Dos mujeres se encuentran en este proyecto. Una, la cineasta saudí Haifaa al-Mansour, cosecha del 74, cuya película más famosa y justamente premiada, ‘La bicicleta verde’ «fue rodada íntegramente en su país desde una caravana con un monitor y y un walkie-talkie, porque no podía salir al exterior y ser vista en compañía de hombres» (Wikipedia)
La otra, Mary Godwin Wollstonecraft, luego Mary Shelley, autora inglesa (1797-1851) – hija de un filósofo político, William Goodwin y de una filósofa feminista, Mary Wollstonecraft, quien escribió el clásico ‘Vindicación de los derechos de la mujer’ y que murió al nacer ella, pero cuya influencia fue muy poderosa en su vida e ideas – y de cuya obra magna ‘Frankestein’ se cumplen ahora 200 años.
La escritora había aparecido en varias películas como, entre otras, ‘Gothic’, de Ken Russell (1986) o ‘Remando al viento’, de Gonzalo Suárez (1988), pero como un personaje más. Aquí es la protagonista absoluta, a través de cuya mirada gira la historia. Una historia que la sigue desde que cuenta con 16 años, tiene una difícil relación con su madrastra, es enviada a Escocia donde conoce a Percy Shelley y, a partir de ahí, inician una relación que la conducirá tanto a la intensidad y al conflicto, como a encontrar su voz propia literaria.
Una voz propia, una escritura, que era su vocación temprana, y que surgió de ella cuando se abrió al mundo, a la vida exterior y al contacto con otros creadores tales como, aparte de su propio compañero, Lord Byron y Polidori con quienes estuvo en la famosa casa, alquilada por el primero, en el Lago Leman de Suiza, Villa Diodati. De allí, nacieron no solo Frankestein, sino El vampiro, del segundo escritor citado. Tales célebres hechos tuvieron lugar la noche del 16 de junio de 1816, contando nuestra heroína con tan sólo 18 años.
De todo ello da cuenta esta producción británica – de 120 minutos de metraje, escrita por Al-Mansour y Emma Jensen, cuya excelente fotografía la firma David Ungaro y su no menos sugerente banda sonora, Amelia Warner – que sigue fielmente los hechos reales, interpretándolos, al tiempo, en clave feminista.
Una clave feminista no impostada, sino focalizada en el enorme precio a pagar por ser, como lo fue ella y también su hermanastra, a la que siempre le fue fiel, una mujer libre y transgresora. Como, por ejemplo, el estigma social, la repulsa familiar, la desigualdad radical en una pareja supuestamente abierta, el ostracismo, la miseria, las muertes de hij@s, especialmente trágica la de su primogénita… Además de por la vindicación de una creadora.
Mezcla singular de relato gótico y drama romántico – en el sentido más radical y menos sentimental del término – está filmada con pasión, intensidad y elegancia y maravillosamente interpretada por una magnética Elle Fanning, que a quien esto firma tanto le recuerda fisícamente a Lillian Gish.
En Sevilla, solo se proyecta en los cines Nervión a las 18.50. Al menos, hasta el jueves inclusive. No deberían perdérsela.