Una sesión minoritaria esta del fin de curso y de la temporada de la tertulia de cine Luis Casal Pereyra, pero muy intensa y participativa. Tanto es así que nos sorprendió casi la hora de cierre de la librería debatiendo, coincidiendo, discrepando y matizando sin tregua, ni tiempos muertos. Con más espacio, en todos los sentidos, para las intervenciones de las asistentes. Pues, a excepción de Quique Colmena, amigo, experto muy cualificado y compañero de coordinación en las tareas de la actividad en esta novena temporada, todas éramos mujeres.
Al no haber propuestas de películas, pudimos comentar cuatro títulos. Comenzamos con ‘Cinco lobitos’, la deslumbrante y ganadora absoluta del Festival de Málaga ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa. Se enriqueció su introducción con las declaraciones de la realizadora en streaming desde Guadalajara, el día de su preestreno en Nervión gracias al Proyecto Viridiana, que pueden encontrar en su crítica de este blog.
Casi unánimemente aclamada, se destacaron su narrativa, su sensibilidad sin sensiblería, su emoción no chantajista ni manipuladora: su visión tan realista, aunque nada costumbrista, de la maternidad con la que tantas de las presentes se identificaron. El desequilibrio entre hombre y mujer a la hora de asumir el cuidado de l@s hij@s.
El magnífico cuarteto de actores y actrices, en el que Susi Sánchez, sobre todo ella, y Laia Costa, brillan con luz propia. La complejidad de ser madre y ser hija. Las depresiones posparto. La enfermedad sobrevenida. Las dos parejas, el matrimonio de los progenitores, con infidelidad y alguna duda sobre la filiación incluída. El nacimiento, el principio de la vida, y la muerte, su final. Lo bien que describe los sentimientos, algunos de sus diálogos más brillantes y divertidos…
En el saldo negativo, que se esperaba mucho más y que ofrecía más de lo mismo en sus temáticas, aunque con una factura cuidada. Y que la protagonista lloraba demasiado, que lloraba todo el metraje. Que, para tener 35 años, podría haber tenido más recursos y no haberse vuelto a la casa familiar…
‘El sastre de la mafia’, otro notable debut del galardonado guionista Graham Moore, gustó mucho en general. Se apreciaron su arranque tan particular a propósito del oficio, el ser un brillante thriller en un escenario prácticamente único, su eminente protagonista Mark Rylance, sus giros de guión que te hacen ir de sorpresa en sorpresa. Aunque el de la conclusión les resultara algo impostado.
El hecho de que este cortador, como prefería ser llamado, fuera un hombre de prudencia, aparentemente tímido, pero dotado de mucha inteligencia y recursos. El que, sin ser una obra maestra, resultara más que digna y mantuviera el interés durante todo su metraje. Sólo a alguien le pareció deficiente y nada a destacar en su género.
‘Red rocket’, de Sean Baker, también interesó bastante. Se estimaron su caústica visión de la América más invisible y más «trumpiana», su mezcla de cine independiente y comedia negra, sus personajes tan bien perfilados, el talento de su protagonista y el descubrimiento de Suzanne Son. El compromiso que transmite, aunque sin ser tan evidente como en la magnífica ‘The Florida Project’. Su toma de partido por l@s perdedores compatible con la mirada irónica sobre ellos…
‘Un nuevo mundo’, de Stéphane Brizé, un realizador capaz de rodar las historias más líricas e intimistas y las más sociales, completa su llamada trilogía del trabajo junto a ‘La ley del mercado’ (2015) y ‘En guerra’ (2018), todas protagonizadas por su actor fetiche el sólido, compacto y excelente Vincent Lindon que aquí interpreta a un directivo de multinacional en lugar de un obrero. Y a la no menos exquisita Sandrine Kiberlain, aunque tenga un pequeño papel.
Se apreciaron su factura, su puesta en escena, su arranque, su tratamiento del tema laboral y el familiar en crisis aunque se ponga mucho mayor acento en el primero. Se ha dicho de su director que es quien mejor filma los consejos de administración y damos fe.
Es una demoledora radiografía del capitalismo más ultraliberal y salvaje que arrasa con todo en aras de la rentabilidad. Ejemplificado en esta multinacional, con un siniestro jefe supremo norteamericano y una impía responsable francesa, que pretende aumentar los beneficios a costa de despedir a 58 trabajadoras-es.
Ejemplificado en las mentiras, los chantajes, las presiones, las indignidades, en un lenguaje tan vacío de contenido como dañino y perverso. Pero no todo está perdido, porque muestra a personas honestas que luchan por sus puestos de trabajo contra viento y marea. Y a un jefe, como el personaje central, que, sometido a un dilema moral de un conflicto de lealtades, presenta una propuesta y toma una decisión. Y esa conclusión puede suponerle ese «otro mundo» al que alude el título original.
Estén atent@s a este blog para la confirmación de la décima temporada, porque aún no se sabe. La autoridad competente es quien debe decidirlo. Mientras tanto, gracias a Casa del Libro, a Rafael García, a Marina Alonso Espejo, a Antonio Rivas y al estupendo equipo de la librería.
Al amigo, crítico muy cualificado y compañero en la coordinación de los trabajos de la actividad, Quique Colmena. A la amiga y tertuliana de pro María Victoria Segura Raya, por sus excelentes fotos. Y a l@s mejores tertulian@s del mundo mundial por enriquecernos, enseñarnos y aportarnos siempre. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
¡¡¡MUY FELIZ VERANO!!!