Archivo mensual: noviembre 2016

‘La Palabra y la Imagen’: Recordatorio urgentísimo

Pasado mañana, jueves, 1 de diciembre a las 19.30 horas, en la cuarta planta de La Casa del Libro de Sevilla, calle de Velázquez, tendrá lugar, de forma excepcional, la próxima sesión de nuestra tertulia de cine, La Palabra y la Imagen. De forma excepcional, porque el primer miércoles de este mes coincide con el puente.

Debatiremos sobre lo más interesante visto en el Festival de Cine Europeo y sobre las notables películas argentina ‘El ciudadano ilustre’, de Mariano Cohn y Gastón Duprat y japonesa ‘Después de la tormenta’, de Hirokazu Koreeda. La crítica invitada, todo un lujo y un honor, será Cristina Abad, de Fila Siete.

La entrada es libre y promete muchísimo. Les esperamos.

 

 

 

 

 

‘En cartelera’: Reyes y reinas

De la avalancha de estrenos del pasado viernes, que roza la veintena de títulos, en Sevilla nos quedamos con la mitad. De esta oferta, destacamos las películas más interesantes sobre el papel y que pueden verse también en versión original subtitulada en todas o en algunos días y sesiones.

La primera es la ópera prima israelí de la realizadora Maysaloun Hamoud ‘Bar Bahar’. Acerca de tres mujeres palestinas, que se mudan a vivir a Tel Aviv, y que no encajan en ninguna de las dos comunidades. Premios Otra Mirada en San Sebastián y Mejor Film Asiático en Toronto, sus referencias son excelentes y no hay que perdérsela.

La segunda es la más transgresora franco-portuguesa ‘La muerte de Luis XIV’, de Albert Serra, en la que se describen los últimos días del famoso monarca. Proyectada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, viene precedida de nominaciones a varios premios y de las mejores reseñas. Debe verse.

La tercera es el documental estadounidense ‘Gimme Danger’, del clásico del cine independiente Jim Jarmusch, que glosa al grupo rockero ‘The Stooges’ y al carismático Iggy Pop. No hay que obviarla, pese a que solo tiene un pase en el Avenida a las 22.20…

División de opiniones o críticas negativas han cosechado sus dos compatriotas, ‘Marea negra’, thriller de acción de Peter Berg sobre el hecho real del terrible accidente de una plataforma petrolífera con Mark Walhberg y Kate Hudson y el de espionaje ‘Aliados’, de Robert Zemeckis, con Brad Pitt y Marion Cotillard. Ustedes mism@s.

Pésimas referencias tiene la franco-danesa ‘The neon demon’, de Nicolas Winding Refn, un thriller psicológico de terror, ambientado en el mundo de la moda, que, sin embargo, se hizo con el Premio de la Crítica en Sitges. Con Elle Fanning y Keanu Reeves. La pelota, en sus tejados.

Lamentablemente doblada, nos llega la rumana ‘Los exámenes’, de Cristian Mungiu -«4 meses, 3 semanas y 2 días» – Mejor Director ex aequo en Cannes y varias nominaciones a los Premios del Cine Europeo. Un médico, su hija a punto de conseguir una beca para estudiar en Inglaterra, un asalto y la situación de un país… Dura y demoledora, de visión obligada.

Para terminar, tres españolas. El drama documental ‘Rotas’, de Luis Lorente, en clave musical contra la violencia machista. El del mismo género, ‘La fiesta de los locos’, de Manuel Iborra, sobre el Carnaval de Cádiz y ‘La reina de España’, de Fernando Trueba, secuela de ‘La niña de tus ojos’, ambientada en los 50 en este caso. Con Penélope Cruz, Antonio Resines y Ana Belén, ha cosechado contrastes de pareceres, predominando los negativos.

