¡¡¡Qué horas tan hermosas, tan vibrantes, tan reivindicativas, tan justas, tan valiosas, tan potentes, tan intensas, tan feministas y tan necesarias hemos vivido esta mañana, de nubes y claros, casi primaveral en Sevilla!!! De la mano del Tren de la Dignidad, organizado por centenares de asociaciones de mujeres – MUJERES, MUJERES, MUJERES, SUJETOS POLÍTICOS DEL FEMINISMO – a las que se han unido los sindicatos mayoritarios e Izquierda Unida. Más de 10.000 personas, mayoritariamente ellas, han clamado contra la políticas infames de desigualdad del trifachito gobernante en la Junta.
Y lo han hecho viniendo desde las ocho provincias andaluzas. Y lo han hecho bailando, cantando, tocando, gritando contra unos presupuestos infames -Vuestros presupuestos/ también nos matan – que dejan en la más absoluta indefensión a los colectivos que requieren medios y dinero público para ocuparse de las víctimas del terror machista, de sus hij@s, de l@s huérfan@s y otros familiares, de la gente dependiente, de quienes malviven solas al límite de la pobreza, entre un largo etcétera de desamparo… Y lo han hecho plantándole cara a ese intolerable maltrato institucional para con su ciudadanía más vulnerable. Porque ya se sabe que machismo y fascismo van de la mano.
Y lo han hecho tiñendo de violeta todo el recorrido desde la Avenida Menéndez Pelayo hasta el Palacio de San Telmo, con la Giralda y el Alcázar en segundo plano, las palmeras, los jardines y el centro histórico de testigos. Y lo han hecho con el violeta por bandera en pancartas, carteles, pelucas, cabellos, pañuelos, pendientes, guantes, bufandas, broches, pegatinas, pantalones, camisetas, chaquetas, vestidos… Y lo han hecho rompiéndose las gargantas y los corazones coreando incansablemente: Ni un paso atrás/ en igualdad; Que no, que no/ que no tenemos miedo; Mujeres unidas/ jamás serán vencidas; Aquí estamos las feministas; Aquí estamos/ nosotras no matamos; Andalucía será/ la tumba del machismo; Somos las nietas de las brujas/ que no pudistéis quemar… o entonando la versión feminista del Bella Ciao, entre un inacabable etcétera.
Un prometedor preludio de lo que esperamos que será un memorable 8 de marzo. Este tren acaba de comenzar su andadura. Este Tren de la Dignidad ha venido para quedarse.