‘Downton Abbey: Una Nueva Era’: Ficciones y filiaciones

Esta segunda entrega cinematográfica de la muy prestigiosa y aclamada serie del productor, novelista, actor, guionista, presentador y cineasta nacido en El Cairo, pero nacionalizado inglés, Julian Fellowes – cosecha del 49, que tiene entre sus créditos la excelente escritura de la excelente ‘Gosford Park’, de Robert Altman (2001), por la que ganó un Oscar.

Que es, además, un gentleman educado en los mejores colegios, Par vitalicio del Partido Conservador y miembro de la Cámara de los Lores – esta segunda entrega, como se ha escrito al principio, cumple muy bien, como lo hizo la primera, el objetivo de ser la continuación en pantalla grande de una producción audiovisual que constó de seis temporadas, de 2010 a 2015, y 52 episodios y que puede verse completa en la plataforma Netflix.

Centrada como se sabe en la imponente mansión del título donde vive la aristocrática y muy distinguida familia Crawley y su no menos impecable servidumbre, comienza en 1912 – mostrando hitos históricos como el hundimiento del Titanic, la Primera Guerra Mundial, la epidemia de la mal llamada «gripe española» y un largo etcétera – y abarca hasta 1926.

Es a partir de esta fecha cuando comienza la primera de las adaptaciones cinematográficas, ambientada en 1927, que recoge la visita del rey Jorge V y de la reina Mary y cuya crítica puede leerse en este blog. En la que nos ocupa, los albores de 1930 traen a Downton Abbey y a sus habitantes, nobles y plebeyos, una doble sorpresa: la herencia inesperada, una villa en el sur de Francia, que la abuela ha heredado de un viejo amigo y la autorización para el rodaje de una película en la casa que les generará unos buenos y necesarios dividendos.

Así que una parte de la familia viaja y otra permanece en un hogar invadido por el equipo del rodaje. Así que esto mismo se aplica al personal de servicio. Así que son recibidos con reticencias por la dueña de la casa, una marquesa, y con amabilidad con su hijo. Así que en la costa francesa, hilando tiempos y fechas, hacen descubrimientos perturbadores. Así que, además, una nube de tragedia inesperada se cierne sobre el conde y la condesa de Grantham.

Así que Downton Abbey se ve reconvertida en plató de cine. Así que la estrella admirada tiene unos modales insoportables, aunque luego… y el actor de moda descubre un insospechado interés en alguien «de abajo» cuyos secretos deseos le abocan a la soledad. Así que lady Mary disfruta de una química inesperada con el realizador y se descubren su excelente voz para doblar y a un excelente guionista.

Así que en Francia el relato es uno y en Yorkshire, otro. Así que en un país las sospechas sobre filiaciones indeseadas y más que probables hacen mella y en el otro el cine pasa, dentro de la imponente mansión, de mudo a sonoro.

Así que a esta firmante, por todo ello y mucho más que no revelará por no incurrir en spoilers, van a permitirle la licencia de aplaudir que, a falta de más temporadas de la serie, estas secuelas fílmicas le hayan hecho conocer el destino de estos caballeros y estas damas y de sus muy leales y cualificadas personas de servicio.

Así que, con todas sus imperfecciones, limitaciones, dispersiones, abundancia de tramas y subtramas, quien esto firma agradece ver a sus personajes favoritos en tales trances, recordar su pasado, conocer su presente e intuir qué va a depararles el futuro. Así que también ha admirado su elegancia, su puesta en escena, su sofisticación, su humor, su brillantez, su ingenio, su amor por las criaturas que la habitan y por sus respectivos microcosmos, sus caústicos y ágiles diálogos, sus… Aunque no le perdone algo que descubrirán viéndola.

Producción británica, fechada en este año, de 125 minutos de metraje. La dirige el productor y realizador de cine, teatro y televisión Simon Curtis, cosecha del 60, entre cuyos créditos está la singular ‘Mi semana con Marilyn’ (2011). El guion es del propio creador citado Julian Fellowes. La fotografía con el empaque pertinente Andrew Dunn y su banda sonora tan ad hoc se debe a John Lunn. Del excelente reparto coral es injusto destacar a un@s en detrimento de otr@s pero Maggie Smith está tan eminente como suele. Y también Michelle Dockery, Imelda Staunton, Hugh Bonneville…

Esta firmante, que ustedes, no dudaría en verla.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s