No solo cine: Que diez años no es nada…

Sesión especial la de anoche de uno de los clubs de lectura al que quien esto firma se honra en pertenecer. En el espacio singular y amigo de la librería La Extravagante y en torno al libro de Nell Leyshon, ‘Del color de la leche’. La autora y dramaturga británica de la cosecha del 62, obtuvo por esta obra el Premio del Gremio de Libreros de Madrid. No es el único reconocimiento a su trayectoria literaria. Ganó también el Evening Standard de autores promesas, por su drama ‘Comfort me with apples’. Además fue la primera mujer ¡¡¡en 400 años!!! que escribió para el teatro londinense Shakespeare’s Globe, en 2010.

Especial se ha escrito porque, además, se conmemoraba el décimo aniversario de esta singular actividad que comenzó su andadura en la biblioteca de la Fundación Lara, siguió en La Casa del Libro, La de la Provincia, La de las Sirenas y otros espacios itinerantes, hasta recalar y estabilizarse en su sede actual de la librería citada, La Extravagante.

Volviendo a la novela, cuya lectura se recomienda vivamente, y que registra doce meses en la durísima existencia de una joven inglesa de apenas quince entre «los años del señor de mil ochocientos treinta y mil ochocientos treinta y uno», contados por ella misma. Lo hace respetando la caligrafía y la voz narrativa de la protagonista, tan sencilla como compleja y tan inocente como demoledora. De primavera a primavera, pues las estaciones titulan los capítulos.

A partir de ahí, y sin ninguna intención de hacer spoiler, se habló de la calidad de la novela y de sus carencias; del gusto y del disgusto que había inspirado, aunque hubiera mayoría en el primer grupo; de si era sorprendente o previsible; de la opresión patriarcal y de clase que describía; del maltrato a sus personajes masculinos o si dejaba constancia de un estado de cosas aún vigentes; de las causas y la importancia de la lectura y de la escritura; de sus trampas y valores; de si era literatura concebida para captar a lectoras feministas; del estilo, del lenguaje, de la ausencia de mayúsculas en el y sus posibles interpretaciones, de…

Luego, la efemérides se celebró debidamente en un espacio más que agradable y céntrico, donde hubo ocasión de confraternizar aún más, si cabe. Lástima que las fotos tomadas allí salieran muy oscuras y sean irreproducibles.

Gracias una y mil veces a las fundadoras del club – dos de las cuales nos acompañaron –  a las compañeras y compañero de esta travesía lectora por su sabiduría, por sus conocimientos, por sus miradas tan diversas y estimulantes, por sus enseñanzas lectoras y personales. Muy especiales para la coordinadora y organizadora del evento, Mercedes Betanzos, que se desvivió por atendernos. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

 

‘Una mirada documental’: Recordatorio urgentísimo

Mañana, sábado, 26 de noviembre, a las 12 horas, en su sede habitual de la sevillana FNAC de la Avenida de la Constitución, tendrá lugar una sesión extraordinaria de ‘Una mirada documental’, el excelente ciclo que tan bien coordina el crítico y amigo, Miguel Olid Suero.

Y se hace así porque la empresa colabora con una iniciativa llamada ‘Black Saturday’, «en la que artistas y entidades culturales vinculan sus actividades con causas sociales».

Así que veremos un documental muy comprometido. Se trata de ‘Dueños de nada’, excelente y galardonado documental del sevillano Sebastián Talavera, quien estará presente para introducirlo y debatirlo con nosotr@s. En él se describe la cruda realidad del asentamiento chabolista de El Vacie, a través de los ojos de una niña.

Escrito queda. Promete muchísimo y no hay que perdérselo.

 

 

 

‘La doctora de Brest’: Las batallas de Iréne

Esta película que nos ocupa ha recibido algunas críticas demoledoras. Titulares que la describen como un telefilme  con un quijotismo de saldo; como previsible; como que va buscando a Loach y no lo encuentra; como que tiene falta de cohesión en el guión y planos gratuitos… Casi todas, lo que no les descalifica para juzgarla, ni muchísimo menos, firmadas por hombres.

