Archivo diario: septiembre 24, 2021

‘Maixabel’: Víctimas y victimarios

«¿Por qué has querido verme?» le pregunta la mujer valiente, fuerte, íntegra. de sólidos principios y generosa hasta decir basta – Maixabel Lasa, viuda de Juan María Jauregi ex gobernador civil socialista de Guipúzcoa, asesinado de dos tiros por la espalda, no quería escoltas…, en un café de Tolosa la mañana del 29 de julio del año 2000 – a uno de los responsables del comando etarra que perpetró el crimen, Luis María Carrasco, y este le contesta: «Porque ahora sé cómo te sientes». Luego a otro de los tres, Ibon Etxezarreta alias Potxolo, con el que también se encontró a petición de este: «Prefiero ser su viuda a ser tu madre», a lo que él le respondió: «Hubiera preferido ser él a ser yo mismo»

Estos encuentros reales, 14 años después, con una mediadora de por medio, fueron posibles gracias al sincero arrepentimiento de los antiguos verdugos, que solicitaron una entrevista con la mujer, y a la actitud tan sólida, tan comprometida, tan noble, insobornable y coherente de ella, tan exenta de rencor, aunque no de memoria, quien había reconocido a todas las víctimas de la violencia, tanto las originadas por la lucha armada como las provocadas por el Estado, como Lasa y Zabala. Lo cual le originó desencuentros también con amigos y aliados políticos.

Estos encuentros reales son narrados en esta película admirable, conmovedora, compleja, valiosa y pertinente firmada y escrita, junto a Isa Campo, por la actriz y directora Icíar Bollaín, cosecha del 67, y responsable de títulos como ‘Flores de otro mundo’ (1999), ‘Te doy mis ojos’ (2003) o ‘La boda de Rosa’ (2020).

Pero no sólo, sino desde el momento mismo del atentado con el que arranca la película, la fuga, la detención del comando, el reencuentro en la cárcel con disidentes de la organización, la toma de conciencia del daño causado y las solicitudes de dichos cara a cara – uno en la cárcel, otro en casa de Potxolo el antagonista-coprotagonista de este relato basado, se repite, en hechos y personajes reales – para intentar, con la petición de perdón, reparar mínimamente el daño causado.

Un daño irreparable, pero también la ausencia de rencor de quien siguió adelante con el alma rota porque se lo debía a sí misma, a su hija y a su propio compromiso con Gesto por la Paz. Una mujer señalada con la misma diana que su marido y obligada a llevar escolta, también prisionera, hasta el mismo día que ETA decidió dejar las armas.

Todo esto lo refleja tan sabia, tan compleja, tan lúcidamente la directora… Con tantos matices, con miradas, silencios, duelos, dolor, una intensidad, una contención y una comprensión, nunca exenta de crítica radical y sin concesiones, hacia el enemigo que genera incomprensión en el entorno ya de por sí coartado e intoxicado por la violencia, aunque incondicional en su apoyo.

Pero también, en la prisión, el rechazo tanto de quienes les viven como traidores como de los compañeros del horror, antaño amigos del alma y luego, pese a una evolución parecida, incapaces de mirarse a la cara. Y ese final, emocionante hasta las lágrimas donde se deja ver la propia Maixabel…

Producción española, fechada en el presente año, de 115 minutos de metraje. Fotografiada con excelencia por Javier Agirre Erauso y con una notable partitura de Alberto Iglesias. En el extraordinario reparto destacar a Urko Olazabal y, sobre tod@s, a unos eminentes Blanca Portillo y Luis Tosar a quienes todos los reconocimientos les son debidos.

Hermosa, terrible, sensible y valiente, bajo ningún concepto deberían perdérsela. Y, aunque no haya «deberes» propiamente dichos, deberíamos hablar de ella en la inauguración del curso y de la novena temporada de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 6 de octubre, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol.

Escrito queda. #SinMujeresNoHayCine #CineDeYConMujeres #CineEnLasSalas #CineSeguro #YoVoyAlCine