El guionista y cineasta Ryüsuke Hamaguchi – cosecha del 78, entre cuyos créditos destacan ‘Happy hour’ (2015), que puede verse en Filmin, ‘La ruleta de la fortuna y de la fantasía’ (2021) y esta que nos ocupa, del mismo año y ,junto con la anterior, las dos únicas de su filmografía estrenadas en nuestro país – es ya por derecho propio uno de los más prestigiosos realizadores japoneses contemporáneos.
‘Drive my car’ parte de un relato de su notable compatriota Haruki Murakami de tan sólo 40 páginas contenido en su libro ‘Hombres sin mujeres’. 40 páginas que ha adaptado él mismo en un guion escrito junto a Takamasa Oe. 40 páginas que ha convertido en 179 minutos de un intenso, depurado, doloroso y emotivo metraje.
Arranca con lo que luego puede comprobarse que es un prólogo, retratando la unión más íntima, y aparentemente feliz, entre un reconocido actor y director teatral y su esposa, una guionista cuya inspiración se dispara en las relaciones sexuales, y cuyas ideas va haciendo partícipe a su marido durante el coito y el orgasmo. La imprevista vuelta a casa del protagonista le hace descubrir algo ante lo que no reacciona y que tendrá dramáticas consecuencias. La pantalla se funde entonces en negro y comienzan los títulos de crédito.
Dos años después el escritor retoma su trabajo aceptando estar al frente de un montaje de ‘Tio Vania’ en un Festival de Hiroshima, pero declina interpretarlo. Hará entonces un casting de lo más peculiar con actores y actrices de distintas nacionalidades e incluso una sordomuda que se comunica a través del lenguaje de signos. Y elegirá para el personaje central al hombre al que vió sin ser visto, donde no debería estar…
Entre tanto, la organización le asigna como chófer a una chica que, por decisión suya, conducirá su propio coche, el del autor. Una joven aparentemente inexpresiva y hermética pero habitada, como él mismo, por el duelo, el tormento y la culpa, siendo ambos víctimas al mismo tiempo. Una joven que, por su edad, le recuerda a su hija perdida siendo una niña…
Una joven con la que establecerá un vínculo profundo en esos itinerrarios, mientras escuchan cintas de la obra. Unos viajes exteriores e interiores en un vehículo, en un espacio, que Hamaguchi considera muy propicio para la intimidad. Un montaje, unos trayectos, unas revelaciones, unas semejanzas y afinidades que cambiarán sus vidas para siempre.
Todo este material narrativo se va desgranando con un tempo lento pero tan pródigo en sutilezas, en agudas y profundas observaciones sobre la condición humana, la incomunicación que la aqueja y en un penetrante análisis de los paralelismos entre la ficción dramática y el contexto real en que se mueven las criaturas que pueblan su relato. Unas criaturas dolientes a las que nunca se juzga, ni mucho menos se condena.
Unas criaturas torturadas por lo que padecieron, por las pérdidas y por lo que no supieron, o no pudieron, o no quisieron evitar. Un hombre maduro y una mujer joven, uno y otra extremadamente sensibles y bondados@s, pero con una pesada mochila existencial, que se encuentran en el momento justo del presente para afrontar sus respectivos pasados y abrirse a un futuro libre de oscuridades en ese final tan sugerente…
Producción japonesa, fechada en 2021, de 179 minutos de metraje. Notablemente fotografiada por Hidetoshi Shinomiya. La excelente banda sonora, que se hace presente cuando debe, la firma Eiko Ishibashi. En su eminente reparto, destacar a Hidetoshi Nishijima, Toko Miura y Reika Kirishima. Mejor Guion y Premio FIPRESCI en Cannes, Globo de Oro a la Mejor Película de habla no inglesa y cuatro nominaciones a los Oscar, de los que es una de las grandes favoritas, incluyendo Mejor Película y Dirección.
Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 2 de marzo, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol. Déjense interpelar por, y fluir con, ella y no se la pierdan bajo ningún concepto. VÉANLA CUANTO ANTES.