‘La doctora de Brest’ es una producción francesa, de 128 minutos de metraje, dirigida por Emmanuelle Bercot y coescrita por ella junto a Séverine Bosschem, Romain Compingt y la propia protagonista Iréne Franchon, en cuyo libro autobiográfico «Mediator 150 mg. ¿Cuántas muertes?», está basada. Con una brillante fotografía de Guillaume Schiffman y una vibrante banda sonora de Martin Wheeler y Bloom. Su factura es impecable y en sus títulos de crédito figuran muchas mujeres.

Un equipo mayoritariamente femenino rindiéndole homenaje a la lucha de una semejante, la ya citada Iréne Franchon. La neumóloga que se atrevió a desafiar a la industria farmaceútica, a los laboratorios y a las más altas magistraturas del Estado, para defender la salud y la vida de sus pacientes. Salud y vida seriamente comprometidas por un medicamento, el Mediator, en principio recetado para la diabetes, y luego, para el control de peso. Sus destinatarias fundamentales eran también mujeres.

La realizadora – cuyo padre era cirujano, y que ha declarado que, de pequeña, le gustaba visitar los hospitales – transmite y contagia la admiración que siente hacia su protagonista y hacia sus batallas tan desiguales contra dicho establishment sanitario, político y económico.

La transmite y contagia con una puesta en escena tan absorbente como estimulante, que también deja constancia de su duro esfuerzo y del de quienes la apoyaron. De una lucha titánica que duró más de dos años y que tuvo daños colaterales. Se ha dicho que es esquemática en su retrato de los villanos de la función. No para quien esto firma, aunque eso deberán juzgarlo ustedes. Pero nadie ha comentado el que hace, tan tierno, sensible y solidario,  de otro personaje masculino maravilloso, el marido.

En cuanto al reparto, Benoit Magimel siempre sabe estar. Pero la estrella absoluta, por su carisma, entrega y talento es la maravillosa Sidse Babett Knudsen.

Con sus virtudes, y defectos, con sus logros y carencias, otra mirada de mujer en homenaje hacia una figura femenina singular que ganó para sus pacientes, su razón de vida y de lucha, una batalla fundamental contra la muerte por prescripción facultativa. Véanla.

‘Tamara y la Catarina’: Solas e invisibles

Quien esto firma – única espectadora de esta película mexicana de 108 minutos de metraje, escrita y dirigida por Lucía Carreras, muy oscura y siniestramente fotografiada por Iván Hernández, como corresponde a los ambientes en los que se desarrolla y con la música necesaria para resaltar ciertas escenas, de Pablo Cervantes, que solo tiene un pase, a las 16 horas, el sábado y domingo – salió incomodada de su proyección. Pero, desde estas líneas, quiere reconocer que su percepción de esta propuesta no fue la adecuada, pues se centró sobre todo en sus defectos y en lo que entendió como ciertos tics impostados.

Cierto es que no es una película redonda, que contiene bajones de ritmo y algún que otro tiempo muerto, en su noble afán por narrarla con un lenguaje diferente. Y lo logra. Es una mirada de mujer sobre dos mujeres solas e invisibles en un entorno agresivo y hostil, el México DF de todas las corrupciones – la policial incluida, en su presión implacable a la mayor de ellas – que condena a la exclusión socio-económica a dos personas tan valiosas como radicalmente distintas. Excelentemente interpretadas por Ángeles Cruz y Angelina Peláez, que compartieron  el Colón de Plata a la Mejor Actriz del Festival Iberoamericano de Huelva. Consiguió también el Premio a la Mejor Dirección.

Una de ellas, con retraso mental en la cuarentena, a quien su hermano y protector ha abandonado, y apenas si entiende el mundo en que vive, pese a que trabaja. La otra, una vendedora ambulante. Ambas, vecinas que no se habían relacionado, pero cuyos caminos se cruzan en un momento de sus vidas en el que la primera se lleva consigo a una bebita, que estaba en la calle aparentemente sola, y la segunda la ayuda a cuidarla, aunque no quiera ser cómplice de ese «secuestro involuntario».

