El guionista, escritor y cineasta Jonás Trueba, cosecha del 81, es un realizador singular y rara avis en el panorama fílmico de este país. Así se le ha reconocido, con premios internacionales como la Violette D’Or a la Mejor Película en el Festival de CineEspaña de Toulouse por ‘Los ilusos’ (2013), el Jules Verne a la Mejor Película en el Festival de Cine Español de Nantes por ‘Los exiliados románticos’ (2016) o…
… O en 2019, doble galardón para ‘La virgen de agosto’: nominada al César a la Mejor Película Extranjera y Premio Fipresci de la crítica internacional en Karlovy Vary. Pero también ha sido profeta en su tierra: nominado al Goya a la Mejor Dirección Novel en 2011 por ‘Todas las canciones hablan de mí’ y en 2021 ‘Quien lo impide’ – que puede verse en Filmin – recibió la Concha de Plata a la Mejor Interpretación de Reparto, el Feroz Zinemaldia y el FIPRESCI en San Sebastián, junto al Goya al Mejor Documental.
Todos los reconocimientos le son debidos a una filmografía tan peculiar, tan alejada de fondo y de forma a la de sus colegas y compatriotas, tan aparentemente leve y tan densa, tan ligera y tan intensa, tan sutil y tan relevante…
Esa mirada suya, tan madrileña, tan de otro Madrid sin tópicos, ni clichés, y tan europea, que se posa, tantas veces a la rohmeriana manera, sobre las gentes de su generación: sobre sus baches, sus dudas, sus inquietudes, sus confusiones, sobre su forma de relacionarse y estar en el mundo.
Como aquí en la que dos parejas – en esto sí ha habido un cambio: son dos hombres y dos mujeres que mantienen relaciones estables – se reencuentran mientras la pandemia aún planea y escuchan los sonidos del piano de Chano Domínguez. Trueba escruta sus rostros en planos casi fijos, mientras la música envolvente les acaricia.
Luego nos muestra sus vidas tan diferentes, a través de esa velada juntos. Dos se han quedado en Madrid y los otros dos, que anuncian que esperan un hijo, se han ido a venir al campo, a una casa en plena naturaleza: «Tenéis que venir a verla», les dicen.
Y van, seis meses después, pero van… El realizador nos permite adentrarnos en una intimidad a cuatro, en un tiempo compartido, en las semejanzas y en las diferencias, entre unos urbanitas y otros neorurales que tampoco parecen muy convencidos de serlo.
Sobre ellas y ellos sobrevuelan las citas de un libro ‘Has de cambiar tu vida’, de Peter Sloterdijk, los poemas en off, recitados por ella misma, de Olvido García Valdés y sobre un final inesperado que rompe la pantalla.
Esta firmante no va a desvelarlo, tendrán que verla en alguna plataforma- sí, la que están pensando o eso es de esperar… – porque la cartelera sevillana no gusta de las delicatessen y apenas si la ha mantenido una semana.
Producción española, fechada en este año, de 64 minutos de metraje. La escribe también el propio director. La fotografía, con su talento habitual, Santiago Racaj. Con cuatro ases en su reparto, tres de sus habituales: Itsaso Arana, Francesco Carril y Vito Sanz y una nueva incorporación no menos excelente, la de Irene Escolar.
Pues eso. Tienen que venir a verla, tienen que verla. No se la pierdan.