Archivo mensual: junio 2019

‘Placer femenino’: El destino sexual de las mujeres

Quien esto firma, recuerda dos eslóganes feministas de los años 70 y 80 del pasado siglo, muy coreados en las manifestaciones, que rezaban así: «La anatomía del hombre no es el destino sexual de las mujeres» y «No queremos sexualidad sin sensualidad» Ambos tan lamentablemente vigentes – incluso para ciudadanas de sociedades presuntamente igualitarias y avanzadas – aunque hayan sido sustituídos por otros.

Ambos que se quedan muy cortos ante la atroz realidad de las cinco protagonistas de este valioso, imprescindible, necesario, feminista y comprometido documental de la suiza Barbara Miller, cosecha del 70, quien consiguió, con su ópera prima ‘Voces prohibidas’ (2012) – dedicada a tres blogueras una china, una iraní y una cubana que reivindicaban el respeto a la libre expresión en sus páginas – el Premio Amnistía Internacional en la edición del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián en 2013.

En ‘Placer femenino’ – coproducción entre Suiza, Alemania, India, Japón, Estados Unidos y Reino Unido, de 97 minutos de metraje, cuyo guión lo ha escrito su directora, cuya impecable fotografía está firmada por dos mujeres, Anne Misselwitz y Gabriela Betschart, y un hombre, Jiro Akiba, y su no menos adecuada banda sonora se debe a Peter Scherer – estas voces prohibidas pertenecen a la escritora norteamericana exiliada de una comunidad judía ultraortodoxa, Deborah Feldman; a la activista social y psicoterapeuta somalí Leyla Hussein, víctima de la ablación;, a la alemana Doris Wagner, ex monja y violada varias veces por un superior eclesiástico; a la artista japonesa Rokudenashiko, procesada por obscenidad y a la también activista – aunque TODAS lo son – hindú Vithika Yadav.

Estas cinco heroínas luchan valientemente contra la brutal represión sexual de sus hermanas en sus respectivas comunidades, arriesgando incluso la vida. El patriarcado más oscuro y feroz lo representan las cinco religiones a las que ellas pertenecían. A saber: judaísmo, islamismo, catolicismo, budismo e hinduísmo. Cinco formas de honrar a un Dios Padre en cuyo nombre, son agredidas en sus libertades, en sus cuerpos y en sus deseos, mutiladas, procesadas, borradas, alienadas y cosificadas.

Cinco respuestas, aunque los profundos, y en algún caso irreversible, daños colaterales estén ahí, en sus órganos, en sus mentes, en sus emociones, en su arte… Performances callejeras de educación sexual, frente a quienes aplauden a las manadas callejeras; imágenes lacerantes y demostraciones in situ con tijeras y plastilina de la barbarie inflingida a niñas inocentes e indefensas, 200 millones de menores mutiladas en 30 países, incluso ilegalmente como en España…; luchar, y conseguir, la custodia de tu hijo; lograr la absolución en un país en el que la representación de la vagina es pornográfica, pero existe un Festival del Pene, tal cual. Recurrir a las más altas jerarquías para constatar su complicidad con las personas llamadas sagradas que practican el más inicuo de los abusos de poder…

Y así podríamos seguir y seguir. Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión, de fin de curso y temporada, de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra que tendrá lugar mañana, miércoles, 5 de junio, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol, a la que les invitamos a unirse.

En cualquier caso, no se la pierdan.

 

 

‘La corresponsal’: Crónicas desde el infierno

En este día de ardores militares con cientos y cientos de miles de personas atestando las calles presas de orgullos bicolores, es más pertinente que nunca honrar a una mujer, Marie Colvin – periodista norteamericana y corresponsal de guerra para el diario británico Sunday Times desde 1986, que nació en 1956, que cubrió los conflictos armados de Sierra Leona, Timor Oriental, Kosovo, Zimbabue, Chechenia, Primavera Árabe, Sri Lanka, donde perdió el ojo izquierdo por una granada y, desde entonces, lo cubría con un parche negro… hasta llegar a Homs (Siria) donde fue asesinada el 22 de febrero del 2012. Fuente: Wikipedia – en cuya vida adulta profesional, sobre todo, pero también personal, se basa esta película.

Esta producción estadounidense – de 110 minutos de metraje, cuyo título original es ‘A private war’, dirigida por Matthew Heineman, un prestigioso documentalista de la que es su ópera prima narrativa; escrita por Arash Amel y Marie Brenner, en cuyo artículo de Vanity Fair ‘La guerra privada de Marie Colvin’ está basada; fotografiada con excelencia por Robert Richardson y con una banda sonora, muy bien integrada como un elemento dramático más, que firma H. Scott Salinas – es una estremecedora e impactante incursión a las entrañas de las más feroces batallas observadas, vividas, sentidas y sufridas desde la mirada del personaje central – una espléndida Rosamund Pike, a quien todos los honores le son debidos y a la que van a caerle justamente muchos premios y reconocimientos – siempre posicionada al lado de las víctimas civiles en cualquier trinchera.

Es una estremecedora e impactante incursión en el infierno, en todos los infiernos bélicos de nuestra contemporaneidad y dentro de ellos en las zonas más peligrosas, en las que ella siempre era la primera en llegar y la última en irse. De las que ella daba cuenta con las únicas armas de su cuaderno, su bolígrafo, y su portátil. De las que ella no salió indemne, con su estrés postraumático a cuestas y los daños colaterales del  alcoholismo, del tabaquismo, de sus desórdenes íntimos y de su sensibilidad a flor de piel que nunca se endurecía, pese a su experiencia.

Pero en su caso, como especifica muy bien la coguionista en el brillante artículo citado en la ficha técnica, no se trataba de una adicción a la adrenalina o a las emociones fuertes, sino a «su inquebrantable compromiso con la verdad».  Un compromiso que este relato fílmico registra desde atrás, junto a flashs backs e interludios privados ‘tantos años antes de Homs… hasta llegar a este su último destino, siempre acompañada por su fiel fotógrafo Paul Conroy – un correcto Jamie Dorman, junto a los excelentes, aunque en breves apariciones Tom Hollander y Stanley Tucci –  que resultó gravemente herido y que la vió morir, abatida cobarde y deliberadamente por el régimen asesino de al-Assad,  para el que l@s informadores-as eran un objetivo a liquidar, por ser testigos incómodos, junto a sus compatriotas más indefens@s, enferm@s, hambrient@s y desarmad@s junto a l@s que ella y él estaban.

Cerca de un millar de periodistas han sido asesinados en la última década. Recordemos a los de nuestro país tales como José Couso, Ricardo Ortega, Julio Anguita Parrado, Julio Fuentes, Juan Antonio Rodríguez…

Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de fin de curso y temporada de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra que tendrá lugar el próximo miércoles, 5 de junio, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol, a la que están invitad@s a sumarse.

En cualquier caso, en homenaje a esta mujer extraordinaria y por sus valores cinematográficos, nadie debería perdérsela.