A través de ellas, Lucía Carreras muestra la geografía de la pobreza más absoluta, de las carencias más insoportables aliadas a la solidaridad, la empatía y la dignidad. Muestra la cara menos amable de las clases más desfavorecidas, que siempre tienen nombre de mujer. Muestra la bondad sin fisuras -inocente en la una, sabia y resignada, pero fuerte, en la otra – de dos soledades desheredadas y el vínculo tan fuerte que crean, ayudándolas a vivir y a seguir adelante. En un país y en una sociedad que las maltrata y no las merece.

La lírica, la épica y la poética están ausentes aquí. Su tono es delicado y contenido, tanto más eficaz por ello. Tampoco la realizadora cae en la tentación de un final feliz tipo cuento navideño. No. Y se agradece su honradez y su coherencia, aunque te deje un poso amargo y desasosegante.

Merece la pena, aunque la cartelera sevillana la haya ninguneado, que se hagan con ella. Merece la pena, merece ser vista.

 

 

‘Después de la tormenta’: Retratos de familia

Hirokazu Koreeda, productor, guionista, montador y realizador japonés de la cosecha del 62, tiene una de esas filmografías notables en la que brillan títulos como ‘Still walking’ (2008), ‘De tal padre, tal hijo’ (2013) o ‘Nuestra hermana pequeña’ (2015), entre casi todos los que ha rodado. Se ha dicho de él, con toda solvencia, que explora temas como la memoria, la muerte y la pérdida. Pero, desde luego, también la familia. Toda clase de familias. Esta, su última propuesta, es un ejemplo fehaciente.

‘Después de la tormenta’ está dotada de un principio de realidad que no se confunde con las emociones -aunque no sea ajena a ellas – sino que se sostiene y se reafirma con sabiduría y lucidez. Pero también con un siempre irónico, sutil y suavemente cínico sentido del humor. En efecto, eso la hace distinta de sus aproximaciones anteriores a ese grupo de personas unidas por lazos de sangre, que constituyen una institución en sí mismas.

Porque desdramatiza los afectos teóricos, e incluso genuinos, que los hechos y la práctica desmienten. Unos afectos cuya carencia acusa en su vida el protagonista masculino, excelente Hiroshi Abe, pero de los que es totalmente responsable. Precisamente por su modus vivendi y compulsiones, que le hacen desatender sus compromisos como progenitor. Su propia madre – una maravillosa Kirin Kiki – es consciente de tales inconvenientes, que atribuye graciosamente a la herencia (paterna) recibida.

¿Podrá esa tormenta anunciada, ese tifón anunciado, que reúne inopinadamente a padre, madre, abuela e hijo, en casa de la anciana, hacer que vuelva todo a su cauce? ¿Conseguirá ese hombre atractivo y dotado de talento, en la cincuentena, retomar su carrera de escritor y liberarse de sus adicciones? ¿Le dará otra oportunidad esa mujer consciente y generosa – estupenda Yoko Maki –  que ya le ha dado tantas ?

Las respuestas deben encontrarlas, o suponerlas, en la visión de esta producción nipona de 117 minutos de metraje. Escrita por el propio Koreeda. Fotografiada con talento por Yutaka Yamazaki y cuya música se debe a Hanaregumi.

Es una de las elegidas para debatir en nuestra próxima tertulia de cine del jueves, 1 de diciembre. Llena de buen hacer narrativo, impecable de fondo y forma. Bajo ningún concepto deben perdérsela.

 

‘El ciudadano ilustre’: Volver a empezar

Producción argentina de 118 minutos de metraje, codirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat. Escrita con brillantez por Andrés Duprat. La fotografía es de uno de los realizadores, Mariano Cohn y la música, de Toni M. Mir. Mejor Actor en Venecia para el excelente Óscar Martínez, el ciudadano al que alude el título y Espiga de Plata y Mejor Guión en la Seminci vallisoletana.

