Una velada memorable ha tenido lugar esta tarde en la Biblioteca Provincial Infanta Elena de Sevilla. La presentación, dentro del ciclo Letras Capitales del Centro Andaluz de las Letras, del libro de la periodista, crítica literaria, autora, ensayista, investigadora, jurado en premios de prestigio, miembro de varios consejos de redacción de revistas culturales, comisaria de exposiciones y Chevalier des Arts et des Lettres de la República Francesa, entre un larguísimo etcétera, Mercedes Monmany, ‘Por las fronteras de Europa’.
Los honores de la introducción corrieron a cargo del profesor de Estética e Historia de la Filosofía Antonio Molina Flores, cuya sabiduría, cultura, erudición, inteligencia y saber estar le hicieron ser el perfecto e inapelable anfitrión, a la altura de semejantes obra y autora. Obra de la que, por cierto, solo se contó con un único ejemplar -propiedad del conductor – pues toda la edición, cerca de 1.500 ejemplares, se había agotado en apenas mes y medio desde su publicación. Así ‘no somos vendedores de enciclopedias al uso’, comentó con humor el orgulloso dueño del volumen…
Quien esto firma, tiene la osadía de intentar dar fe de un encuentro estimulante, ameno, emotivo y enriquecedor entre dos personas expertas, sabias y cultivadas, que ofrecieron una lección magistral de literatura y de vida. Va a hacerlo, está obviamente en ello ahora mismo, a sabiendas de que será una crónica traidora al espíritu de semejante acto, esquemática e imperfecta. Pero, pese a todo, siente la necesidad irreprimible de registrarla.
Por ello, sin orden, ni concierto, al arbitrio de la memoria y de las notas tomadas in situ, tratará de apuntar algunas de las reflexiones, ideas, teorías, análisis, comentarios y consideraciones que nos regalaron, en una noche mágica y notable, ambos personajes. Autora y presentador. Un libro, se dijo, que desborda fronteras. Un texto denso, bien escrito, desde el amor y la pasión. Una escritura que, a la manera de un halcón, capta tanto la panorámica como el detalle. Un Atlas espiritual. Un libro de viajes. Un Everest de la crítica, que hay que abordar, que hay que escalar.
Y hay que hacerlo sin nacionalismos – un cáncer que conduce al racismo y a la xenofobia, según la escritora – ni fronteras. Aunque haya muchas nacionalidades en él – también muchas mujeres, muchas autoras – como, en algunas cifras, 70 de los Balcanes, 14 de Israel judíos errantes en coordenadas del Viejo Continente, 39 de Francia, 57 de Italia… Ni españoles, ni latinoamericanos. Ellos tendrán otro volumen. Claudio Magris, nada menos, lo prologa. Porque hay que construir una Europa espiritual de los pueblos.
Porque hay que leer bien para vivir mejor. Porque la lectura es una escuela de tolerancia, de amplitud de miras, de humanismo, de civilización. Por ello en él se recoge la narrativa europea de los siglos XIX, XX y XXI. Sus mapas, en su contexto histórico, del que estas tramas no pueden desligarse. Y lo principal es derribar las fronteras mentales. Porque los libros cuentan sus propias historias. Como la que el azar quiso que revelara que Jesús Carrasco escribió su notable debut literario, ‘Intemperie’, en la propia biblioteca que da cobijo a este acto.
Se comentó que Europa se abre y se cierra en dos Galicias, Finisterre y Ucrania. Que la obra es una iluminación en sí misma, un Pentecostés. Que la traducción es la lengua europea. Se glosó el cosmopolitismo frente a la ‘hiperespecialización’ de ciertos escritores. Frente a los dogmatismos, las tiranías, los purismos, las sectas ideológicas, este Continente nos va a salvar de todas estas locuras Se citó a maestros-as. Se instó a mantener viva la llama del activismo literario en esa comunidad europea de creadores-as en circulación. Así sea.
Gracias al Centro Andaluz de las Letras, a la Biblioteca Provincial Infanta Elena, a Mercedes Monmany y a Antonio Molina Flores por una velada tan singular y extraordinaria. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.