Esta serie belga – que combina la ciencia ficción con el suspense, el terror apocalíptico y el drama, está basada en ‘The Old Axolotl’, de Jacek Dukaj, y consta, en su primera temporada, de seis episodios de 35 minutos cada uno, escritos por Jason George y realizados por Inti Calfat y Dirk Verheye – se estrenó el pasado 1 de mayo en Netflix cosechando, en tan pocos días de exhibición, el aplauso de crítica y público.
La tripulación y el pasaje del vuelo de Bruselas a Moscú ignora un dato fundamental que va a proporcionarles, casi involuntariamente, un militar de la OTAN que están entre ell@s. Se trata de que la radiación solar, por una extraña mutación, resulta letal para todas las personas que se expongan a ella. Luego deberán viajar, a fin de sobrevivir y como reza el título, hacia la noche. Su destino será el Oeste y pasarán por aquellos países y ciudades donde reine la oscuridad para intentar ganarle la carrera contra reloj a la luz letal. Pero arañando un tiempo imprescindible con el que no cuenta para aprovisionarse de carburante, alimentos y hasta de material higiénico y sanitario en algunos de sus destinos.
Con las tinieblas como aliadas, deberán hacer frente a sus propias negruras personales. A sus delitos, a sus culpas, a sus duelos, a sus males, a sus tormentos, a sus ambivalencias, a sus afectos, a sus enemistades, a sus ambiciones, a sus rivalidades … Porque cada capítulo está dedicado a seis de l@s principales protagonistas que se nos revelan en lo mejor y peor de su condición humana paralelamente a todas las dificultades y peligros que deben atravesar. Una ex soldado, conductora de helicóptero, con el corazón roto y una indescriptible fortaleza. Una mujer con un hijo seriamente enfermo. Una cuidadora y paramédica que se ve expuesta a situaciones que la sobrepasan. Un piloto que provocó la misma infelicidad que él está sufriendo. Un inmigrante de turbio pasado, pero paradójicamente justo. Una influencer mucho menos epidérmica de lo que parece. Un ex guardia de seguridad fascinado por el poder. Un aspirante a líder perverso e insidioso.
Tales dramáticas intimidades – tratadas con la complejidad requerida y con la complicidad de un reparto irreprochable entre el que destacar a Pauline Etienne, Laurent Capelluto, Babetida Sadjo, Stéfano Cassetti o Mehmet Kurtulus – priman sobre la espectacularidad, otro valor añadido para quien esto suscribe, siendo las mejores aliadas del ritmo y la tensión de la historia. Una historia absorbente y muy bien contada, que no tiene nada que ver con la de «Perdidos» con la que se la ha comparado, y con una conclusión que abre todas las expectativas para la segunda temporada.
No dejen de verla.