Quien esto firma, advirtió en estas mismas páginas que no iba a ver ‘Míster Universo’, coproducción entre Italia y Austria, codirigida por Tizza Covi y Rainer Frimmel, e integrada en la Sección Oficial, porque su historia transcurre en un circo con animales. No obstante, y pese a todo ello, fue convencida por críticos y amigos que le comentaron las bondades del filme, en todos los sentidos, animándola a verlo.
Así que, esta misma noche, quien esto firma asistió a la proyección, y posterior encuentro, con su mencionada codirectora, Tizza Covi. Y se dirigió a ella, iniciando el coloquio, con todo respeto, comentándole que ‘Mr. Universo’ le había parecido hermosa e interesante pero que, como animalista, estaba en contra de los circos con animales y…
Hasta ahí pudo llegar, pues fue interrumpida por la realizadora quien en un italiano que pudo entenderse pero que, además, fue traducido, comentó que no quería esa polémica, que era un asunto meramente humano, que en su país estaban prohibidos, que no se les había maltratado durante el rodaje y que ese no era el tema de la película.
Quien esto firma, intentó explicar que no era su intención polemizar sino… pero no la dejaron terminar. Dadas las circunstancias, abandonó la sala preguntándose por qué una de los dos responsables de una propuesta fílmica con un tema tan sensible, que se somete abierta y públicamente, en un Certamen cinematográfico, a las preguntas de l@s espectadores-as, veta precisamente este tipo de cuestiones. Tan inaceptable como incomprensible.
Por lo demás, quien esto firma, no va a escribir sobre esta obra a concurso, ni aunque ganara el máximo galardón u otro importante reconocimiento . Pero en su retina sí que conserva las miradas tan tristes de esas hermosas criaturas enjauladas, agotadas, enfermas, tan lejos de su hábitat natural, y sometidas – aunque tal cosa se escatime y oculte cuidadosamente – a un entrenamiento cruel por parte de un domador. Ese domador al que sí convierten en el héroe de la función. Un chico al que representan como bondadoso, encantador y amante de «sus fieras».
Escrito queda.