectro – no hacía falta recurrir a esa escena grandguiñolesca protagonizada por Concha Velasco y su hija en la ficción para confirmarla y explicitarla.

El reparto es solvente y la atmósfera está muy bien creada por el tratamiento tan estilizado como siniestro de la imagen y el color. Lo que se nos muestra indefectiblemente aquí es que los terrores más impíos son los derivados de unas existencias rotas en un contexto sociopolítico que aún, pese a que las comparaciones sean odiosas, no hemos superado del todo.

Con sus pros y sus contras ya señalados, con sus virtudes y defectos, deberían verla.