La Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad se ha pronunciado, sin verla, contra ‘Carmen y Lola’ por, muy esquemáticamente, «poner el acento en la homofobia gitana y expresar que ahí es peor que en otros espacios, por hablar por ellas sin contar con ellas y por considerar racista este enfoque» .
En lo que se refiere a su directora, también guionista y productora de cine y televisión, Arantxa Echevarría, cosecha del 68, ha declarado «que estuvo a punto de tirar el proyecto por la borda, que las historias que ha conocido de jóvenes lesbianas de esta etnia son mucho más terribles que las de ‘Carmen y Lola’, pero que puede entender que, dada la importancia de la familia y la descendencia en esta raza y su rechazo social, vean esta opción sexual como un problema»
Quien esto firma ha encontrado que esta es una película luminosa, valiente y emocionante que sortea con inteligencia, lucidez y sabiduría el enfoque costumbrista y los clichés, tanto a nivel doméstico como en el ámbito laboral de la venta ambulante. Que sabe dotar a sus personajes de complejidad, dejando muy claro al tiempo el estricto orden patriarcal y machista al que las mujeres están sometidas. Dejando muy claro que son los hombres de cualquier edad los que detentan el poder. Que toma partido inequívoco por ellas, por su triple opresión de género, etnia y opción sexual.
Que describe muy bien a una comunidad forzada a la endogamia por su marginación social, racial y de clase. Pero que es, al tiempo, crítica con su cerrazón y rigor ante los nuevos tiempos. Que retrata el destino marcado de por vida de sus componentes, especialmente en lo que a los personajes femeninos se refiere. Que revela el papel fundamental, aunque aquí no se la nombre más que como «el culto», de determinada confesión religiosa que alienta, aún más si cabe, prejuicios e intolerancias seculares, hasta para pretender «curar» inclinaciones tabúes.
Que sabe narrar muy bien este romance prohibido entre dos adolescentes muy distintas, pero de muy similares circunstancias familiares y vitales. Que lo hace por sus pasos, pues cada una de ellas lo va asumiendo a su tiempo y ritmo. Que registra la ceremonia del pedío, o de la pedida, entre chicos y chicas que apenas se han tratado y ni se conocen. En realidad, un acuerdo entre los patriarcas.
Que nos hace ver el claustrofóbico y asfixiante entorno en el que el «que dirán» es ley. Que refleja la ambivalencia de unas madres que no quieren para sus hijas el destino y la ignorancia que ellas arrastran, pero que están obligadas a hacerlas cumplir como normas. Que dignifica la figura de la maestra, cómplice y amiga, como vehículo del aprendizaje de la libertad.
103 minutos de metraje. La escribe también Arantxa Echevarría. La fotografía y la banda sonora, que captan el color y el alma de la historia, se deben a dos mujeres Pilar Sánchez Díaz y Nina Arana respectivamente. El reparto, no profesional, transmite la frescura y verosimilitud requeridas, pero Zaira Morales y Rosy Rodríguez están espléndidas como los personajes centrales. Por cierto, muy posibles candidatas al Goya a la Mejor Actriz Revelación. Al tiempo…
Es una de las que debatiremos el miércoles, 3 de octubre, en Casa del Libro Viapol, en la sesión inaugural de la séptima temporada de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra. VÉANLA CUANTO ANTES Y NO SE LA PIERDAN.