Esta es la segunda película que esta firmante visiona en esta ola de calor porque en ambas ocasiones la climatología hizo una mínima excepción. Se ha perdido títulos interesantes sobre el papel, que confía rescatar en alguna plataforma. En este bucle distópico, al confinamiento pandémico le ha seguido el térmico…
Dejar constancia que estuvo a punto – por la hora, 18.15 única sesión, y la pereza inherente – de desistir. Pero, dado que salía de la cartelera, se impuso no perdérsela. Y no saben cuanto agradece haberlo hecho. Porque, va a comenzar la crítica por el final, es una maravilla, una joya.
Un prodigio de sutileza, de lucidez, de complejidad y de sabiduría. Una lección de vida y de cine, más abierta que las otras obras de su autor – luego nos detendremos en él – pero sin que ello le reste ni un ápice de sugerencia, de atención a los detalles, de profundidad, de matices. Muy al contrario. Porque no le resta, le suma.
Porque la historia de una actriz madura – otrora muy célebre y prestigiosa, aunque a todos los efectos semiretirada, residente en Estados Unidos – que vuelve a su Corea del Sur natal para estar en casa de su hermana y que finalmente accede a quedar con un realizador algo más joven que ella que tiene una propuesta que hacerle…
… Es una película habitada por la transcendencia, en el mejor sentido del término, pero también por el humor. Por el lirismo, pero también por el imperativo del paso de un tiempo ralentizado y detenido en el presente. Por el disfrute del aquí y ahora, recuperando las raíces del pasado, pero también por la proyección de un futuro incierto.
Esta firmante es consciente de estar siendo algo hermética, pero se niega a compartir la revelación final que explica tantas cosas y en la que todo cobra un sentido. En la que cobran sentido presagios, sueños que no son explicitados, pensamientos y reflexiones en off, la vuelta a los orígenes y ese delante de ti que la protagonista explica tan bien.
La protagonista porque cuanto se ha escrito pasa por, y se refiere a, ella. Porque estamos aquí ante un hermoso, extraordinario, retrato de mujer. De una mujer que borda la exquisita y eminente actriz Lee Hye-young. De una mujer carismática, valiente y generosa, enfrentada a un punto de inflexión imposible de soslayar.
En torno a ella, los paisajes, los climas, los bares de Seúl, los interiores y exteriores, una hermana tan cariñosa como indisimuladamente celosa, un sobrino peculiar visto y no visto y un cineasta que… También un principio y un final tan circulares como sugerentes, en los que las dos mujeres intercambian sus papeles.
Producción surcoreana, fechada en 2021, de 85 minutos de metraje. La escribe, la dirige, la fotografía y es responsable de su banda sonora, el prestigioso, premiado y singular Hong Sang-soo, cosecha del 61, entre cuyos créditos están títulos como ‘Ahora sí, antes no’ (2015), ‘En la playa sola de noche’, ‘El día después’ o ‘La cámara de Claire’ todas de 2017 o ‘La mujer que escapó’ (2920).
Una verdadera pena que esta pequeña obra maestra se haya estrenado en plena ola de calor. Una verdadera pena que haya tenido por esa causa tan poc@s espectadores-as y la hayan mantenido en cartelera tan sólo una semana.
Una verdadera pena porque esta firmante duda mucho, aunque pueda equivocarse, que vaya a visionar nada mejor este verano. Una verdadera pena que no llegara a las salas en otoño porque la habríamos propuesto para debatir en nuestra tertulia de octubre.
Confiemos en que la plataforma cinéfila por excelencia, Filmin, la añada pronto a su catálogo. Si es así, no se la pierdan bajo ningún concepto.