Archivo diario: diciembre 5, 2018

‘Viudas’: Ni esclavas, ni prostituídas

La enorme Viola Davis, la verdadera estrella, el mayor talento y activo de esta película – producción británica de 128 minutos, cuyo guión firman simultáneamente el propio realizador y Gillian Flynn (‘Perdida’) sobre personajes de una serie televisiva de los 80 creada por Lynda La Plante, muy bien fotografiada por Sean Bobbitt y con una excelente partitura de Hans Zimmer –   ha declarado al respecto de su papel en ‘Viudas’ : «Es la primera vez que tengo una escena de cama en la que no soy ni puta, ni esclava».

En efecto, el inglés Steve McQueen – cosecha del 69, con títulos en su haber como ‘Hunger’ (2008), ‘Shame’ (2011) o ‘Doce años de esclavitud’ ( 2013) – le ha regalado un papel en el que, en sus propias palabras, «ella puede expresar simultáneamente su sexualidad y su poder». La historia, ambientada en Chicago, remite a la unión entre cuatro mujeres que no se conocían, pero cuyos maridos murieron junto con el producto de un botín perteneciente a gente peligrosa que les exige el pago inmediato. Así que deciden unir sus fuerzas en un atraco, a fin de solventar la deuda.

Nada que objetar a su impecable factura, a su ritmo, a la descripción de la sordidez de los ambientes políticos más mafiosos en los que el matonismo, el racismo y las vendettas son el día a día. Nada que objetar a que los villanos sean ellos. Nada que objetar, antes al contrario, al hecho de que no sea tan solo una película de atracos al uso, gracias a  tales contenidos. Nada que objetar a sus giros argumentales, especialmente al principal, incluso aunque algunos sean tramposos.

Nada que objetar, antes al contrario. a que muestre – no es nada común – una unión interracial con mucha carga erótica. Ni a sus críticas al sexismo, al clasismo y a que ellas sean dos afroamericanas, una latina y una migrante de ascendencia polaca, todas vulnerables, pese a su fuerza personal, y ligadas a  cónyuges abusadores en distintos grados o desleales. Ni a que sus situaciones económicas – incluso teniendo trabajo o negocio propio – dependan de ellos, incluso la del status más aparentemente privilegiado.

Todo que objetarle al hecho de que desaproveche lastimosamente a un cuarteto femenino más que atractivo y potente, que teóricamente es el centro de la película. Todo que objetarle al hecho de que apenas sean descritas más que en función de los hombres o de sus relaciones con los matones y sus jefes. Todo que objetarle al hecho de que no se profundice en sus personalidades, ni en los vínculos que se crean entre ellas. Todo que objetarle al hecho de que pase muy por encima del propio golpe…

Ya hemos hablado de la enorme Viola Davis, pero también se agradecen las composiciones de Michelle Rodríguez, Elizabeth Debicki y Cinthya Erivo. La elegancia y la fuerza de Robert Duvall y Liam Neeson, aunque sus apariciones sean episódicas. El resto, Colin Farrell incluido y para no alargar más esta reseña, cumple con eficiencia sus cometidos.

Con todo y por todo, debe verse.