Séptima edición de El debate pendiente que, cada año, organiza Clásicas y Modernas, asociación para la igualdad de género en la cultura. El de esta noche, en la Facultad de Comunicación hispalense, se centró en torno a «La recepción de las obras culturales y artísticas de las mujeres en los medios de comunicación». Pertinente, necesario e imprescindible.
Sus ponentes fueron, por este orden, Alejandro Luque, escritor y periodista de MSur; Remedios Zafra, escritora y profesora de la Universidad de Sevilla y Laura Freixas, escritora y presidenta de la asociación citada. Presentó y moderó Carmen G. de la Concha, escritora y editora.
Ni una veintena de personas en el Salón de Grados del recinto, que debería haber desbordado su aforo… Advertir que como quien esto firma no quiere alargarse mucho, ni hacer una crónica al uso, pero sí reseñar tan apasionante velada, va a resumir – imperfecta y esquemáticamente – las muy sabias, complejas y relevantes intervenciones.
Unos datos que nos dejó la introductora. De los libros publicados, solo el 20% están escritos por mujeres. De cada 100 reseñas literarias, solo 15 se dedican a obras de autoras. El Premio Cervantes solo lo han ganado 4. El Nobel de Literatura solo 16. El Nacional de Narrativa lo ha obtenido Cristina Fernández Cubas, pero desde Carme Riera, que lo logró en el 95, hasta este año, los galardonados habían sido hombres. La faja de un libro de la mexicana Elena Garro, precursora no reconocida del realismo mágico, la identificaba como «mujer de Octavio Paz, amante de Bioy Casares, inspiradora de García Márquez y admirada por Borges»… Se retiró por las protestas feministas.
Alejandro Luque certificó la muerte de los medios de papel, aunque la gente los considere vivos. Y los que, como él, se dedican además de a su actividad profesional, a darle visibilidad a colectivos y personas discriminadas en ellos, saben mucho del esfuerzo extra, sin compensación económica, ni correspondencia por parte de l@s interesad@s, que supone. Porque hay una mayor exigencia, pero también un menor consumo y la rentabilidad necesaria para el mantenimiento es inviable. El servicio público va unido al negocio indefectiblemente.
Remedios Zafra, autora de ‘Un cuarto propio conectado’, resaltó a internet como un punto de inflexión para la recepción de obras de mujeres, que ahora leen más que los hombres y son más creadoras. Pero alertó de que también en ella se dan identidades conservadoras y estereotipadas, porque el poder no cede ningún privilegio. Lo más visto no es lo más valioso, pero se confunden. Y, además. los hombres convierten su afición en trabajo, pero el trabajo de las mujeres es mayoritariamente percibido como afición. Hay que potenciar entonces la mirada crítica y feminista en las redes y difundirla.
Laura Freixas diseccionó, con ejemplos muy clarificadores, los mensajes patriarcales de la crítica literaria, mayoritariamente masculina. Un protagonista hombre representa la realidad humana universal. En el caso de ellas, a su sexo. ‘Las idénticas’, en feliz definición de Celia Amorós.
Los sujetos son solo masculinos y las mujeres objeto e inspiración. No son universales, no encarnan al género humano y no están individuadas. La mejor literatura, para estos críticos, está escrita por hombres y las escritoras son definidas en tanto que mujeres, en relación a lo afectivo o sentimental, desvalorizadas.
Pese a todos estos estereotipos y clichés, hay que reivindicar la autoría de las mujeres, creando personajes femeninos diferentes, universales y no deberíamos sentirnos rebajadas porque nos lean otras. Porque el problema de que nuestra producción artística no les llegue a los hombres es de ellos mismos, de sus prejuicios y no ocurre al revés. La Guerra Civil ha sido objeto de muchos escritos, pero no las experiencias del embarazo, del parto o de la maternidad, infinitamente más mayoritarias. Sigamos leyendo y creando.
Amén. Gracias a Clásicas y Modernas, a Carmen G. de la Cueva, a Alejandro Luque, a Remedios Zafra y a Laura Freixas por sus lecciones de literatura, de creación y de vida. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.