La historia de un escritor, Premio Nobel de Literatura, – con cuya entrega y discurso heterodoxo, y rompedor, del galardonado arranca con fuerza la película – quien, con una agenda repleta de compromisos y propuestas que va anulando una tras otra, decide, contra todo pronóstico, aceptar el nombramiento de su pueblo – del que lleva ausente varias décadas – como Ciudadano Ilustre y regresar a sus raíces.

A partir de ahí, sigue una negra, impía y feroz radiografía de una comunidad rural miserable, cazurra, despechada y plagada de prejuicios, en la que no deja títere con cabeza. Estructurada en capítulos, cada uno de ellos es más corrosivo que el anterior, pero no es complaciente tampoco con el autor, del que señala sus misantropía, vanidad y prepotencia, aunque, evidentemente, es el más lúcido de la función.

El precio y las servidumbres de la fama; los entresijos del poder aún en esa mínima escala; la adulación aliada a la envidia, al resentimiento y a la violencia; la utilización del vecino famoso e intelectual; el desprecio por la cultura y el arte; la ignorancia, tan osada… todo ello nos es retratado con un humor tan fino como cáustico. Incluso sus toscas puesta en escena y factura visual son deliberadas y tienen su razón de ser cuando sobreviene ese final, desconcertante y abierto.

Ya hemos hablado del excelente y justamente galardonado, Óscar Martínez, pero todo el reparto, tan coral, está fantástico y nos ha alegrado especialmente ver a las estupendas Nora Navas y Andrea Frigerio, aunque sea como secundarias.

Es una de las elegidas para comentar en nuestra próxima tertulia del jueves, 1 de diciembre. Y a fe que tiene debate… No se la pierdan.

‘Una mirada documental’: Recordatorio urgentísimo

Mañana, lunes 14, a las 19 horas, en la FNAC sevillana de la Avenida de la Constitución, tendrá lugar la próxima sesión del excelente ciclo ‘Una mirada documental’, que coordina magníficamente el crítico y amigo Miguel Olid Suero.

Tanto el corto como el largo que se proyectarán, tienen mucho que ver con el mundo del cine y ambos han sido, además, nominados al Goya en sus apartados correspondientes.

El primero, de Toni Bestard, se titula ‘El anónimo Caronte’. En él se nos cuenta la historia de uno de los figurantes que intervinieron en la magistral ‘El verdugo’, de Luis García Berlanga.

El segundo, del mismo director citado y de Marcos Cabotá, es ‘I am your father’, sobre el actor que encarnó a Darth Vader.

Ambos tienen muy buenas referencias y prometen mucho. No se los pierdan.

SEFF 2016: Sobre algunos premios del Palmarés

Esta entrada comentará las impresiones de quien esto firma sobre algunos premios del Palmarés de esta edición. Para comenzar, el incontestable de la Asociación de Escritoras y Escritores Cinematográficos de Andalucía, ASECAN, o el de la crítica andaluza a la extraordinaria, demoledora e implacable coproducción entre Bulgaria, Dinamarca y Francia, ‘Godless’, de Ralitza Petrova.

Celebrar también que otra mirada de mujer haya recibido los favores del Público y de la Fundación Eurimages a la Mejor Coproducción Europea. O lo que es lo mismo, la de la alemana Maren Ade y su ‘Toni Erdmann’.

Deplorar, en cambio, que la Mejor Actriz para el Jurado Oficial haya recaído en Raph por ‘Ma loute’, cuando tanto las excelentes Kate Beckinsale por ‘Amor y amistad’, de Whit Stillman, Judith Chemla, por ‘Une vie’, de Stéphane Brizé e Irena Ivanova por la ya mencionada ‘Godless’, de Ralitza Petrova tenían mucho más merecimientos para serlo.

Lamentar igualmente que la Mejor Película haya sido ‘Ma Loute’, de Bruno Dumont una mezcla indigesta de comedia negra y sátira cuyos excesos lastran sus ideas, convirtiéndola en una mera astracanada.