No solo cine: Que diez años no es nada…

Sesión especial la de anoche de uno de los clubs de lectura al que quien esto firma se honra en pertenecer. En el espacio singular y amigo de la librería La Extravagante y en torno al libro de Nell Leyshon, ‘Del color de la leche’. La autora y dramaturga británica de la cosecha del 62, obtuvo por esta obra el Premio del Gremio de Libreros de Madrid. No es el único reconocimiento a su trayectoria literaria. Ganó también el Evening Standard de autores promesas, por su drama ‘Comfort me with apples’. Además fue la primera mujer ¡¡¡en 400 años!!! que escribió para el teatro londinense Shakespeare’s Globe, en 2010.

Especial se ha escrito porque, además, se conmemoraba el décimo aniversario de esta singular actividad que comenzó su andadura en la biblioteca de la Fundación Lara, siguió en La Casa del Libro, La de la Provincia, La de las Sirenas y otros espacios itinerantes, hasta recalar y estabilizarse en su sede actual de la librería citada, La Extravagante.

Volviendo a la novela, cuya lectura se recomienda vivamente, y que registra doce meses en la durísima existencia de una joven inglesa de apenas quince entre «los años del señor de mil ochocientos treinta y mil ochocientos treinta y uno», contados por ella misma. Lo hace respetando la caligrafía y la voz narrativa de la protagonista, tan sencilla como compleja y tan inocente como demoledora. De primavera a primavera, pues las estaciones titulan los capítulos.

A partir de ahí, y sin ninguna intención de hacer spoiler, se habló de la calidad de la novela y de sus carencias; del gusto y del disgusto que había inspirado, aunque hubiera mayoría en el primer grupo; de si era sorprendente o previsible; de la opresión patriarcal y de clase que describía; del maltrato a sus personajes masculinos o si dejaba constancia de un estado de cosas aún vigentes; de las causas y la importancia de la lectura y de la escritura; de sus trampas y valores; de si era literatura concebida para captar a lectoras feministas; del estilo, del lenguaje, de la ausencia de mayúsculas en el y sus posibles interpretaciones, de…

Luego, la efemérides se celebró debidamente en un espacio más que agradable y céntrico, donde hubo ocasión de confraternizar aún más, si cabe. Lástima que las fotos tomadas allí salieran muy oscuras y sean irreproducibles.

Gracias una y mil veces a las fundadoras del club – dos de las cuales nos acompañaron –  a las compañeras y compañero de esta travesía lectora por su sabiduría, por sus conocimientos, por sus miradas tan diversas y estimulantes, por sus enseñanzas lectoras y personales. Muy especiales para la coordinadora y organizadora del evento, Mercedes Betanzos, que se desvivió por atendernos. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

 

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